Los Principales Mitos Políticos y Teológicos
2. El segundo mito que quiero considerar es el perpetrado por los palestinos y repetido sin pensar por la prensa mundial. Es la afirmación de que los palestinos fueron desalojados por la fuerza e injustamente de su Estado por el pueblo judío.
Lo primero que debe considerarse aquí es nunca hubo tal cosa como un Estado palestino. Palestina era simplemente un nombre geográfico que fue dado a una sección del Medio Oriente, que siempre estuvo bajo el control de alguna potencia extranjera.
Entre 1517 y 1917 —un período de 400 años — era parte del Imperio Otomano, cuya capital era Estambul. Nunca hubo un Estado palestino soberano. Nunca hubo una población indígena palestina con su propia lengua y cultura.
A principios del siglo XX, Palestina era una tierra desolada y árida, escasamente poblada. La mayor parte era propiedad de propietarios ausentes. Las personas que vivían allí se habrían identificado como sirios. De hecho, los árabes que vivían allí ni siquiera comenzaron a llamarse palestinos hasta mediados de los años sesenta.
Pero el punto principal que se debe hacer es que cuando los judíos comenzaron a su patria en la década de 1890 y principios de 1900, compraron la tierra a los árabes a precios exorbitantes. De hecho, ¡los precios se cuadruplicaron! De nuevo, los judíos no robando la tierra, ni expulsaron a los árabes. Compraron tierra que ya les pertenecía legítimamente.
Y era una tierra desolada. Todos los árboles al sur del Mar de Galilea habían sido cortados. Los valles se habían convertido en tierras pantanosas infestadas de malaria. Era una tierra que nadie quería, excepto el pueblo judío.
La Biblia había profetizado que la tierra se volvería desolada cuando los judíos fueran expulsados, y también profetizó que, cuando regresaran, una vez más se convertiría en una tierra de leche y miel. Aquí está la profecía concerniente a su desolación:
Deuteronomio 29:22-23
22) Y dirán las generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que Jehová la habrá hecho enfermar
23) (azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra…
Aquí está la profecía concerniente a la recuperación de la tierra cuando los judíos regresaran:
Ezequiel 36:34-35
34) Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron.
35) Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas.
Y eso exactamente lo que pasó, y por eso el mito más reciente que la fértil imaginación de los palestinos ha evocado es que la tierra era tan maravillosa como lo es ahora, ¡cuando los judíos se la “robaron”!
Campo de refugiados palestinos en Jordania
3. El tercer mito que debemos considerar es uno trágico, porque ha dado como resultado un terrible abuso del pueblo palestino por parte de sus propios líderes. Es el mito de que Israel ha mantenido a los refugiados palestinos de la Guerra de Independencia de 1948-1949 en miserables campos de refugiados durante más de 70 años, al negarse a permitirles regresar.
Es cierto que hubo un desalojo masivo de árabes de Palestina durante la Guerra de Independencia de Israel en 1948 y 49 — pero no fueron expulsados por Israel.
Huyeron a petición de los cinco ejércitos árabes que invadieron Israel después de su Declaración de Independencia. Los líderes árabes les dijeron que huyeran a la seguridad, mientras que las naciones atacantes “hicieran que el Mar Mediterráneo se enrojeciera con la sangre de los judíos”.
Aproximadamente 650,000 huyeron de la tierra. Después de que la guerra terminó, las naciones árabes se negaron a absorber a esta gente. En cambio, los llevaron a campos de refugiados a lo largo de sus fronteras con Israel y comenzaron a usar su difícil situación para dirigir la opinión pública contra Israel.
Hoy, sólo 30,000 de estas personas siguen vivas, pero los palestinos argumentan que hay cinco millones de refugiados, porque cuentan a sus hijos, nietos y bisnietos.
En cambio, después de la Guerra de Independencia, todos los judíos en los Estados árabes — un total de más de 800,000 — fueron expulsados por la fuerza y sus propiedades fueron confiscadas. El pequeño Estado de Israel absorbió 550,000 de estos refugiados. El resto fue absorbido por naciones occidentales, principalmente los Estados Unidos.
En agosto de 2018, el Presidente Trump anunció que los Estados Unidos ya no reconocerían como refugiados a aquellos palestinos que huyeron de Israel en 19448-49. También anunció que la Agencia de Alivio de la ONU, que existe únicamente con el propósito de mantener a estas personas, ya no recibirá la donación anual de $300 millones de nuestra nación.
Esperemos que esto fuerce a las naciones árabes a absorber a estas personas y a dejar de usarlas como peones políticos.
4. El cuarto gran mito que me gustaría considerar es la afirmación de que los palestinos son el verdadero pueblo indígena de la tierra — como los indios americanos, y que los judíos son invasores colonialistas de Europa.
Ésta es una de las afirmaciones fundamentales del Movimiento BSD — el Movimiento del Boicot, Desinversión y Sanciones — que tantas iglesias y corporaciones estadounidenses han creído.
Durante mucho tiempo, los palestinos argumentaron que eran descendientes de los filisteos. Pero cuando se les informó que los palestinos se originaron en las Islas Griegas del Egeo y llegaron a Israel alrededor del año 1,300 a.C., cuando los griegos los expulsaron, el argumento de “pueblo indígena” cambió, ¡y los palestinos comenzar a decir que eran descendientes de los cananeos!
Mahmud Abás, el actual líder palestino, ha enfatizado mucho esta tontería en los últimos años. Puede tener en cuenta que también hace otras afirmaciones absurdas, tales como:
1) Jesús era un palestino.
2) El pueblo que Moisés sacó de Egipto era musulmán.
3) Nunca hubo un templo judío en Jerusalén.
Además, también es un negador del Holocausto. En su tesis doctoral, argumentó que el Holocausto es una ficción, creada para generar simpatía por los judíos. Así que este hombre vive en un mundo de mentiras.
La idea de que los judíos en Israel hoy son ocupantes coloniales es completamente absurda. Ha habido una presencia judía ininterrumpida en la Tierra Santa durante 4,000 años. Incluso durante la dispersión de los judíos después del año 70 d.C., continuó habiendo judíos viviendo en Jerusalén y en Galilea.
Y los judíos que han regresado a su patria no han regresado sólo desde Europa. Han llegado de más de 100 países dispersos por todo el mundo. Simplemente no hay forma de que puedan considerarse una “fuerza colonial” europea.
Ni tampoco los palestinos pueden ser considerados los descendientes de los cananeos. Simplemente no hay evidencia genealógica o genética que conecte a los árabes con los extintos cananeos.
En realidad, los palestinos en el Medio Oriente son árabes que emigraron a la zona desde lugares como Arabia Saudita, Yemen y Egipto. Yasser Arafat, por ejemplo, nació y creció en Egipto. Y observe esta reveladora cita suya:
“El pueblo palestino no tiene identidad. Yo, Yasser Arafat, el hombre del destino, les daré esa identidad a través del conflicto con Israel”.
En 2012, el Ministro del Interior y de Seguridad de Hamás, Fathi Hammad, declaró que “la mitad de los palestinos son egipcios y la otra mitad son saudíes”.
5. El quinto mito que quiero observar es la afirmación de que Jerusalén es la capital histórica del pueblo palestino y es el tercer lugar más sagrado del islam.
Esto es lo que el Presidente Trump llamaría “noticias falsas”. Yo lo llamo “tonterías”. La verdad es que Jerusalén nunca ha sido la capital de ninguna nación, excepto Israel. ¡Punto!
Cuando David conquistó la ciudad hace 3,000 años, era un pequeño pueblo rural jebuseo. Fue hecha la capital de Israel y sirvió en esa capacidad durante más de mil años.
Nunca ha sido la capital de ninguna otra nación — ¡ninguna! La capital romana de la Tierra Santa era Cesarea Marítima. La capital de los cruzados era la ciudad portuaria de Acre. La capital de Palestina durante los 400 años del gobierno otomano fue Estambul.
La afirmación mítica de que Jerusalén es el tercer sitio más sagrado del islam, después de Medina y La Meca, es un truco político fabricado para hacer un reclamo injustificado sobre la ciudad.
- Los judíos oran hacia Jerusalén. Los musulmanes oran hacia La Meca.
- La ciudad de Jerusalén está mencionada más de 700 veces en las Escrituras hebreas, ya sea como Jerusalén, Sión o Ariel.
- Jerusalén no se menciona ni una vez en el Corán.
El reclamo musulmán de Jerusalén se basa en la leyenda de que Mahoma cabalgó en su caballo volador a la Mezquita de Al Aqsa en Jerusalén, donde fue llevado al cielo para una visita. Basan esa afirmación en una declaración en el Corán que dice que Mahoma cabalgó en su caballo hasta la “mezquita más lejana”. Esa era una mezquita ubicada en Arabia Saudita que tenía ese nombre.
El pasaje en el Corán no puede estar refiriendo a la Mezquita de Al Aqsa en el Monte del Templo en Jerusalén, como afirman ahora los musulmanes, ¡debido a que ni siquiera existía durante la vida de Mahoma! La Mezquita de Al Aqsa se completó en el año 706 d.C., 73 años después de la muerte de Mahoma.
Lea la parte 1 aquí
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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