Cuando comencé a predicar, repetía como un loro lo que había escuchado desde el púlpito toda mi vida. Con respecto a la profecía, era la declaración de que “no hay un solo versículo en la Biblia que siquiera implique que Jesús alguna vez pondrá Sus pies en esta tierra de nuevo”.
Había descubierto Zacarías 14 cuando tenía 12 años y me había asombrado que dijera que el Mesías regresaría un día al Monte de los Olivos, que el monte se partiría cuando Sus pies lo tocaran, y que se convertiría en “rey sobre toda la tierra” (versículo 9). Pero mi pastor me había asegurado que esos versículos no significaban lo que decían.
Más tarde, un evangelista viajero que vino a mi iglesia me reforzó el punto de vista del pastor. Cuando le pregunté sobre el significado de Zacarías 14: 1-9, instantáneamente proclamó que era “¡APOCALÍPTICO!”. Por lo tanto, me aseguró que no debía tomar el pasaje literalmente.
Ahora bien, no tenía idea de lo que significaba “Apocalíptico”. Sonaba como una especie de enfermedad. Pero el evangelista era un graduado de un seminario, así que supuse que sabía de lo que estaba hablando.
A partir de entonces, cuando una persona desafiaba mi predicación amilenial, preguntándome el significado de Zacarías 14, yo les respondía con la palabra: “¡Apocalíptico!”. Por lo general, corrían hacia la puerta asustados. No sabían de lo que estaba hablando (y yo tampoco).
Entonces, un día me senté y leí todo el libro de Zacarías. ¿Y adivinen qué? ¡Todo mi argumento se fue por el desagüe!
Descubrí que el libro contiene muchas profecías sobre la Primera Venida de Jesús, y descubrí que todas esas profecías significaban lo que decían. De repente se me ocurrió que, si las profecías de la Primera Venida de Zacarías significaban lo que decían, entonces ¿por qué sus promesas de la Segunda Venida no deberían significar lo que dicen?
La Regla del Sentido Llano
Ése fue el día que dejé de jugar con la Palabra Profética de Dios. Empecé a aceptarlo por su significado de sentido llano. Decidí que, si el sentido llano tiene sentido, no buscaría otro sentido, para no terminar con un sinsentido.
Un buen ejemplo del enfoque sin sentido es la interpretación generalmente aceptada de Apocalipsis 7:1-8. Este pasaje habla de 144,000 judíos siendo ungidos por Dios al comienzo de la Tribulación. Parece que son designados como mensajeros especiales de Dios para proclamar el Evangelio durante la Tribulación.
Sin embargo, ¡más del 80 por ciento de todos los comentarios que he consultado sobre este pasaje afirman que los 144,000 judíos son un símbolo de la Iglesia ¿Cómo podría ser eso posible? El pasaje dice que son judíos. Incluso afirma que consistirán en 12,000 judíos de cada tribu de Israel. Incluso entra en el detalle de nombrar a cada tribu de la cual se seleccionarán los hombres.
¿Qué más tendría que hacer Dios para convencernos de que él está hablando de 144,000 judíos? ¿Tendría que poner el mensaje en luces de neón en los cielos?
¿Y por qué este pasaje siempre es torcido más allá del reconocimiento por los espiritualizadores que están decididos a hacer que represente a la Iglesia? La respuesta es fácil. La mayoría de los teólogos cristianos son defensores de la Teología del Reemplazo, que afirma que Dios se desentendió del pueblo judío cuando rechazaron a Jesús como su Mesías, y los ha reemplazado con el “Nuevo Israel” — es decir, la Iglesia. Por lo tanto, dado que Dios no tiene ningún propósito para los judíos, este pasaje de Apocalipsis debe estar hablando de alguien que no sean los judíos.
Difícil de creer, ¿no? Cuando la gente insiste en espiritualizar las Escrituras de esta manera, las Escrituras terminan significando lo que quieren que signifiquen.
El Peligro de Espiritualizar
Permítanme darles un ejemplo clásico de los absurdos con los que pueden terminar cuando comienzan a espiritualizar o alegorizar la Palabra de Dios.
Agustín de Hipona, quien desarrolló el punto de vista amilenial en el siglo V, al espiritualizar la profecía del tiempo del fin, amaba jugar con las Escrituras para obligarlas a significar lo que él deseaba. Considere lo que hizo con Ezequiel 44:1-2.
Este pasaje profético dice que llegará un día en que la Puerta Oriental se cerrará. Y, en base a lo que se dice en Ezequiel 43:1-2, se supone que la puerta permanecerá cerrada hasta que el Mesías regrese. Ésa es la interpretación literal de lo que dicen estos versículos.
La primera parte de la profecía se cumplió en 1541, cuando Solimán el Magnífico reconstruyó los muros de Jerusalén y decidió sellar la Puerta Oriental, porque los rabinos judíos le dijeron que, cuando venga el Mesías, entrará en Jerusalén a través de la Puerta Oriental.
Increíblemente, ¡Agustín alegorizó por completo estos versículos para significar que María y José nunca consumaron su matrimonio!1 Interpretó que la puerta cerrada era un símbolo de la vagina de María a través de la cual el Mesías pasó y luego se cerró, lo que resultó en la virginidad perpetua de María.
Claves para la Comprensión
Creo que Dios sabe cómo comunicarse. Creo que Él dice lo que quiere decir y quiere decir lo que dice. No creo que tenga que tener un doctorado en hermenéutica, o una imaginación hiperactiva, para entender la Biblia. Lo esencial, en cambio, es un corazón honesto y la llenura del Espíritu de Dios (1 Corintios 2:10-16).2
1 La Actitud Apropiada — Una clave crucial es acercarse a las Escrituras con la fe un niño. El Dr. Henry Morris aborda este tema en su gran comentario sobre Apocalipsis, llamado The Revelation Record (El Registro de Apocalipsis). 3 Él dice: “Apocalipsis no es difícil de entender. Es difícil de creer. Si lo cree, lo entenderá”.4
Por ejemplo, el libro de Ezequiel contiene siete capítulos (40-46) que describen en detalle el Templo del Milenio y sus procedimientos de adoración. Pero la idea de cualquier tipo de templo judío en el futuro es un anatema para aquellos que han adoptado la Teología del Reemplazo. Por lo tanto, se sienten obligados a espiritualizar estos siete capítulos para que signifiquen otra cosa — ¡como afirmar que son una representación simbólica de la gloria de la Iglesia!
2 El Significado de los Símbolos — “Pero, ¿qué pasa con los símbolos?”, preguntan algunos. Otra clave crucial es tener en cuenta que un símbolo representa algo, de lo contrario no sería un símbolo. Siempre hay una realidad literal o un significado de sentido llano detrás de cada símbolo.
La novia de Salomón se refiere a sí misma como “la rosa de Sarón”. ¿Y si se hubiera llamado a sí misma la “planta rodadora de Texas”? La imagen que evoca una rosa es algo hermoso y encantador; una planta rodadora es fea y desarraigada.
La Biblia es su propia mejor intérprete en cuanto al significado de los símbolos que utiliza. A veces los símbolos se explican claramente, como cuando Dios le revela a Ezequiel el significado de los símbolos en su visión del valle de huesos secos (Ezequiel 37:11-14).
Dios le dijo a Ezequiel que su visión de los huesos secos que se unían era una profecía de que, en los tiempos del fin, el pueblo judío sería reunido del mundo y una vez más existiría como nación en su patria (Ezequiel 37:21-22). Sin embargo, ¡no puedo decirles cuántos sermones he escuchado usando este pasaje como un ejemplo de renovación de la Iglesia!
De la misma manera, al apóstol Juan se le dijo el significado de ciertos símbolos que vio en su visión de Patmos de un Jesús glorificado de pie entre siete candelabros con siete estrellas en su mano derecha (Ap. 1:12-16). Jesús mismo explicó que los siete candelabros representaban a las siete iglesias a las que iba a dictar cartas, y las siete estrellas representaban a los ángeles de esas iglesias, muy probablemente a los pastores, ya que la palabra, ángel, significa mensajero.
En otras ocasiones, una simple búsqueda de las Escrituras revelará el significado de un símbolo. Considere la declaración en Apocalipsis 12:14, donde dice que el remanente judío escapará del Anticristo al desierto en “las dos alas de la gran águila”.
¿Es ésta un águila literal? O, como algunos escritores de profecías han afirmado, ¿es un puente aéreo proporcionado por los Estados Unidos, cuyo símbolo nacional es un águila?
Una búsqueda en la concordancia mostrará que el mismo simbolismo se usa en Éxodo 19:4 para describir la huida de los hijos de Israel cuando escaparon de Egipto. Este simbolismo se usa nuevamente en Deuteronomio 32:11 para describir el cuidado de Dios del pueblo judío mientras vagaban por el desierto. El símbolo, como dejan claro estos pasajes, es una referencia poética al cuidado amoroso y sobrenatural de Dios.
3 La Importancia del Contexto — Otra clave para entender la profecía es aquella que se aplica a la interpretación de todas las Escrituras. Es el principio de que el significado de las palabras está determinado por su contexto.
Varias veces me he encontrado con un buen ejemplo de este problema en libros en los que los autores estaban tratando de probar que Jesús nunca regresará para reinar sobre esta tierra. Tal posición, por supuesto, requirió que los escritores espiritualizaran el capítulo 20 de Apocalipsis, donde dice seis veces que habrá un reinado del Señor que durará mil años.
En su intento desesperado de desestimar los mil años, estos autores generalmente se referían al Salmo 50:10, donde dice que Dios es dueño de “el ganado sobre mil colinas” (NBLA). Luego preguntaban: “¿Hay sólo mil colinas en el mundo?”. Su respuesta era: “¡Por supuesto que no!”. Luego procedían a explicar que el término se usa en sentido figurado. Pero, luego dieron un salto cuántico en la lógica al proclamar, “por lo tanto, el término, ‘mil’, siempre se usa simbólicamente”.
No es así. Depende del contexto. En el Salmo 50, el término es claramente simbólico. Pero, en Apocalipsis 20, no es así. Una vez más, los mil años se mencionan seis veces. ¿Qué tendría que hacer el Señor para convencernos de que quiere decir mil años? ¡Preste atención al contexto!
Permítanme darles un ejemplo secular de lo que estoy hablando. Considere las siguientes dos oraciones:
- El Presidente va a pronunciar hoy un discurso desde la Casa Blanca.
- La Casa Blanca anunció hoy que el presidente irá a Oriente Medio.
La primera oración usa el término, “Casa Blanca”, literalmente. En la segunda oración, el mismo término se usa simbólicamente, ya que la Casa Blanca es un edificio que no puede hablar.
4 Reconciliar Pasajes — Una clave adicional para entender la profecía es una que también se aplica a todas las Escrituras. Es el principio de buscar todo lo que la Biblia tiene que decir sobre un punto en particular.
Evite que una doctrina dependa de un versículo aislado. Todos los versículos sobre un tema en particular deben ser buscados, comparados y luego reconciliados.
Permítanme darles un ejemplo profético. 2 Pedro 3:10 dice que, cuando el Señor regrese, “los cielos pasarán con grande estruendo . . . y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”. Ahora, si éste fuera el único versículo en la Biblia acerca de la Segunda Venida, podríamos concluir con confianza que los cielos y la tierra serán quemados el día que Jesús regrese.
Pero, hay muchos otros versículos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que dejan muy claro que el Señor reinará sobre toda la tierra antes de que sea consumida por el fuego. Esos versículos deben ser considerados junto con el pasaje en 2 Pedro 3 con el fin de obtener la visión general correcta. A ningún profeta se le da una visión completa de los acontecimientos del tiempo del fin.
5 Pre-Cumplimiento — Un problema especial relacionado con la interpretación profética es que las profecías a menudo se cumplen previamente en tipo simbólico antes de que se cumplan por completo.
En este sentido, estoy seguro de que el pueblo judío debe haber sentido que Antíoco Epífanes cumplió las profecías de Daniel sobre un líder tiránico que perseguiría severamente a los judíos. Pero, 200 años después de Antíoco, Jesús tomó esas profecías de Daniel y les dijo a Sus discípulos que aún no se habían cumplido.
Otro ejemplo es la señal que Isaías le dio al rey Acaz para asegurarle que la ciudad de Jerusalén no caería en manos de los sirios que la tenían bajo asedio. La señal era que una mujer joven daría a luz a un hijo cuyo nombre se llamaría Emanuel (Isaías 7:1-19). El pasaje ciertamente implica que tal niño nació en ese momento.
Pero, cientos de años después, Mateo, por inspiración del Espíritu Santo, se remontó a la profecía de Isaías y proclamó que su cumplimiento final se encontraba en el nacimiento virginal de Jesús (Mateo 1:22-23).
6 Tiempo Comprimido — Otra característica peculiar de la literatura profética se llama “telescopía”. Esto ocurre cuando un profeta comprime el intervalo de tiempo entre dos eventos proféticos. Este fenómeno es muy común.
La razón de ello tiene que ver con la perspectiva del profeta. A medida que mira hacia el futuro y ve una serie de eventos proféticos, le parecen como si estuvieran en una secuencia inmediata.
Es como mirar hacia abajo en una cadena montañosa y ver tres picos, uno detrás del otro, cada uno secuencialmente más alto que el que está enfrente. Los picos parecen estar uno contra el otro porque la persona que los ve no puede ver los valles que los separan.
En Zacarías 9:9-10, hay un pasaje con tres profecías que están comprimidas en dos versículos, pero están ampliamente separadas en el tiempo. El versículo 9 dice que el Mesías vendrá humildemente sobre un burro. La primera parte del versículo 10 dice que el pueblo judío será apartado. La segunda parte del versículo 10 dice que el Mesías reinará sobre todas las naciones.
Estos tres eventos — la entrada de Jesús en Jerusalén sobre un burro, el apartamiento de Israel y el reinado de Cristo — parecen ocurrir en una rápida sucesión, pero, en realidad, hubo 40 años entre los dos primeros eventos, y ha habido más de 2,000 años hasta ahora entre el segundo y el tercer evento. Otra forma de ver el fenómeno de la telescopía es enfocarse en lo que se llaman “brechas proféticas”. Éstas son los períodos de tiempo entre los eventos proféticos de los picos de montaña.
Debido a que los rabinos del Antiguo Testamento no podían ver la brecha entre la primera y la segunda venida del Mesías, algunos teorizaron que habría dos Mesías — un “Mesías ben José”, que sufriría, y un “Mesías ben David”, que conquistaría. Desde nuestra perspectiva del Nuevo Testamento podemos ver que los profetas del Antiguo Testamento estaban hablando de un Mesías que vendría dos veces. Podemos ver la brecha entre las dos venidas.
7 El Tiempo Proléptico — Uno de los aspectos más complicados de la interpretación profética es lo que se llama el tiempo proléptico. Aquí es donde Dios habla de un evento futuro como si ya hubiera sucedido.
Esto ocurre con frecuencia porque Dios no está atrapado por el tiempo como lo estamos nosotros. Él ve el pasado, el presente y el futuro. Y cuando Él quiere que algo suceda en el futuro, lo considera hecho, y por lo tanto, a menudo hablará de ello en tiempo pasado. Una expresión de este fenómeno se puede encontrar en Isaías 46:
9) Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí,
10) que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;
11) que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré.
Un ejemplo clásico de expresión proléptica se puede encontrar en el Salmo 2. El salmo comienza describiendo a los líderes políticos del mundo que maldicen a Dios y se niegan a acatar Su Palabra. En respuesta, Dios declara: “Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte” (Salmos 2:6). Lo que Dios está diciendo aquí es que tratará con todos los líderes corruptos del mundo cuando Su Hijo comience Su reinado desde Jerusalén, ¡pero lo presenta como algo ya logrado!
Otro buen ejemplo del tiempo proléptico se puede encontrar en Apocalipsis 13:8, donde se nos dice que Jesús fue sacrificado “desde la fundación del mundo” (NVI). Jesús no fue sacrificado antes de la Creación. Fue clavado en una cruz alrededor del año 30 d. C. Pero era la intención de Dios antes de la Creación, por lo que se presenta como un evento consumado antes de que realmente sucediera en la historia.
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