La Profecía en el Nuevo Testamento
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Hecho: El Nuevo Testamento contiene Profecías sobre la Primera y la Segunda Venida del Mesías
Escritura Clave: “Además, contamos con la muy confiable palabra profética, a la cual ustedes hacen bien en atender, que es como una antorcha que alumbra en la oscuridad…” (2 Pedro 1:19 – RVC).
Las profecías acerca del Primer Advenimiento del Mesías no se limitan al Antiguo Testamento. Ésta es una verdad que a menudo se pasa por alto.
Las Fuentes del Nuevo Testamento
Los Evangelios contienen una serie de profecías acerca del Primer Advenimiento. Un buen número de ellas se agrupan alrededor del nacimiento de Jesús.
Los ángeles hablaron de las profecías acerca de la Primera Venida del Señor a José (Mateo 1:20-21) y María (Lucas 1:26-37), y también al sacerdote Zacarías (Lucas 1:13-17). Las profecías fueron dadas a los pastores de Belén (Lucas 2:9-14). También hubo varias profecías que el Espíritu Santo generó de personas conectadas con el nacimiento de Jesús — personas como los padres de Juan el Bautista (Zacarías en Lucas 1:67-79 y Elizabeth en Lucas 1:41-43).
A María, la madre de Jesús, le fue dada una canción profética (Lucas 1:46-55). Y a dos profetas ancianos llamados Simeón (Lucas 2:25-35) y Ana (Lucas 2:36-38) se les dieron mensajes proféticos cuando los padres de Jesús lo llevaron al templo para dedicarlo a Dios.
Juan el Bautista, quien era un profeta de Dios, hizo varias declaraciones proféticas acerca de su primo, Jesús (Mateo 3:11-12). Y Caifás, el sumo sacerdote en el tiempo de la muerte de Jesús, fue dirigido por el Espíritu Santo a hacer una declaración profética acerca de la muerte de Jesús y su significado (Juan 11:49-52).
Jesús, “El Profeta”
La mayor parte de las profecías del Nuevo Testamento concernientes a los eventos relacionados con el Primer Advenimiento provino de la boca de Jesús mismo. Mil quinientos años antes, Moisés había profetizado que el Mesías sería un profeta (Deuteronomio 18:15, 18). Ésta es la razón por la que a Juan el Bautista se le preguntó si él era “El Profeta” (Juan 1:21-23).
Más tarde, cuando Jesús comenzó Su ministerio, Sus señales milagrosas causaron que la gente exclamara: “Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo” (Juan 6:14; 7:41).
Jesús ciertamente actuó como un profeta. Habló profecías voluminosas concernientes a Su Segundo Advenimiento. También habló proféticamente acerca de eventos que ocurrirían durante Su Primer Advenimiento — o que resultarían de él.
El Tema de Discusión
Con respecto a Su Primera Venida, el tema al que Jesús le dio más atención fue a Su muerte y resurrección. Repetidamente, les dijo a Sus discípulos que lo matarían y que resucitaría de entre los muertos el tercer día después de Su muerte (Mateo 16:21)
Otro tema sobre el que profetizó en detalle fue el del Espíritu Santo. Declaró que enviaría al Espíritu después de Su partida, y profetizó cuál sería la obra del Espíritu (Juan 14:26).
La Importancia
La exactitud del 100% de las profecías de Jesús acerca de Sí mismo es una prueba positiva de que Él es Dios en la carne. También fue totalmente preciso en Sus profecías sobre individuos (Mateo 26:31-34), los judíos (Mateo 23:37-38), la ciudad de Jerusalén (Lucas 21:5-6), y la Iglesia (Mateo 16:18-19). No hay duda de que Jesús era “El Profeta”, a quien Moisés le dijo a su pueblo que esperara — Quien también sería el Mesías de Dios.
Hizo comentarios frecuentes sobre Su Segundo Advenimiento. Subrayó la certeza de Su regreso y el hecho de que regresaría en ira para ejecutar la venganza de Dios (Mateo 16:27).
Jesús también enfatizó la certeza del juicio y la recompensa para todos — tanto para los justos como para los injustos. Enseñó que habrá grados de bendición para los justos y grados de castigo para los injustos. Él se centró particularmente en las recompensas que les esperan a aquellos que lo han aceptado en fe. Hizo hincapié en la recompensa de la vida eterna, pero también describió una impresionante variedad de otras recompensas — algunas que serán para todos los creyentes y otras, recompensas especializadas, que se otorgarán por un servicio distinguido en el reino.
El pronunciamiento profético más profundo de Jesús fue Su “Discurso del Monte”, pronunciado a Sus discípulos en el Monte de los Olivos durante la última semana de Su vida. Éste provee una inspección panorámica de las señales que debemos vigilar, que señalarán la época de Su regreso (Mateo 24).
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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