Los Judíos en la Profecía
¿Han sido desechados?
Pocos estudios bíblicos son tan emocionantes como un examen de los judíos en la profecía, ya que los judíos son uno de los puntos focales clave de la profecía bíblica.
De hecho, si es antisemita, odiará la profecía bíblica. Eso es porque la Palabra Profética de Dios deja en claro que Él tiene un amor profundo y perdurable por el pueblo judío.
Las Escrituras revelan a los judíos como “la niña de los ojos de Dios” (Zacarías 2:8). Su tierra es descrita como “santa” (Zacarías 2:12). Su ciudad de Jerusalén se denomina el “centro de las naciones” (Ezequiel 5:5). Se les describe como la esposa descarriada de Dios (vea Ezequiel 16 y el libro de Oseas). Y la Biblia deja en claro que serán objeto, tanto de la ira de Dios (Jeremías 30:7), como de Su gracia (Zacarías 13:1) en los tiempos del fin.
El panorama de la profecía que se relaciona con los judíos es impresionante. Se aplica al pasado, al presente y al futuro. Demuestra el amor y la gracia de Dios como nada más lo hace, excepto la Cruz misma. Pablo estaba tan abrumado por la paciente determinación de Dios de llevar a un remanente de los judíos, que exclamó en éxtasis: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”.
Echemos un vistazo a las increíbles profecías que conciernen al pueblo judío, y comencemos con las profecías que ya se han cumplido.
Profecías Cumplidas
1) Dispersión — A los judíos se les advirtió repetidamente que serían dispersados por todo el mundo si no eran fieles a su pacto con Dios. Considere las palabras de Moisés: “Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo…” (Deuteronomio 28:64; Levítico 26:33).
2) Persecución — El Señor también les advirtió a los judíos que serían perseguidos dondequiera que fueran. De nuevo, las palabras de Moisés son gráficas a este respecto: “Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma” (Deuteronomio 28:65).
3) Desolación — Dios prometió que, después de su dispersión, su tierra se volvería “desolada” y sus ciudades se convertirían en “ruinas” (Levítico 26:33). Moisés lo expresó de manera más gráfica cuando dijo: “y el extranjero que vendrá de lejanas tierras… dirá azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna” (Deuteronomio 29:22-33).
4) Preservación — Pero Dios, en Su maravillosa gracia, prometió que preservaría a los judíos como un pueblo separado durante sus andanzas mundiales (Isaías 66:22; Jeremías 30:11; 31:35-37). Isaías lo expresa de una manera colorida. Dice que el Señor no podría olvidar a Israel más de lo que una madre podría olvidar a su hijo lactante (Isaías 49:15). Luego añade que Dios no puede olvidar a Israel porque los tiene inscritos en las palmas de Sus manos (Isaías 49:16).
Cumplimiento
Dios ha cumplido estas cuatro profecías durante los últimos 2,000 años. En el año 722 a.C., los asirios conquistaron la nación de Israel y dispersaron sus diez tribus por Eurasia. En el año 70 d.C., los romanos destruyeron la ciudad de Jerusalén y llevaron a la nación de Judá al cautiverio, desolaron la tierra y esparcieron sus dos tribus por toda la faz de la tierra. Y, como se profetizó, dondequiera que fueran los judíos, eran perseguidos, culminando con el Holocausto nazi de la Segunda Guerra Mundial.
Pero Dios también preservó a los judíos, y el cumplimiento de esta profecía ha sido uno de los milagros más notables de la historia. Ningún otro pueblo ha estado tan disperso y, sin embargo, ha sido capaz de conservar su identidad como nación.
Profecías Actuales
Tenemos el privilegio de vivir en una época en la que Dios está cumpliendo muchas profecías a los judíos. Hace poco estaba hablando con un hombre sobre la Primera Venida de Jesús, y me dijo: “Dave, ¿no habría sido emocionante vivir en tiempos bíblicos?”. ¡Respondí señalando que estamos viviendo en tiempos bíblicos! Estamos siendo testigos del cumplimiento de las profecías del tiempo del fin a nuestro alrededor.
¡Qué testimonio es éste del hecho de que Dios está vivo, que Dios está en Su trono y en control, y que Dios es fiel a Sus promesas! Echemos un vistazo a las profecías que se están cumpliendo hoy entre el pueblo judío.
1) Reunión del Pueblo — Los profetas del Antiguo Testamento prometieron repetidamente que llegaría el día en que Dios reuniría a los judíos en incredulidad en la tierra de Israel (Isaías 11:10-12; Ezequiel 36:22-28). Esta notable reunión de los judíos desde los cuatro ángulos de la tierra ha ocurrido en nuestro tiempo. La Primera Guerra Mundial preparó la tierra para el pueblo, cuando el control de Palestina fue transferido de una nación que odiaba a los judíos (los turcos) a una nación que simpatizaba con su regreso (Gran Bretaña). El Holocausto de la Segunda Guerra Mundial preparó al pueblo para la tierra, al motivarlos a regresar.
2) Restablecimiento del Estado — Los profetas declararon que, cuando el pueblo fuera reunido, la nación de Israel sería restablecida (Isaías 66:7-8; Zacarías 12:3-6). Esto ocurrió el 14 de mayo de 1948. Éste es el evento profético fundamental de nuestra época. Es un evento al que los eruditos proféticos han señalado durante los últimos 400 años, en medio de muchas burlas y menosprecio por parte de aquellos que no creían que Israel volvería a existir como nación.
3) Recuperación de la Tierra — Dios prometió que, con el restablecimiento de la nación, la tierra florecería de nuevo (Isaías 35:1-7; Joel 2:21-26). Como dijo Ezequiel, la gente exclamaría algún día: “Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén” (Ezequiel 36:35). Y eso es exactamente lo que la gente dice hoy cuando visitan Israel, porque una vez más es una tierra de leche y miel. Más de 250 millones de árboles fueron plantados durante el siglo XX. Las precipitaciones durante ese siglo aumentaron un 450 por ciento. Los antiguos pantanos infestados de malaria se han convertido en tierras cultivadas. El agua del Mar de Galilea se ha canalizado a los desiertos, haciendo que florezcan.
4) Renacimiento del Idioma — Cuando los judíos fueron esparcidos por todo el mundo en el primer siglo, dejaron de hablar el idioma hebreo. Los judíos que se establecieron en Europa desarrollaron un idioma llamado yiddish (una combinación de hebreo y alemán). Los judíos de la cuenca del Mediterráneo mezclaron el hebreo con el español para producir un idioma llamado ladino. El profeta Sofonías dio a entender que llegaría un momento en que el idioma hebreo reviviría (Sofonías 3:9). Lo ha hecho. Hoy los israelíes hablan hebreo bíblico. Es el único ejemplo en la historia de la resurrección de una lengua muerta. El hombre que Dios usó para revivir el idioma fue Eliezer Ben Yehuda (1858-1922).
5) Reocupación de Jerusalén — Jesús dijo que una de las señales más seguras de Su inminente regreso sería la reocupación de Jerusalén por los judíos (Lucas 21:24). Esto ocurrió durante la Guerra de los Seis Días en junio de 1967.
6) Resurgimiento de la Fuerza Militar — Zacarías profetizó que, cuando los judíos fueran restablecidos en la tierra, su fuerza militar sería abrumadora — como “antorcha ardiendo entre gavillas” — y que “consumirían” a todos los pueblos a su alrededor (Zacarías 12:6). ¿Es necesario decir algo sobre el cumplimiento de esta profecía?
7) Reenfoque de la Política Mundial — Israel siempre es descrito como el punto focal de la política mundial en los tiempos del fin (Zacarías 12:3; 14:1-9). Esto ha sido cierto desde el boicot del petróleo árabe en 1973. Occidente se dio cuenta de repente de su dependencia del petróleo árabe y comenzó a alinearse detrás de la obsesión árabe de aniquilar a Israel.
Profecías Futuras
Al ser testigos de antiguas promesas al pueblo judío que se están cumpliendo ante nuestros ojos hoy, podemos estar seguros de que Dios un día cumplirá todas las profecías restantes concernientes al destino de Israel.
1) Tribulación — Dios someterá al pueblo judío a un período de tribulación sin paralelo (Deuteronomio 4:30), durante el cual dos tercios de los judíos perecerán (Zacarías 13:8-9). El propósito será ablandar los corazones de un remanente para que acepten a Jesús como su Mesías.
2) Salvación — Al final de la Tribulación, un remanente de los judíos “mirarán a mí, a quien traspasaron”, y se arrepentirán y lo aceptarán como su Mesías (Zacarías 12:10; Romanos 11:1-6, 25-29). En ese día glorioso, la Biblia dice que “habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia” (Zacarías 13:1).
3) Primacía — En la Segunda Venida de Jesús, Dios reunirá a todos los judíos creyentes en Israel, donde serán establecidos como la nación principal del mundo durante el Milenio (Deuteronomio 28:1,13; 2 Samuel 7:9; Isaías 60-62; Miqueas 4:1-7). Las bendiciones de Dios para el mundo fluirán una vez más a través del pueblo judío, y así, cuando un judío pase, diez gentiles tomarán su túnica y dirán: “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zacarías 8:23).
Una Doctrina Perniciosa
Estas profecías concernientes al Israel actual y su glorioso futuro dejan en claro que Dios no se ha desentendido del pueblo judío, como muchas denominaciones cristianas afirman hoy.
Una de las doctrinas más perniciosas que ha infestado a la Iglesia desde sus primeros días es una llamada Teología del Reemplazo. Sostiene que, cuando los judíos rechazaron a Jesús, Dios los hizo a un lado permanentemente y los reemplazó con la Iglesia. En el proceso, transfirió a la Iglesia todas las bendiciones que se le habían prometido a Israel.
Esta doctrina contradice directamente las profecías del Antiguo Testamento concernientes al futuro de Israel. También viola la clara enseñanza de Pablo en el libro de Romanos.
Por ejemplo, en Romanos 3:1-4, Pablo presenta una pregunta retórica, para una consideración reflexiva. Él pregunta: “¿Ha rechazado Dios a Su pueblo debido a su incredulidad?”. Durante casi dos mil años, la Iglesia ha respondido a esta pregunta, “¡Sí!”. Pero Pablo responde: “¡De ninguna manera!”.
Nuevamente, en el capítulo 11, Pablo pregunta: “¿Ha desechado Dios a Su pueblo?”. Y, una vez más, responde a su propia pregunta afirmando: “No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció” (Romanos 11:1-2). Luego procede a afirmar la promesa del Antiguo Testamento de que un gran remanente de los judíos será salvo en los tiempos del fin (Romanos 11:25-33; Romanos 9:27).
Durante 2,000 años, el pueblo judío ha sido condenado por la Iglesia como “asesinos de Cristo”. Necesitamos aclarar nuestras mentes y corazones en cuanto a quién fue el que realmente mató a Jesús. Se nos dice en Hechos 4:27, que dice: “Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel”.
¿Quiénes dice este versículo que fueron los asesinos de Jesús? Enumera a los líderes judíos (Herodes), los romanos (Pilato), los gentiles, los judíos y alguien más que no se menciona — usted y yo. Todos nosotros tenemos la sangre de Jesús en nuestras manos, porque Él murió por todos nuestros pecados.
El Amor Infinito de Dios
Dios hizo a un lado a los judíos y los puso bajo disciplina debido a su desobediencia, pero no los apartó de Su gracia.
Él tiene la intención de llevar a Su esposa descarriada a casa: “Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe…Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios…y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días” (Oseas 3:4-5).
La bondad y la misericordia de Dios en el cumplimiento de Sus promesas al pueblo judío deberían ser una fuente de aliento para todos los cristianos. Al observar a Dios cumplir las promesas que hizo al pueblo judío hace miles de años, podemos estar absolutamente seguros de que será fiel para cumplir todas las promesas que le ha hecho a la Iglesia.
El pueblo judío es testigo de la asombrosa gracia de Dios. Y esa misma gracia está disponible para todos nosotros, seamos gentiles o judíos.
Recurso recomendado:
Ministerio En Defensa de la Fe
No hay comentarios:
Publicar un comentario