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viernes, 15 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 23 (parte 1)

La Muerte

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Hecho: Muy pocos creyentes son conscientes de lo que la Biblia enseña acerca de la vida después de la muerte. 

Escritura Clave:Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte” (1 Corintios 15:26).

¿Está listo para el regreso del Señor? ¿Qué pasa si muere antes de que Él regrese? ¿Está listo para enfrentar a la muerte? ¿Puede decir con confianza que después de su último aliento, estará en la presencia del Señor?

¿Y sabe lo que le pasa a las personas cuando mueren? ¿Van los creyentes a un lugar llamado Purgatorio donde son atormentados para purificarlos para el Cielo? ¿Van los incrédulos directamente al infierno? ¿Los creyentes se convierten en ángeles y los incrédulos en demonios?

La Biblia dice que la mayoría de las personas viven en permanente servidumbre al temor de la muerte (Hebreos 2:15). La mayoría de las veces, el miedo se suprime, pero siempre está allí, justo debajo de la superficie. Normalmente surge cuando un amigo o un miembro de la familia mueren, cuando una persona experimenta un evento cercano a la muerte, como un grave accidente de auto o cuando una persona comienza a alcanzar la edad media. Y, por supuesto, ¡estar agachado en una trinchera con bombas explotando a su alrededor siempre da lugar a pensar en la muerte!

Eventos de la Muerte

Entonces, ¿qué pasa cuando muere? Si eres un hijo de Dios, tu espíritu es inmediatamente introducido al seno de Jesús por Sus santos ángeles. Tu espíritu permanece en el Cielo, en la presencia de Dios, hasta el momento del Rapto.

Cuando Jesús venga por Su Iglesia, trae tu espíritu con Él, resucita y glorifica tu cuerpo, y lo hace de naturaleza eterna (1 Corintios 15; 1 Tesalonicenses 4). Usted reina con Jesús por mil años  y luego vive eternamente con Él en la tierra nueva (Apocalipsis 20-22).

Si no eres un hijo de Dios, entonces tu espíritu va al Hades en tu muerte. Éste es un lugar de tormentos, donde tu espíritu es mantenido hasta la resurrección de los injustos, que tiene lugar al final del reinado milenial de Jesús.

En esa resurrección, eres llevado al Gran Trono Blanco de Dios, donde eres juzgado por tus obras y luego condenado a la “muerte segunda”, que es el “lago de fuego” (Apocalipsis 20:11-15).

El Estado Intermedio

Algunas de las mayores confusiones acerca de la vida después de la muerte se relacionan con el estado intermedio entre la muerte y la eternidad. Algunas personas abogan por un concepto llamado “el sueño del alma”. Argumentan que tanto los salvos como los perdidos están inconscientes después de la muerte, hasta el regreso de Jesús.

Pero la Biblia deja muy en claro que nuestro espíritu no pierde su conciencia en la muerte. Lo único que “se queda dormido” es nuestro cuerpo — en un sentido simbólico.

Pablo dice en 2 Corintios 5:8 que preferiría estar “ausentes del cuerpo, y presentes al Señor”. En Filipenses 1:21, él observa, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Luego añade en el versículo 23 que su deseo es “partir y estar con Cristo”. ¡Pablo ciertamente no esperaba estar en coma después de su muerte!

Si entonces nuestros espíritus retienen su conciencia después de la muerte, ¿a dónde van? La Biblia enseña que antes de la resurrección de Jesús, los espíritus de los muertos iban a un lugar llamado Hades (Seol en el Antiguo Testamento). Los espíritus existían allí conscientemente en uno de dos compartimentos, el Paraíso o el Tormento. Esto concepto está representado gráficamente en la historia de Jesús sobre el rico y Lázaro (Lucas 16:19-31).

La razón por la que los salvos iban al Paraíso en el Hades en lugar del Cielo es porque sus pecados estaban cubiertos por su fe, pero no perdonados. Por lo tanto, no podían ser conducidos a la presencia del Padre Santo. La Biblia enseña que “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22; Levítico 17:11).

El perdón de sus pecados tuvo que esperar el sacrificio de una persona perfecta quien moriría por sus pecados y no por los Suyos. Esa persona fue Jesús (2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:24).

La Biblia indica que después de la muerte de Jesús en la Cruz, Él descendió al Hades para declarar las buenas noticias de que había derramado Su sangre por los pecados de la humanidad (1 Pedro 3:18-19; 4:6). La Biblia también indica que después de Su resurrección, cuando ascendió al Cielo, Jesús se llevó el Paraíso con Él, y transfirió los espíritus de los santos muertos del Hades al Cielo (Efesios 4:8-9; 2 Corintios 12:1-4). Los espíritus de los santos muertos son representados después estando en el Cielo ante el trono de Dios (vea Apocalipsis 6:9; 7:9).


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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