En medio de todo el ruido y el clamor, ¿qué verdad central impregna todo lo que dices y haces?
Durante más de 42 años, nuestra misión en el Ministerio Cordero y León ha sido proclamar el pronto regreso de Jesucristo—a tantas personas como sea posible lo más rápido posible. Pero incluso ese propósito general se basa en una verdad aún más crítica: el Evangelio de Jesucristo.
¿Por qué digo eso? Porque es posible aceptar la realidad de que Jesús vendrá pronto y perder el impacto que ese conocimiento debe tener en su vida. Como muchos han reconocido, hay una brecha crítica de 18 pulgadas entre nuestra cabeza y nuestro corazón. El conocimiento de la cabeza no se traduce necesariamente en convicción del corazón. Un ejemplo extremo sería Satanás. Conoce la validez de la Palabra de Dios y reconoce el poder de Dios, pero se niega a reverenciar a Dios como Dios.
Por lo tanto, no debería sorprendernos que, incluso cuando nos sumergimos profundamente en la profecía bíblica y señalamos el pronto regreso de Jesús, nuestra motivación principal es compartir el Evangelio. Para aquellos que vagan en la oscuridad del pecado, éste ofrece luz y esperanza. Pablo lo describió como el poder de Dios para salvación.
Para aquellos que ya han abrazado a Jesús como el Mesías y están justificados ante Dios, el Evangelio es una fuente interminable de aliento y propósito. Dios nos deja aquí en esta tierra para ser Sus embajadores, compartiendo esas Buenas Nuevas con personas de todo el mundo.
¿Qué es el Evangelio? En pocas palabras, es la provisión de Dios para la salvación. Es la manifestación de la gracia infinita, maravillosa y asombrosa de Dios: Su favor inmerecido ofrecido a todos los que ponen su confianza en Su Hijo, Jesús. El Evangelio nos dice que Cristo sufrió en la cruz del Calvario toda la ira de Dios que merecemos. La Buena Nueva es que, al creer en Jesucristo, nuestros pecados son cubiertos por Su sangre derramada, para que podamos ser adoptados como hijos e hijas, para disfrutar de la plena medida de la santidad y justicia de Dios.
No es suficiente saber acerca de Dios—o entender los misterios que Él ha revelado en las páginas de las Escrituras. No es suficiente abogar por el pronto regreso de Jesús— convenciendo a la gente de que Dios el Padre está a punto de enviar a Su Hijo a recoger a Su Novia. Si el conocimiento acerca de Dios, y la comprensión de Sus misterios y el regreso de Jesús no suscitan una fe salvadora, nuestros esfuerzos son en vano.
Oramos para que esta edición de la revista Lamplighter lo anime a compartir las Buenas Nuevas sobre Jesús aún más fervientemente. Él viene pronto, lo que significa que debemos ser urgentes en nuestro evangelismo. Jesús perdonó y luego sanó al hombre paralítico que fue traído a Él por cuatro hombres en Capernaum. Marcos enfatiza que Él fue movido por su fe.
De una manera misteriosa conocida sólo por Dios, su fe en Él a menudo es fundamental para llevar a otros a Él— para el perdón, la sanidad, y el impacto eterno. ¿A quién trae ante el trono de Dios de manera regular? ¿A dónde vas y dices lo que Jesús ha hecho por ti?
¡El tiempo se acaba!
Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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