martes, 10 de diciembre de 2019

Libro: Viviendo en Tiempo Prestado – Capítulo 10 (parte 2)

La Convulsión de la Naturaleza 

El mensaje de los desastres naturales


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Preguntas Cruciales

¿Son todas las calamidades naturales producto del pecado del hombre? Sí, absolutamente. La creación original era perfecta. Las calamidades naturales son el resultado de la maldición que Dios puso sobre la creación en respuesta al pecado del hombre. Cuando Jesús regrese, la maldición será levantada y las calamidades naturales cesarán.

¿Todas las calamidades naturales representan juicios correctivos de ¿Dios? No, la mayoría son productos de los procesos naturales de los sistemas meteorológicos.

Entonces, ¿cómo podemos determinar cuándo una calamidad natural es un juicio correctivo? Un factor importante es el momento del evento en cuanto se relaciona con los pecados de la nación. Otro factor es la magnitud del evento. Los juicios correctivos están diseñados para tener un gran valor de impacto, con el fin de capturar la atención de la gente y obligarlas a pensar con una perspectiva eterna. El factor más importante es que el Espíritu de Dios testifique a los espíritus de aquellos a quienes les ha dado el don de la profecía. Estarán motivados para hablar con una voz unida.

El Ejemplo de los Estados Unidos

Podemos ver todos estos principios operando en la historia de nuestra propia nación. Fuimos fundados como una nación cristiana, comprometida con los valores cristianos, y Dios nos bendijo grandemente. Pero, en la década de 1960, comenzamos a burlarnos de Dios cuando comenzó una revolución cultural. Nuestra sociedad descendió rápidamente a una pila séptica de promiscuidad sexual, abuso de drogas, aborto a pedido, juego legalizado, blasfemia desenfrenada, y una avalancha de pornografía. Nuestro lema nacional se convirtió en "Si te sientes bien, ¡hazlo!". Adoptamos un estilo de vida hedonista, llamando a lo malo bueno y a lo bueno malo.

Dios respondió levantando voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. Uno de ellos fue Dave Wilkerson, pastor de la Iglesia Times Square en la ciudad de Nueva York. Lo llamo "El Jeremías de Dios para los Estados Unidos". En la década de 1970, comenzó a escribir una serie de libros en los que claramente señaló los pecados de los Estados Unidos y advirtió de los juicios de Dios si no nos arrepentíamos. Al igual que Jeremías, su popularidad cayó en picada porque la gente, incluso la gente de la iglesia, no quería escuchar su "mensaje del fin del mundo".

Cuando las voces proféticas fueron ignoradas, Dios comenzó a colocar juicios correctivos sobre nuestra nación — cosas como nuestra derrota en la Guerra de Vietnam, la epidemia del SIDA, la plaga de enfermedades de transmisión sexual, el azote de la homosexualidad, y desastres naturales en forma de terremotos monstruosos y tornados y huracanes mortales. Incluso experimentamos una erupción volcánica sin precedentes del Monte Santa Helena en 1980 — una erupción tan severa que ennegreció el cielo desde Seattle hasta la ciudad de Nueva York y tan al sur como Oklahoma.

La culminación de los juicios correctivos pareció venir con el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, cuando dos símbolos del orgullo estadounidense fueron atacados: las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington, D.C. Las torres eran símbolos de nuestra riqueza; el Pentágono simboliza nuestro poder militar.

Como he dicho antes, creo que este evento fue un llamado a despertar de parte de Dios para que nuestra nación se arrepienta. En cambio, como un hombre somnoliento que no quiere despertarse, simplemente continuamos durmiendo presionando el botón de repetición en la alarma del reloj.

Un Nuevo Factor

No creo que haya alguna duda de que nuestros pecados como nación han provocado juicios correctivos de parte de Dios. Pero creo que hemos fallado en darnos cuenta que, desde 1991, muchos de los juicios que hemos experimentando han estado directamente relacionados con nuestro maltrato a Israel.

La Biblia dice que Dios bendecirá a aquellos que bendigan a Israel, y maldecirá a aquellos que maldigan a Israel (Génesis 12:3). La Biblia también dice que el que toca a Israel toca “la niña de los ojos de Dios” (Zacarías 2:8).

La historia demuestra la verdad de estas aseveraciones. España estaba en el apogeo de su poder como imperio mundial en el siglo XV, cuando inició la Inquisición y expulsó a su población judía de su territorio. En un corto período de tiempo después, el imperio dejó de existir. Hitler estaba en rumbo a conquistar toda Europa cuando inició el Holocausto. Su Tercer Reich pronto acabó en cenizas.

Creo que muchas de nuestras bendiciones como nación se han debido al hecho de que históricamente hemos sido un refugio seguro para el pueblo judío. Además, hemos sido el mejor amigo de Israel desde que la nación volvió a existir en 1948.

Pero la Biblia dice que en los tiempos del fin todas las naciones del mundo se unirán contra Israel por el asunto de Jerusalén (Zacarías 12:3). Y, al principio de la década de los noventa, nosotros comenzamos a volvernos contra Israel en nuestra determinación de mantener el acceso al petróleo árabe.

El Año Decisivo

El punto de inflexión fue en 1991, cuando la Unión Soviética colapsó y los judíos rusos empezaron a inundar Israel a razón de 2,000 a 3,000 cada día durante un año. La pequeña nación de Israel se vio abrumada por la cantidad de refugiados. El gobierno israelí apeló al Banco Mundial por un préstamo de 5,000 millones de dólares. El Banco Mundial dijo que concedería el préstamo si EE.UU. lo avalaba. El gobierno de Bush aceptó suscribir el préstamo a cambio de que los israelíes fueran a la mesa de negociación y comenzaran a intercambiar tierras por paz.

Sí, fuimos nosotros los que forzamos a Israel a adoptar la actual política suicida de apaciguamiento, y hemos estado retorciendo su brazo desde entonces, presionándolos a dividir la tierra que Dios les dio como una posesión eterna. Tenga en mente que podemos ejercer una presión enorme porque nuestro veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es la única cosa que existe entre Israel y las sanciones económicas que podrían fácil y rápidamente destruir la economía israelí.


Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Pablo Losa 
Editado por Donald Dolmus

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