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sábado, 2 de marzo de 2019

Mitos Sobre Israel – Parte 2

Los Principales Mitos Políticos y Teológicos



Los Principales Mitos Políticos

Puesto que ya he escrito ampliamente en esta revista y mis libros acerca del mito de la Teología del Reemplazo, quiero dedicar el resto de este artículo a algunos de los principales mitos políticos sobre el pueblo judío e Israel que existen hoy.

Estos mitos políticos han sido perpetrados por los líderes políticos del mundo, en un esfuerzo por poner a las naciones del mundo contra el pueblo judío, con el objetivo de finalmente destruir su Estado.

Los medios de comunicación están llenos de estos mitos sobre Israel, y han demostrado ser muy eficaces para generar odio mundial hacia el pueblo judío y su Estado. 


1. El primero es que el pueblo judío no tiene derecho a la tierra de Palestina. 

En respuesta a este mito, creo que debería comenzar señalando que la palabra, Palestina, no es una palabra bíblica. No la encontrará en ninguna parte de su Biblia, excepto como una etiqueta en los mapas de la parte posterior de su Biblia.

Esa etiqueta es totalmente incorrecta. Lo que llegó a llamarse Palestina fue la tierra de Israel durante más de 1,500 años — el período de los jueces y reyes bíblicos. La tierra no llegó a ser conocida como Palestina hasta que después de que los romanos destruyeron Jerusalén en el año 70 d.C., y comenzaron a dispersar al pueblo judío en todo el mundo.

La palabra, Palestina, se deriva de la palabra romana para los filisteos. Así que, para humillar al pueblo judío, los romanos cambiaron el nombre de la tierra por el de su enemigo.

Ahora, en cuanto a si los judíos tienen o no un reclamo legítimo sobre esa tierra, ¡la respuesta es absolutamente sí!

El Derecho Bíblico a la Tierra

El Dios del pueblo judío es el que creó el universo, y Salmos 24:1 dice que Él es el dueño de todo. Por lo tanto, Él tiene el derecho de dar cualquier parte de esta tierra a quien quiera. 

Y le complació a Dios dar una gran sección del Medio Oriente al pueblo judío. Este regalo ocurrió hace 4,000 años cuando Dios se le apareció a Abraham y le dio a él y sus descendientes una concesión de tierra como se muestra abajo, que se extiende desde el Mar Mediterráneo hasta el Río Éufrates (Génesis 15:18-21).


Ésta es una concesión de tierra que nunca se ha hecho realidad en su totalidad, pero se hará durante el reinado milenial de Jesús. Una pequeña porción de esta concesión es lo que actualmente se conoce como Palestina. Cuando a Abraham se le prometió la tierra, el área era llamada “La Tierra de Canaán”.

La promesa inicial de esta tierra a Abraham y sus descendientes se especificó en términos generales en el Pacto Abrahámico contenido en Génesis 12.

Génesis 12:1-2, 7

1) Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra… a la tierra que te mostraré.

2) Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre…

3) A tu descendencia daré esta tierra.

Esta promesa fue reconfirmada a Abraham seis veces más y se explicó detalladamente en Génesis 15:18-21. En Génesis 17:7, Dios declaró que la promesa de la tierra sería “un pacto eterno”. La promesa fue reconfirmada a Isaac y Jacob, y fue reconfirmada a través del rey David en el Salmo 105, cuando escribió:

Salmos 105:1, 8-11

1) Alabad a Jehová…

8) Se acordó para siempre de su pacto;

9) La cual concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac.

10) La estableció a Jacob por decreto, a Israel por pacto sempiterno,

11) Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad.

El hecho de que los judíos fueron dispersados de la tierra durante 1,878 años — desde el 70 d.C. hasta 1948 — de ninguna manera significa que Dios invalidó su título de propiedad de la tierra. Porque, verá, Dios tenía un segundo pacto con el pueblo judío concerniente a su tierra.

El primer pacto era un Pacto del Título de la Tierra dado a través de Abraham. Era incondicional. El segundo era un Pacto del Uso de la Tierra, dado por medio de Moisés. Era condicional. 

En el Pacto del Uso de la Tierra, Dios le dijo al pueblo judío que el disfrute de la tierra dependería de su obediencia a Su Palabra — si eran fieles, bendiciones; si eran infieles, maldiciones.

Y dejó claro que si se volvían desobedientes y persistían en esa desobediencia, el juicio final que les impondría sería el exilio de la tierra. Pero la tierra aún les pertenecería. Permítanme ilustrar esto:

Supongamos que le da a su hijo adolescente un auto y pone el título a su nombre. Pero deja claro que mientras él viva en casa, bajo su autoridad, habrá reglas para usar el carro. Si las reglas se rompen, dependiendo de la gravedad de la ofensa, el automóvil estará encerrado en el garaje durante un período de tiempo. El coche seguirá perteneciendo al adolescente, pero el disfrute de él se perderá.

El punto crucial aquí es que, aunque el pueblo judío fue dispersado de su tierra en disciplina, no fue despojado de su tierra. El título de la tierra permaneció a su nombre. 

El Derecho Político a la Tierra

Ahora, el mundo, por supuesto, podría preocuparse menos por el título bíblico y eterno de los judíos sobre la tierra. Así que echemos un vistazo a su derecho a la tierra desde un punto de vista político y legal. El hecho de que tienen un derecho legal a la tierra se puede establecer fácilmente.

En noviembre de 1947, las Naciones Unidas oficial y legalmente autorizaron la creación del moderno Estado de Israel.

Antes de ese momento, la tierra había sido un Mandato de la Liga de Naciones, establecida después de la Primera Guerra Mundial. A Gran Bretaña se le había encomendado este Mandato, cuyo propósito era preparar a la gente que vivía en el área para la autonomía final.

En 1947, cuando los británicos anunciaron que estaban listos para entregar el Mandato, las Naciones Unidas aprobaron una división de la tierra entre los judíos y los árabes. Esa división se ilustra en el siguiente mapa. Las tres áreas naranja clara serían el Estado judío, las tres áreas púrpura, el Estado árabe. Jerusalén iba a ser internacionalizada.


Los judíos aceptaron a regañadientes la propuesta y procedieron a establecer su Estado. Los árabes se negaron a aceptar la acción de la ONU y recurrieron a la guerra.

Nadie puede afirmar sinceramente que los judíos no tienen derecho a la tierra. Les pertenece tanto bíblica como legalmente. 

Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 3 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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