¿Arrepentimiento o Juicio?
Pongamos este tema en perspectiva con dos pasajes fundamentales de la Escritura:
El primero es Salmos 33:12, que dice: “Bienaventurada la nación de la cual el SEÑOR es Dios” (RVR-2015). O, como dice en hebreo: “…cuyo Dios es Yahveh”.
El segundo es Proverbios 14:34, que dice: “La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones”.
Las Naciones en la Profecía
Desde que comencé a celebrar conferencias de profecía bíblica hace 38 años, la pregunta número uno durante las sesiones de preguntas y respuestas ha sido: “¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica?”. Los terribles acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 intensificaron la importancia y frecuencia de esta pregunta — y eso es ciertamente comprensible.
La Biblia está llena de profecías sobre las naciones:
Isaías profetizó en detalle acerca de los destinos de Asiria, Babilonia, Moab, Siria, Etiopía, Edom, Arabia, Tiro y Egipto.
Casi todos los profetas hebreos hablaron sobre Israel o Judá o ambos, y muchas de sus profecías se referían al destino de Jerusalén.
Jeremías cubrió las mismas naciones, y agregó a Filistea, Cedar, Hazor, Elam y Amón.
Daniel se centró en los imperios mundiales y, en el proceso, escribió mejor la historia de antemano que la mayoría de los historiadores después del hecho.
Daniel y muchos de los otros profetas también hablaron acerca de la configuración de naciones que existirían en los tiempos del fin, justo antes del regreso del Mesías. Ellos predijeron:
- La resurrección del Imperio Romano en Europa.
- El restablecimiento del Estado de Israel.
- Israel asediado por las naciones árabes vecinas.
- Israel amenazado por Rusia y sus aliados.
- Y naciones en el Lejano Oriente capaces de enviar un ejército de 200 millones contra el Medio Oriente.
Los Estados Unidos en la Profecía Bíblica
Entonces, ¿dónde están los Estados Unidos en la profecía bíblica? ¿Cómo pudieron los profetas pasar por alto nuestra nación?
Lo que hace que esta pregunta sea aún más desconcertante es que las señales de los tiempos indican que estamos en el umbral de la Tribulación, ¡y somos la superpotencia dominante del mundo! Así que, ¿cómo podría la Biblia dejar de mencionarnos?
La búsqueda de los Estados Unidos en la profecía bíblica ha sido extensiva e intensiva. También ha sido muy imaginativa.
Isaías 18
En el siglo XIX, una de las ubicaciones favoritas de los Estados Unidos en la profecía propugnada por los expertos en profecía bíblica era Isaías 18. Éste habla de una “nación de gente alta y lampiña; un pueblo temido por doquier, una nación agresiva y dominante, cuya tierra está surcada por ríos” (NVI).
El problema con aplicar Isaías 18 a los Estados Unidos es que el capítulo comienza identificando específicamente a la nación de la que se está hablando, y ésa es Cus, que es la moderna nación de Sudán.
El río al que se está refiriendo es obviamente el Nilo. Y además, todo el escenario del capítulo es durante el reinado milenial del Mesías.
Ezequiel 38 y 39
Durante el siglo XX, el lugar más popular para encontrar a nuestra nación en la profecía cambió a Ezequiel 38 y 39, donde se describe la batalla del tiempo del fin de Gog y Magog. Ésta es una invasión masiva de Israel por parte de Rusia y sus aliados, todos los cuales son países musulmanes modernos.
Ezequiel 38:13 declara que, cuando la invasión rusa de Israel ocurra en los tiempos del fin, “los mercaderes de Tarsis y todas sus aldeas” (RVA-2015), hablarán en contra de la invasión.
Tarsis fue identificada como Gran Bretaña y las “aldeas” fueron identificadas como las colonias británicas de habla inglesa, incluyendo, por supuesto, a los Estados Unidos.
Más tarde en el siglo, la identificación de Tarsis cambió a España. Para compensar esto, los defensores de esta teoría simplemente señalaron que Colón zarpó de España y, por lo tanto, su descubrimiento de América convertiría a nuestra nación en una de las “aldeas” de España.
Creo que debería estar empezando a ver cuán desesperadas han estado las personas a lo largo de los años para encontrar a los Estados Unidos en la profecía.
En realidad, la más reciente evidencia científica antropológica y metalúrgica apunta de forma concluyente a la isla de Cerdeña como el sitio de Tarsis. Cerdeña es la segunda isla más grande del Mediterráneo, sólo superada por Sicilia. ¡Y no creo que alguien sea tan osado como para afirmar que nuestra nación es una de las aldeas de Cerdeña!
La Gran Águila
Esto nos lleva a la que considero la más imaginativa y tonta identificación de nuestra nación en la profecía bíblica. Se encuentra en Apocalipsis 12:14, que declara que cuando el Anticristo intente aniquilar a los judíos en la segunda mitad de la Tribulación, los judíos en Israel huirán en “las dos alas de la gran águila”.
¡Creálo o no, algunas personas se han aprovechado de estas imágenes para enseñar que los Estados Unidos, cuyo símbolo nacional es el águila, proporcionarán el traslado aéreo que salvará al remanente judío!
Pero la Biblia es su propio mejor intérprete. Y cuando busca la frase, “alas de águila”, encontrará que es la misma que Dios usó en Éxodo 19:4, para describir cómo sacó a los israelitas de Egipto: “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí”.
La misma imagen se usa en Deuteronomio 32:11, donde habla de la protección de Israel en el desierto.
“Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, [el Señor] extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas”.
En Apocalipsis 12, Dios es el “águila”, no los Estados Unidos. Lo que el pasaje en Apocalipsis 12 dice es que Dios va a proteger sobrenaturalmente al pueblo judío cuando huyan del Anticristo a Jordania, a la mitad de la Tribulación.
Babilonia la Grande
Esto nos lleva a lo que hoy es el pasaje más popular para identificar a nuestra nación en la profecía bíblica.
Se encuentra en Apocalipsis 18, que habla de un gran imperio que domina el mundo en los tiempos del fin llamado “Babilonia la Grande”, que será destruido por Dios en una hora de un día.
No hay duda de que los Estados Unidos comparten muchas similitudes con el imperio comercial corrupto descrito en este capítulo. El imperio es descrito como uno que está en rebelión contra Dios, hasta el punto que se ha convertido en “habitación de demonios” (versículo 2). Además afirma que la inmoralidad de este imperio ha corrompió a todas las naciones del mundo (versículo 3).
También queda claro que esta “Babilonia la Grande” dominará por completo la economía mundial, y su destrucción dará como resultado el colapso de las economías de todas las naciones. Esto hace que los reyes, comerciantes, y capitanes “lloren y hagan lamentación” y exclamen, “¡Ay, ay!” (versículos 9, 11, 17).
En el contexto internacional actual, ciertamente suena como los Estados Unidos. Pero, de nuevo, la Biblia es su propio mejor intérprete, y el capítulo 17 de Apocalipsis deja en claro que la “Babilonia la Grande” es el imperio mundial del tiempo del fin del Anticristo, que se centrará en Roma, no Washington, D.C.
Muchas profecías bíblicas tienen un pre-cumplimiento de tipo simbólico antes de que finalmente se cumplan en realidad. La destrucción de los Estados Unidos (ya sea por fuerzas externas o internas), y el impacto de esa destrucción sobre el mundo, sin duda podría constituir un pre-cumplimiento simbólico de Apocalipsis 18, pero el verdadero cumplimiento tendrá que espera la aniquilación del imperio mundial del Anticristo.
Por eso, mi conclusión es que los Estados Unidos no están mencionados específicamente en la profecía bíblica. Estamos cubiertos por profecías que se relacionan con todas las naciones, pero más allá de ellas, nuestro destino en el tiempo del fin no se menciona específicamente.
Pero esta conclusión plantea más preguntas de las que responde. ¿Por qué no estamos mencionados? ¿Cómo podría la Biblia guardar silencio acerca de nosotros?
En la segunda parte de nuestra serie concerniente al destino de los Estados Unidos, veremos posibles escenarios sobre por qué los Estados Unidos no son mencionados en la profecía bíblica de los tiempos del fin.
Artículos recomendados:
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario