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miércoles, 17 de julio de 2019

Libro: El Rapto: ¿Verdad o Ficción? – La Conclusión (parte 2)

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Parte 4

La Conclusión


Las Bendiciones Actuales de la Promesa del Rapto

La promesa del Rapto no sólo provee bendiciones que podemos esperar en el futuro, sino que también provee algunas bendiciones muy reales en el presente.

Éste es un punto que enfatizo una y otra vez a los pastores que no ven la relevancia de la profecía bíblica para el aquí y ahora. En cambio, tienden a verla como promesas fantasiosas relacionadas con el futuro distante.

Nuestras iglesias están llenas de personas que creen en la Segunda Venida intelectualmente, pero no con sus corazones, y por lo tanto, su creencia no tiene impacto en la forma en que viven. Es sólo cuando los cristianos sienten convicción en sus corazones acerca de dos verdades proféticas que van a transformar la forma en que viven:

1) Que Jesús realmente va a regresar

2) Que este evento podría ocurrir en cualquier momento.

Estas convicciones transformadoras sólo pueden provenir de una creencia en un Rapto Pre-Trib, porque motiva a las personas a vivir con un sentido de inminencia, expectativa y urgencia. O, para decirlo de otra manera, promueve vivir con una perspectiva eterna.

Y el desarrollo de tal actitud motiva, a su vez, a dos compromisos que pueden transformar las vidas de los creyentes individuales, así como la vida de una iglesia. Porque una creencia genuina en un motivará la santidad y el evangelismo. ¿Qué más podría desear un pastor que una congregación llena de miembros comprometidos con una vida santa y el evangelismo? Otra bendición actual de la promesa del Rapto Pre-Trib es que provee esperanza — una increíble esperanza. 

El gran pastor, Adrián Rogers (1931-2005), tenía esa esperanza. Creía en las señales de los tiempos y el Rapto y, debido a esas creencias, una vez proclamó: “El mundo se está volviendo gloriosamente oscuro”. Glorioso porque la creciente oscuridad apunta al final de los tiempos del fin y eso, a su vez, indica que el Rapto está más cerca que nunca.50 de manera similar, Jan Markell, la fundadora del Ministerio Árbol de Olivo, a menudo dice: “El mundo no se  está cayendo a pedazos. Más bien, todas las piezas están cayendo en su lugar”.51

La Necesidad Profética de la Iglesia

La Iglesia necesita desesperadamente un sentido de inminencia, porque las señales de los tiempos apuntan al hecho de que estamos viviendo en tiempo prestado.

Una vez más, estamos en el umbral mismo de la Tribulación, lo que, a su vez, significa que el Rapto es ahora más que simplemente inminente. Es inmediato.

Considere por un momento las muchas señales del tiempo del fin que se nos dice que vigilemos. Hay tantas que la única forma en la que he podido manejarlas es organizándolas en seis categorías:52

1) Las Señales de la Naturaleza
2) Las Señales de la Sociedad
3) Las Señales Espirituales
4) Las Señales de la Tecnología
5) Las Señales de la Política Mundial
6) Las Señales de Israel

La provisión de tantas señales del tiempo del fin en la Biblia es una prueba positiva de que Dios quiere que la generación del tiempo del fin esté plenamente consciente de que está viviendo en la época del regreso de Su Hijo. La razón, por supuesto, es que Dios en Su gracia y misericordia no desea de que nadie se pierda, sino que todos puedan llegar al arrepentimiento antes de que sea demasiado tarde (2 Pedro 3:9).

Sorprendentemente, la señal del tiempo del fin más importante no está incluida en ninguna de las categorías mencionadas anteriormente. Es la señal trascendental de la CONVERGENCIA. A lo que se refiere es al hecho de que todas las señales de los tiempos del fin están convergiendo por primera vez en la historia. 

Dios está a punto de derramar Su ira en este mundo rebelde y enfermo de pecado, y está gritando esa intención desde los cielos, usando voces proféticas para indicarnos las señales de los tiempos.53 Nuestro tiempo restante es corto. Y hay una pregunta crucial que cada uno de nosotros debe enfrentar. 

La Pregunta Crucial

¿Está listo? ¿Está preparado para la aparición de Jesús por Su Iglesia? ¿Será tomada en el Rapto, o será dejado atrás para enfrentar los horrors de la Tribulación y el terror del Anticristo? ¿Será la aparición de Jesús en los cielos por Su Iglesia su esperanza bienaventurada o su santo terror?

Quizás está pensando, “Probablemente me iría porque nací en una familia cristiana”. O quizás su sentimiento sea, “Estoy casi seguro de que me iría porque fui bautizado cuando era niño, y he asistido a la iglesia por lo menos una vez al año desde entonces”. 

O tal vez usted sea una de la mayoría de las personas que responden a esta pregunta diciendo: “Bueno, nunca he sido muy religioso, y no voy a la iglesia, pero no soy una mala persona; y ciertamente, soy mucho mejor que la mayoría de las personas que conozco — es decir, no estoy atrapado en algún pecado grave”.

Si alguno de estos pensamientos es suyo, entonces debe enfrentar algunas realidades sombrías:
  • No puede ser salvo por nacer en una familia cristiana.
  • No puede ser salvo por realizar ciertos rituales religiosos.
  • No puede ser salvo por realizar buenas obras.
  • No puede ser salvo por evitar ciertos pecados graves.
  • No puede ser salvo por vivir mejor que su vecino.
  • No puede ser salvo por unirse a una iglesia.

Jesús dijo que la única manera en que alguien puede ser salvo es que “nazca de nuevo” (Juan 3:3). ¿Qué significa eso? Se refiere al renacimiento espiritual.

La Consecuencia de Nuestros Pecados

Nuestros pecados han dado como resultado nuestra muerte espiritual. La Biblia lo dice de esta manera: “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). Debemos renacer espiritualmente para ser reconciliados con Dios y tener la esperanza de una vida eterna con Él.

¿Cómo puede experimentar ese renacimiento espiritual? Al poner su  fe en Jesús como su Señor y Salvador. Ésa es la única forma. Jesús mismo definió la salvación como una relación personal con Él, cuando dijo, “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).

Este punto vital hace que el verdadero cristianismo sea una cuestión de una relación, en lugar de una religión. La religión no salva. Sólo Jesús salva. Jesús dejó esto muy en claro cuando dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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