Por Dr. Charles C. Bing
Juan es el único libro de la Biblia que aclara que fue escrito con el propósito de traer a las personas a la salvación eterna. La declaración de su propósito en Juan 20:30-31 dice:
Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Por lo tanto, debemos comenzar con Juan para entender cómo podemos ser salvos y examinarlo detenidamente para descubrir la condición para la salvación.
Cómo se presenta la condición
1. La declaración misma del propósito dice que si creemos tenemos vida eterna.
2. El verbo creer se usa 98 veces en el libro de Juan como condición para la salvación. Esto se compara con sólo 34 veces que se usa en los otros Evangelios y 116 veces en el resto del Nuevo Testamento.
3. El resultado consiste de creer es la salvación. Cuando uno cree, uno puede saber que tiene vida eterna como una posesión presente (Juan 5:24; 9:38).
4. El lenguaje figurado que usa Juan para presentar el verbo creer (recibir, mirar, escuchar, entrar, comer, venir) denota receptividad, estar de acuerdo, o confiar. Todas son actividades esencialmente pasivas o simples. Ninguna comunica la idea de mérito, obra, esfuerzo, o logro.
Cómo no se presenta la condición
1. No se usan calificativos con el verbo creer, como creer realmente, creer verdaderamente, o creer genuinamente. Sólo existe un tipo de creer.
2. No se mencionan ninguna otra condición en Juan, como arrepentimiento, rendirse, compromiso, u obediencia
Conclusión
Somos salvos simplemente cuando creemos (confiamos en, aceptamos como verdadero para mi vida) que Jesús es el Hijo de Dios, el Salvador de nuestros pecados. La salvación es absolutamente gratuita y sin ninguna condición de mérito para ganarla.
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