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miércoles, 19 de febrero de 2020

¡40 Años!


Dave y Ann Reagan en 1982


El 1 de abril de este año celebraremos el 40º año de este ministerio. 

Sí, dije 1 de abril — ¡el Día de los Inocentes de Abril! Hay una historia detrás de esa fecha. 

En mayo de 1980, yo vivía en Enid, Oklahoma, donde servía como Vicepresidente de Desarrollo de la Universidad Phillips. Tuve una experiencia muy vívida con el Señor, que he descrito en detalle en mi libro Confiando en Dios: Aprendiendo a Andar por Fe. Como resultado de esa experiencia, me sentí guiado por el Señor a renunciar a mi puesto, renunciar a mi carrera académica y dar un paso de fe para comenzar a predicar el pronto regreso de Jesús.

Fui al presidente de la universidad y le dije que había decidido renunciar. Antes de que pudiera decir algo más, ¡respondió ofreciéndose a proporcionarme un auto nuevo y una membresía de un club de campo! Procedí a explicarle que mi renuncia no tenía nada que ver con dinero o beneficios. Más bien, se debía a un llamado de Dios a mi vida. Lo entendió porque era un ex pastor.

“¿Qué iglesia te ha llamado a ser su pastor?”, preguntó. Le dije que no había sido llamado para ser pastor. En cambio, iba a ser un evangelista independiente, especializado en la enseñanza de la profecía bíblica. Me preguntó cuál iba a ser mi mensaje, y le respondí: “Jesús viene pronto porque estamos viviendo en la época del regreso del Señor”.

Me preguntó cuándo planeaba renunciar. Le dije que le iba a avisar dos semanas antes y eso significaba que renuncia sería efectiva el 1 de abril. Miró fijamente su escritorio por un momento, y luego me miró y dijo: “¡Todo lo que puedo decir en respuesta es que has seleccionado una fecha muy apropiada!”. Esa fue su buena manera de llamarme tonto.

Un año después, regresé de un viaje a Israel. Mi esposa me recibió en el aeropuerto y me entregó una caja que estaba hermosamente envuelta. Estaba perplejo. Le dije que no era ni mi cumpleaños ni nuestro aniversario. Ella dijo, “Tienes razón, pero es un aniversario importante. Es el aniversario de nuestro ministerio”. Abrí el regalo y encontré un certificado enmarcado preparado por un calígrafo profesional que mi esposa había contratado. El logotipo del ministerio estaba en la parte superior, y debajo de él estaban estas palabras: “Feliz Aniversario del Ministerio Cordero y León, 1 de abril de 1980 al 1 de abril de 1981”. Y debajo de esas palabras, estaba la siguiente cita de las Escrituras: “Nosotros somos tontos por amor de Cristo…” (1 Corintios 4:10, NASB). Esa placa es una de mis posesiones más preciadas.

Al recordar mi vida, uno de mis mayores remordimientos es que no me rendí al llamado del Señor a mi vida cuando tenía 22 años. De ser así, estaríamos celebrando el 60º aniversario de este ministerio, en lugar de su 40º. 

Huí del Señor durante 20 años, mientras seguía una carrera académica. Pero más tarde, cuando finalmente me cedí a Su llamado, me di cuenta de que, incluso mientras huía de Él, me estaba preparando para este ministerio. Eso es porque durante esos años, estaba enseñando  política internacional, y el ministerio que Él estaba preparando para mí tenía que ver con la profecía del tiempo del fin, que tiene que ver con la política internacional.

Esos primeros años del ministerio (1980-1983) fueron muy desafiantes. Casi todas las iglesias en las que hablaba eran muy pequeñas, y las donaciones eran mínimas. Mi salario durante los primeros siete años fue de $1,000 por mes. Básicamente vivíamos del salario de mi esposa como maestra de primer grado, lo cual no era mucho. Durante esos años, el Señor desarrolló mi mensaje y me enseñó a vivir por fe. De nuevo, todo esto se cuenta en detalle en mi libro, Confiando en Dios, que ahora está en su tercera 

Durante los años transcurridos desde 1980, Dios me ha bendecido con excelentes miembros del personal y maravillosos fideicomisarios. Y ahora nos ha bendecido a todos aquí en Cordero y León al levantar un sucesor excepcional para mí: el coronel Tim Moore. ¡Alabado sea el Señor!      
                                                                                                                                                                                     
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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