Debemos esperar un esfuerzo total para fomentar los objetivos del Movimiento de la Perversión Sexual, con sus exigencias de legalizar la prostitución, la poligamia, el matrimonio poliamoroso, e incluso la pedofilia (¡con niños “que consienten”!).
La expresión religiosa se convertirá en un blanco obsesivo con el objetivo de forzarla a entrar en el armario — declarando que es apropiada sólo dentro de las paredes de las iglesias, sinagogas y mezquitas. Se harán esfuerzos para reinterpretar la garantía constitucional del “libre ejercicio de la religión” en el sentido únicamente de la libertad de culto. No se sorprenda de los esfuerzos por eliminar las exenciones de impuestos para las iglesias y ministerios (a pesar del fallo de la Corte Suprema en 1819 de que “el poder de gravar es el poder de destruir”).
Habrá un esfuerzo decidido para eliminar todas las limitaciones al aborto. Y habrá una meta de permitir el infanticidio hasta un año después del nacimiento de un niño. También se harán intentos para promover la legalización de la marihuana.
Espere esfuerzos para promulgar leyes sobre discursos de odio, que prohibirían cualquier crítica al aborto, la homosexualidad, y al matrimonio entre personas del mismo sexo. También habrá intentos de declarar que la proclamación pública de Jesús como el único camino al Cielo constituye un discurso de odio.
Y luego están los socialistas que están exigiendo un ingreso mínimo para todos, sin importar si quieren trabajar.
Con respecto a la política exterior, espere una falta de apoyo para Israel y el resurgimiento del énfasis que comenzó con el Presidente George H. W. Bush en la creación de un Orden Mundial Único. En consecuencia, debemos anticipar que el interés nacional de Estados Unidos se subordinará a las demandas de organizaciones como las Naciones Unidas.
Espere un esfuerzo renovado para otorgar la ciudadanía a todos los extranjeros ilegales. Además, espere demandas de reparación para negros y homosexuales.
Probablemente esté pensando: “Vamos, David, esto es demasiado extremo”. Sí, es demasiado extremo en el concepto, pero no en la realidad. Éstas son posiciones políticas respaldadas por varios Demócratas durante la última campaña presidencial. Y son evidencia del hecho de que nuestra nación ha alcanzado la última etapa de destrucción descrita en Romanos 1:28, cuando Dios entrega a la nación a una “mente reprobada”.
Entonces, ¿hay alguna esperanza para nuestra nación? No lo creo. Hemos rechazado los principios judeocristianos en los que se basó esta nación y que la han hecho grande. Nos hemos olvidado de Dios y Su Palabra, y ahora estamos decididos a hacer lo que nos plazca. Estamos operando en abierta rebelión contra Dios. En el proceso, estamos cavando nuestra propia tumba.
Pero, hay esperanza para las personas que ponen su fe en Jesús como Señor y Salvador. Recibirán la morada del Espíritu Santo que los consolará, los guiará y les dará la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7). También se convertirán en herederos de la promesa de que serán incluidos en el Rapto cuando Jesús aparezca en los cielos por Su Iglesia antes de que comience la Gran Tribulación.
Y aquellos de nosotros que somos creyentes debemos tener en cuenta que Dios está en control. ¡Lea Salmos 2 y regocíjese!
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