viernes, 3 de noviembre de 2017

Un Fracaso de la Reforma – Parte 2

Interpretación Escritural

Por Dr. Andy Woods



El Triunfo de la Espiritualización

El predominio de la escuela de Antioquía pronto fue eclipsado por la influencia de una escuela competidora ubicada en África del Norte, en la ciudad de Alejandría, Egipto.

La escuela alejandrina introdujo la alegorización como un método para interpretar la Escritura, especialmente la Profecía Bíblica. La alegorización (o espiritualización) consiste en usar el significado literal del texto bíblico sólo como un vehículo para introducir un significado espiritual superior, que sólo es claro para el que está haciendo la alegorización.

Por ejemplo, Filón (25 a.C.–50 d.C.), un influyente alegorizador, quien vivió durante la época de Cristo, vio los cuatro ríos desccritos en Génesis 2:10-14 (Pisón, Gihón, Tigris, Eufrates) no tan sólo como cuatro ríos literales en el Jardín del Edén, ¡pero también representando cuatro partes del alma humana!

¿Qué causó que la Iglesia cristiana rechazara progresivamente el enfoque tradicional y literal propugnado por Antioquía y que, adoptara en su lugar, el método alegórico perfilado por Alejandría? A riesgo de una simplificación excesiva, es probable que hubiera una multiplicidad de factores.

En primer lugar, el enfoque alegórico suplió la necesidad de relevancia y aplicación inmediata en la predicación y enseñanza cristiana. Cuando el texto es alegorizado, puede usarse para satisfacer prácticamente cualquier necesidad emocional, espiritual o psicológica del oyente o lector. 

En segundo lugar, el método alegórico se hizo cada vez más sostenible a medida que los intérpretes se volvieron susceptibles a fusionar la filosofía humana con el proceso de interpretación bíblica.

En tercer lugar, una influencia relacionada fue que Alejandría, Egipto, era un semillero del dualismo gnóstico, que enseñaba que mientras el mundo espiritual era inherentemente bueno, el mundo físico era maligno. Y puesto que creían que el mundo físico era inherentemente malo, los filósofos gnósticos razonaban que las diversas profecías bíblicas relativas a un reino físico en la tierra obviamente no debían tomar literalmente y que, por lo tanto, debían ser espiritualizadas.

Un cuarto factor que llevó a la Iglesia a abrazar el método alegórico de interpretación fue el declive de los creyentes judíos dentro de las filas de la Iglesia. Para cuando Pablo escribió su epístola a los Romanos, los cristianos gentiles estaban en tal ascendencia numérica sobre sus homólogos judíos, que Pablo tuvo que instruir a estos creyentes judíos para que no fueran arrogantes a causa del aparente endurecimiento espiritual de Israel (Romanos 11:13, 17-21).

Dada la familiaridad judía no sólo con el contenido, sino también con una comprensión correcta de la Biblia hebrea, o el Antiguo Testamento, es dudoso que la Iglesia hubiera abrazado el método de interpretación propugnado por la escuela alejandrina, sino los judíos hubiesen conservado su condición de mayoría dentro de la Iglesia. Sin embargo, los cristianos gentiles, que provenían de orígenes paganos, no estaban educados de manera similar. Por lo tanto, eran vulnerables a la sugerencia de que el Antiguo Testamento podía ser espiritualizado, alegorizado y, consecuentemente, marginalizado.

En quinto lugar, el Edicto de Milán de Constantino (313 d.C.), que otorgaba tolerancia religiosa al cristianismo dentro del Imperio Romano, también jugó un papel significativo en el abrazo de la Iglesia al método de interpretación alegórico. Con el toque de una pluma, el cristianismo pasó de un estado perseguido dentro de Roma a uno protegido e incluso elevado.

Una transición tan abrupta de la persecución a la tolerancia, e incluso elevación, convenció a muchos dentro de la Iglesia que el reino de Dios había llegado. Esta nueva creencia les hizo alegorizar muchas de las promesas del reino terrestre relacionadas con el Israel nacional, en realidades actuales espirituales del reino.
Esta convergencia de factores condujo a la ascendencia del método alejandrino de interpretación dentro de la cristiandad.

Alegorizadores Prominentes

Varios intérpretes alegóricos surgieron de la escuela alejandrina. Uno de esos intérpretes fue Orígenes (185–254 d.C.). Pero el alegorizador más influyente fue Agustín (354–430 d.C.). Su libro, La Ciudad de Dios, fue la primera gran sistematización y exposición escrita del Amilenialismo en la historia de la iglesia, y es quizás también el libro más influyente en la historia de la iglesia. Esta obra, más que cualquier otra, lanzó un hechizo alegórico sobre la Iglesia que, como se explicará después, le tomó a la cristiandad más de un milenio para escurrirse de él. 

“Agustín de Hipona”, por Sandro Botticelli (1445-1510)

La Ciudad de Dios alegorizó salvajemente pasajes bíblicos relacionados con el futuro reinado terrenal de Cristo. Por ejemplo, la “primera resurrección” (Apocalipsis 20:4-6) fue reinterpretada para referirse a una regeneración espiritual en lugar de una resurrección futura, física y corporal. También enseñó que la atadura de Satanás simplemente “significa que es más incapaz de seducir a la Iglesia”.

Con respecto al futuro reinado de Cristo de mil años junto con Sus santos (Apocalipsis 20:4). Agustín afirmó que “la Iglesia, incluso ahora, es el reino de Cristo, y el reino de los cielos. En consecuencia, incluso ahora Sus santos reinan con Él”.

Hacia el año 450 d.C., el método de interpretación alejandrino se había arraigado tanto que la Iglesia comenzó a ver al quiliasmo temprano como el producto de los menos iluminados y los menos inteligentes. De hecho, el propio Quiliasmo comenzó a ser visto como una mera fábula, más que el producto de un estudio cuidadoso del texto bíblico.

En el tercer segmento de esta serie, veremos lo que ocurrió en la Edad Oscura y el regreso a la interpretación literal.

Lea también:
Un Fracaso de la Reforma – Parte 1

El Dr. Andy Woods es oriundo de California, donde asistió a la universidad y obtuvo una licenciatura en derecho. En 1998, cambió de rumbo y comenzó a hacer la transición del derecho a la teología, cuando decidió ingresar al seminario.

Finalmente obtuvo un doctorado en exposición bíblica del Seminario Teológico de Dallas. Actualmente se desempeña como pastor en la Iglesia Bíblica de Sugar Land, en el área de Houston, mientras se desempeña como Presidente del Seminario Teológico Chafer, en Albuquerque, Nuevo México. Es un escritor prolífico y un conferenciante muy solicitado.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article
A Failure of the Reformation

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