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domingo, 20 de septiembre de 2020

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 1

La Importancia de la Profecía


¿Es sólo falsas esperanzas?


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Aunque la profecía constituye casi un tercio de la Biblia, su importancia es subestimada constantemente por aquellos que la descartan por no tener alguna importancia práctica o por aquellos que se oponen a ella con el argumento de que es una “moda pasajera” que hace que las personas aparten sus ojos de Jesús.

Apocalipsis 19:10, que dice que “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”. Por lo tanto, si la profecía es enseñada apropiadamente, no hay razón para que desvíe la atención de alguien lejos de Jesús. De hecho, debería servir para destacar la centralidad de Jesús.

¿Es la profecía práctica? Considere que todos los escritores del Nuevo Testamento atestiguan el hecho de que vivir con la anticipación del regreso del Señor motivará a vivir en santidad. ¿Qué podría ser más práctico que eso? 

Razones para Estudiarla

1) La Cantidad — Entre un cuarto y un tercio de la Biblia es  de naturaleza profética. Cuando piensan en literatura profética, la mayoría de la gente considera sólo a los Profetas Mayores y Menores. Pero hay mucho más que eso. Por ejemplo, los salmos están saturados con profecías, y hay profecías esparcidas a lo largo de los libros históricos del Antiguo Testamento. 

En el Nuevo Testamento, uno de cada veinticinco versículos se refiere a la Segunda Venida del Señor. Hay largos pasajes de la profecía del tiempo del fin, como Mateo 24 y 2 Pedro 3. Además, hay libros enteros dedicados a la profecía, como 1 y 2 de Tesalonicenses y Apocalipsis. 

La conclusión es que, si va a ignorar la profecía bíblica, entonces va a privarse de una porción significativa de la Palabra de Dios.

2) La Singularidad — La Biblia es el único libro en el mundo que contiene profecías detalladas y específicas que se han cumplido en la historia. No existen profecías cumplidas en los dichos de Buda o de Confucio. Ni tampoco hay profecías cumplidas en las Vedas hindúes, el Corán o el Libro del Mormón. 

En contraste, la Biblia está llena de profecías espirituales y seculares que se han cumplido en la historia. Un buen ejemplo es la que yo mencioné en la introducción, a saber, el cierre de la Puerta Oriental, que está profetizado en Ezequiel 44.

3) Validadora de la Escritura — La profecía cumplida es una de las mejores evidencias que yo conozco de que la Biblia es la inspirada Palabra de Dios. La Biblia contiene cientos de profecías seculares cumplidas concernientes a ciudades, naciones, imperios e individuos. 

Jeremías predijo que la cautividad babilónica de los judíos duraría 70 años (Jeremías 25:11-12). Isaías declaró que los hijos de Israel serían enviados a casa desde Babilonia por un hombre llamado Ciro (Isaías 44:28, Esdras 1:1). Daniel describió por adelantado el orden preciso de cuatro grandes imperios gentiles (Daniel 2 y 7). La destrucción de Babilonia fue predicha por un número de profetas hebreos (Isaías 13). En el Nuevo Testamento, Jesús predijo la destrucción completa de Jerusalén 40 años antes de que realmente ocurriera (Lucas 21:6). 

4) Validadora de Jesús — La Biblia contiene más de 300 profecías acerca de la Primera Venida de Jesús. Muchas de éstas son repetitivas. Cuando se eliminan las duplicadas, el número total de profecías que Jesús cumplió es 109  — todas las cuales se cumplieron literalmente. (Para obtener una lista detallada, consulte mi libro, The Christ in Prophecy Study Guide).

Cada aspecto de la vida de Jesús fue profetizado — el lugar de Su nacimiento, la naturaleza de Su nacimiento, la calidad de Su ministerio, el propósito de Su vida y la agonía de Su muerte —. Considere, por ejemplo, la profecía de Salmos 22:16, de que las manos y pies del Mesías serían perforados. Esa profecía fue escrita por David cerca de mil años antes del nacimiento de Jesús. Fue escrita 700 años antes de la invención de la crucifixión como forma de ejecución. 

El cumplimiento literal de tantas profecías en la vida de un individuo trasciende cualquier simple coincidencia y sirve para validar que Jesús fue quien dijo que era — el divino Hijo de Dios.

5) Reveladora del futuro — La profecía sirve para decirnos algunas cosas que Dios quiere que sepamos acerca del futuro (Deuteronomio 29:29; Amós 3:7). Dios no quiere que sepamos todo acerca del futuro, pero hay algunas cosas que debemos saber si vamos a tener una esperanza dinámica. 

Así pues, la profecía nos asegura que Jesús va a regresar, que nos resucitará y que nos tomará para que vivamos por siempre con Él y con Dios el Padre. Con respecto a esto, Pedro compara la profecía con “una antorcha que alumbra en un lugar oscuro” (2 Pedro 1:19). Pablo hace el mismo punto en el capítulo 2 de 1 Corintios. Comienza señalando que “ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ni la mente del hombre ha concebido, lo que Dios ha preparado para aquellos que lo aman”. Pero, en el versículo siguiente, Pablo dice que esas cosas han sido reveladas a nosotros por Dios por medio de Su Espíritu (1 Corintios. 2:9-10). 

6) Herramienta de Evangelismo — La profecía puede ser usada como una herramienta muy efectiva de evangelismo, tal como está ilustrado en la historia de Felipe y el eunuco (Hechos 8:26 ss.). Felipe usó el pasaje de Isaías acerca del gran sufrimiento del cordero (Isaías 53) para enseñar que Jesús es el cordero que fue sacrificado por los pecados del mundo. 

Mateo y Pedro usaron la profecía cumplida en la vida de Jesús como una de sus herramientas básicas de evangelismo. De hecho, Pedro se refirió constantemente a la profecía en su primer sermón evangelístico el Día de Pentecostés (Hechos 2:14-39). Él predicó que Jesús había sido crucificado y resucitado en cumplimiento de las profecías hebreas. Luego, Pedro se refirió a la profecía cumplida como una de las evidencias más grandes que Jesús verdaderamente era el Hijo de Dios (2 Pedro 1:16-19).

7) Herramienta de Enseñanza Moral — Las personas a menudo pasan por alto el hecho de que los profetas hebreos fueron tanto predicadores como pronosticadores. De hecho, los profetas pasaron la mayor parte de su tiempo usando la Palabra de Dios para enfocar los problemas sociales. Ellos llamaron a sus oyentes al arrepentimiento, a la verdadera adoración, a la justicia social y a la santidad personal. 

Uno de los grandes temas recurrentes de los profetas es que “la obediencia es mejor que los sacrificios” (1 Samuel 15:22: Oseas 6:6). Esa declaración significa que ante los ojos de Dios, la obediencia a Sus mandamientos es más importante que prácticas religiosas externas tales como ofrecer sacrificios. 

La profecía es, por lo tanto, un gran repositorio de enseñanza moral, y esos principios morales aún siguen siendo relevantes hoy (Amós 5:21-24; Miqueas 6:8; Isaías 58:3-9).

8) Generadora de Crecimiento Espiritual — El conocimiento profético fomenta la espera paciente (Santiago 5:7-8); induce a la vigilancia diligente (Mateo 24:36,42); inspira la labor dedicada (2 Timoteo 4:7-8) y aumenta nuestra esperanza (Tito 2:11-14). El resultado es una vida santa. 

Pablo nos exhorta a “vivir decentemente, como de día”, porque el tiempo cuando el Señor volverá está cerca (Romanos 13:12-13). De igual forma, Pedro nos llama a ceñir nuestras mentes y a ser sobrios y santos mientras aguardamos la revelación de Jesús (1 Pedro 1:13-15). 

Consejo y Recomendación 

En 2 Timoteo 3:16-17 Pablo escribe que toda la Palabra de Dios es “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. Eso incluye a la Palabra Profética de Dios. En 1 Tesalonicenses 5:20, el apóstol Pablo nos suplica que tratemos la profecía con respeto. 

Pedro nos advierte en su segunda epístola, que una de las señales de los tiempos del fin será la aparición de “burladores” que despreciarán y ridiculizarán la promesa de nuestro regreso del Señor (2 Pedro 3:3ss). La gran tragedia de nuestro tiempo es que muchos de los burladores más ruidosos son líderes religiosos que profesan seguir a Cristo. Tales líderes crucificaron a Jesús la primera vez que Él vino. Ahora se burlan de Su promesa de regresar. 

Un buen ejemplo de lo que estoy hablando es el “Seminario Jesús”, que operó a lo largo de la década de 1990. Estaba compuesto por 40 “eruditos”  del Nuevo Testamento provenientes de una gran variedad de seminarios cristianos de Estados Unidos. El seminario se reunía cada seis meses para votar acerca de los dichos de Jesús registrados en los cuatro evangelios. Su propósito era producir una nueva versión de los evangelios en la que los dichos de Jesús serían codificados con colores: rojo, si Él lo dijo; rosado; si Él lo pudo haber dicho; gris, si probablemente no lo dijo; y negro, si definitivamente no lo dijo.

Cuando votaron sobre los dichos de Jesús en cuanto a Su Segunda Venida, votaron que todos los dichos eran falsos y que probablemente habían sido “inventados” por Sus discípulos. ¡Qué apostasía!

Alimento Espiritual 

La Palabra Profética de Dios es alimento para nuestro crecimiento espiritual. Necesitamos sacarla del estante, abrirla y deleitarnos en ella, y necesitamos hacerlo con corazones creyentes. 

El libro de Apocalipsis promete bendiciones a aquellos que lo lean (o que oigan su lectura) y que lo obedezcan (Apocalipsis 1:3). Es el único libro de la Biblia en prometer una bendición tan específica, pero toda la Palabra de Dios está diseñada para bendecirnos espiritualmente (Salmos 119) y eso incluye la Palabra Profética. 

Escrituras Clave sobre la Profecía

Antes de que lleguemos a la esencia de nuestro estudio, recordemos lo que la misma Palabra de Dios dice acerca del valor de la profecía. De esta manera, podemos estar seguros de que el esfuerzo que dedicamos a mirar las Escrituras proféticas será un tiempo sumamente bien empleado. 

“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre” (Deuteronomio 29:29).

 “Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a Mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho… Yo hablé y lo haré venir; lo he pensado y también lo haré” (Isaías 46:9-11).

“Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas” (Amós 3:7).

[Jesús dijo]: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar sino para cumplir” (Mateo 5:17). 

[Jesús les dijo]: “Éstas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de Mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44). 

“De éste [Jesús] dan testimonio todos los profetas, que todos los que en Él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:43).

“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos” (1 Pedro 1:10-11). 

“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20-21).

“El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Apocalipsis 19:10).

Como estos pasajes indican claramente, la profecía bíblica debe ser tenida en alta estima y debe ser tomada seriamente. Pero, como veremos, se ha abusado terriblemente de ella.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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