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lunes, 20 de abril de 2020

La Pandemia de Coronavirus (parte 1)

¿Qué Está Diciendo Dios?


¡Pandemia!


Aclaremos una cosa desde el principio: Dios es soberano, y eso significa que el coronavirus actual fue soltado con Su permiso. Satanás puede haber sido el agente, pero no sería bíblico culpar a Satanás. La Biblia nunca culpa a Satanás por los desastres naturales.

Entonces, ¿qué está haciendo Dios? ¿Qué está tratando de decirnos? Creo que nos está advirtiendo de un juicio inminente y, por lo tanto, está llamando al mundo al arrepentimiento. La Biblia enseña que Dios nunca derrama Su ira sin advertencia, porque no desea que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento y la salvación (2 Pedro 3:9).


Cómo Advierte Dios

Dios advierte de dos maneras. Primero, levanta voces proféticas que identifican los pecados de las personas y les hacen un llamado para que se arrepientan. Luego, si desechan a los profetas y se niegan a arrepentirse, Dios enviará juicios correctivos — de nuevo, con el propósito de llamar a las personas al arrepentimiento.

Deuteronomio 28 contiene una lista detallada de los tipos de juicios correctivos que Dios pondrá en una nación que se vuelve rebelde contra Él y Su Palabra. Incluyen:
  1. Ciudades en caos (versículo 16)
  2. Fracasos en las cosechas (versículos 16-18,38-40,42)
  3. Pérdida de hijos (versículos 18,32,41)
  4. Confusión en todas las empresas (versículo 20)
  5. Pestilencia (versículos 21-22)
  6. Enfermedades (versículos 27,35)
  7. Locura (versículos 28-29,34)
  8. Sequía (versículo 24)
  9. Problemas matrimoniales (versículo 30)
  10. Derrota en guerras (versículo 25)
  11. Dominación extranjera (versículos 33,43-44)
Dios advirtió específicamente a la nación de Judá que, si ignoraban a Sus profetas y Sus juicios correctivos, el resultado final sería la destrucción de su nación y el exilio de su pueblo en todo el mundo.

El Ministerio de Jeremías

Uno de los profetas que Dios levantó para entregar Su mensaje de advertencia a Judá, fue un hombre llamado Jeremías. Dios le dijo que examinara a la nación y que compilara una lista de los pecados del pueblo. Dios estaba muy consciente de los pecados. Quería que Su profeta se diera cuenta de ellos. 

Jeremías reportó una increíble lista de pecados — increíble si se considera el hecho de que Dios había bendecido a Judá más que a cualquier nación que hubiera existido hasta ese momento. Les había dado grandes líderes como Josafat, Ezequías y Josías — el rey que gobernaba cuando Jeremías fue llamado. Sin embargo, el pueblo de Judá le había la espalda a su Creador y Sustentador, el mismo que era la fuente de todas sus bendiciones.

El informe de Jeremías contenía una lista muy sucia de pecados:
  1. Mentiras y blasfemia (5:2)
  2. Inmoralidad (5:7)
  3. Arrogancia (5:12-13)
  4. Injusticia social (5:25-28)
  5. Corrupción religiosa (5:30-31)
  6. Mentes cerradas (6:10)
  7. Avaricia (6:13)
Jeremías procedió a resumirlo todo en tres declaraciones impresionantes:
  • Endurecieron sus rostros más que la piedra” (5:3).
  • Tienen un corazón falso y rebelde” (5:23).
  • Ni aun saben tener vergüenza” (6:15).
Jeremías salió y comenzó a proclamar los pecados de su pueblo, mientras pedía su arrepentimiento. No hace falta decir que esto no lo convirtió en una persona popular. El pueblo de Judá se volvió contra él a lo grande, cuando comenzó a profetizar que, si se negaban a arrepentirse, Dios derramaría Su ira sobre ellos (6:22-26).


El pueblo acusó al profeta de ser “como viento” (5:13). Y se burlaban de él cantando: “Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová” (7:4). Lo que querían decir con esto era que no creían que Dios permitiría que Judá y Jerusalén fueran conquistadas y destruidas, porque Su Gloria Shejiná residía en el Templo.

Pero la destrucción profetizada llegó a manos de los babilonios, que destruyeron completamente Jerusalén y el Templo, en el año 586 a.C. Todo lo cual llevó a la escritura de dos de los versículos más tristes que se encuentran en las Escrituras hebreas (2 Crónicas 36):

15) Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación.

16) Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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