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viernes, 16 de junio de 2017

Libro: ¿Qué Amor es Éste? — Capítulo 4 (Parte 2)

La Sorprendente Conexión del Calvinismo con el Catolicismo

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La Influencia Dominante de Agustín

No hay duda sobre el papel importante que Agustín desempeñó en moldear el pensamiento, la teología y las acciones de Calvino. Esto es particularmente cierto con respecto a las bases fundamentales del Calvinismo. Warfield se refiere a Calvino y a Agustín como "dos hombres extraordinariamente talentosos [que] son como  pirámides imponentes sobre la escena de la historia."19 Los Institutos de la Religión Cristiana de Calvino hacen repetidas referencias favorables a Agustín, frecuentemente citando sus escritos como autoritativos y usando la expresión, "confirmado por la autoridad de Agustín".20 Calvino le acredita a menudo a Agustín con haber formulado conceptos clave, que luego expone en sus Institutos.  Los siguientes son sólo una muy pequeña muestra de tales referencias:

• "Hemos llegado al camino de la fe," dice San Agustín: "mantengámonos siempre apegados a él" 21

• La verdad de Dios es tan poderosa, tanto aquí y en todas partes, que no debe  temer las calumnias de los impíos, como sostiene poderosamente Agustín... Agustín quien no disfraza… a menudo fue acusado de predicar la doctrina de la predestinación con demasiada libertad, pero... él abundantemente refuta la acusación... Porque se ha observado sagazmente por Agustín (De Genesi ad litteram, Lib V) que podemos seguir las escrituras con seguridad...22

• Porque Agustín, quien expone con razón este pasaje, dice...23

• Lo digo con Agustín, que el Señor ha creado aquellos que,  sin duda conoció con anterioridad, debían ir a la destrucción, y lo hizo porque él así lo quiso.24

• Si tu mente está preocupada, no se niegue en aceptar el Consejo de Agustín...25

• Por lo tanto no dudare simplemente confesar con Agustín... esas cosas sin duda sucederán  que [Dios] ha previsto [y] que la destrucción de los no elegidos es la justa consecuencia de la predestinación.26

•  Agustín, en dos pasajes en particular, da un retrato [favorable] de la forma del antiguo monaquismo. [Calvino luego procede a citar los elogios de Agustín a los primeros monjes].27

• Aquí las palabras de Agustín se aplican admirablemente...28

• Esta es una fiel cita de Agustín; Pero ya que sus palabras tendrán más autoridad que las mías, les presento el siguiente pasaje de su tratado.29

• Por tanto, Agustín, ordena a maestros sin sentido o profetas de mal presagio y siniestros, a retirarse de la Iglesia cuando lo merecen.30

Podríamos multiplicar muchas veces los ejemplos anteriores de la influencia de Agustín sobre Calvino, por las decenas de veces que Calvino cita extensamente los escritos de Agustín. Los líderes calvinistas admiten que las creencias básicas de Calvino se formaron mientras que él todavía era un devoto católico romano, a través de los escritos de Agustín — una influencia que permaneció con él durante toda su vida —. Las enseñanzas agustinas que Calvino presentó en sus Institutos incluían la soberanía de Dios como la causa de todo (incluyendo el pecado), la predestinación de algunos para salvación y de otros para la condenación, la elección y la reprobación, la fe como un irresistible don de Dios — de hecho, todos los conceptos claves del corazón del Calvinismo —.

Buscamos en vano la evidencia de que Calvino alguna vez desaprobara alguna de las herejías de Agustín. El calvinista Richard A. Muller admite, "Juan Calvino fue parte de una larga línea de pensadores que fundamentaron su doctrina de la predestinación en la interpretación agustiniana de San Pablo".31 En cada edición ampliada de sus Institutos, Calvino cita y depende de  Agustín cada vez más.

¿Es el Calvinismo Realmente una Creencia Protestante?

Que muchos evangélicos prominentes están todavía bajo el hechizo de Agustín es evidente — y sorprendente, si tenemos en cuenta sus numerosas herejías —.  Norm Geisler ha dicho, "Agustín fue uno de los más grandes pensadores cristianos de todos los tiempos".32  Pero Agustín dijo: "no debo creer el evangelio a menos que yo fuera impulsado a hacerlo por la autoridad de la Iglesia [Católica]."33  Esa declaración fue citada con gran satisfacción por el Papa Juan Pablo II en su celebración de 1986 del 1600mo aniversario de la conversión de San Agustín. El Papa dijo:

El legado de Agustín… son los métodos teológicos que han permanecido fieles...la plena adhesión a la autoridad de la fe...revelada a través de las Escrituras, la Tradición y la Iglesia... Asimismo el sentido profundo del misterio — "porque es mejor”, exclama, "el tener una ignorancia fiel que un conocimiento presuntuoso...". Una vez más expreso mi deseo ferviente que la enseñanza autorizada de un gran médico y pastor florezca cada vez más feliz en la iglesia...34

En mi debate con James White, él afirma que "Calvino refutó este mismo pasaje en sus Institutos, y cualquier lectura justa de los escritos de Agustín refuta esta tergiversación por Hunt".35 De hecho, Calvino reconoció la autenticidad de la declaración e intentó defenderla como un razonamiento legítimo para quienes no tienen la certeza de fe por el Espíritu Santo.36

Vance ofrece numerosas citas asombrosas de calvinistas que alaban a Agustín: "Uno de los mejores teólogos y filósofos que Dios ha tenido a bien darle a Su iglesia".37 "El cristiano más grande desde la época del Nuevo Testamento...el hombre más grande que alguna vez escribió en latín."38 "[Sus] trabajos y escritos, más que las de cualquier otro hombre en la época en que vivía, contribuyeron a la promoción de la sana doctrina y al renacimiento de la religión verdadera".39

Warfield agrega, "Agustín determinó para siempre la doctrina de la gracia".40 Aun así [Agustín] creía que la gracia venía por medio de los sacramentos católicos romanos. El que los calvinistas atribuyan tales elogios sobre Agustín, hace más fácil comprender por qué dan la misma alabanza a Calvino.

En cuanto a la formación de las doctrinas y prácticas del catolicismo romano, la influencia de Agustín fue la mayor de la historia. Vance nos recuerda que Agustín fue "uno de los cuatro 'Doctores de la Iglesia'  originales del catolicismo [con] un día de fiesta [dedicado a él] en la iglesia católica, el 28 de agosto, el día de su muerte".41 El papa Juan Pablo II llamó a Agustín "el padre común de nuestra civilización cristiana".42 William P. Grady, por otro lado, escribe: "El engañado Agustín (354-430) llegó tan largo como para anunciar (a través de su libro, La Ciudad de Dios) que Roma había tenido el privilegio de marcar el comienzo del reino milenial (también conocido como la 'Edad Oscura')".43

Extrayendo de una Fuente Contaminada

Sir Robert Anderson nos recuerda que "la iglesia [católica] romana fue moldeada por Agustín a la forma que  ha mantenido desde entonces.  De todos los errores que siglos que más tarde se convirtieron en las enseñanzas de la iglesia católica,  casi no hay ninguna que no se encuentre como embrión en su escritos."44  Esos errores incluyen el bautismo de los niños para la regeneración (los bebés que mueren sin ser bautizados están condenados) la necesidad del bautismo para la remisión de los pecados (el martirio, como en el Islam, hace lo mismo), el purgatorio, la salvación en la iglesia sola a través de sus sacramentos, y la persecución de quienes rechazan los dogmas católicos. Agustín también engendró la aceptación de los libros apócrifos (que admitió que aun los judíos los habían rechazado), la interpretación alegórica de la Biblia (así el relato de la creación, los seis días, y otros detalles en Génesis no son necesariamente literales) y el rechazo del reinado personal literal de Cristo en la tierra por mil años (ahora supuestamente estamos en el reino milenial de Cristo con la iglesia reinando y el diablo actualmente encadenado).

Agustín insiste en que Satanás ahora está "atado" basándose en que "aun ahora los hombres son,  y sin duda hasta el fin del mundo lo serán, convertidos a la fe de la incredulidad en la cual él [Satanás] los mantenía”. Que él considera el encadenamiento prometido de Satanás en el "abismo" (Apocalipsis 20:1-3) alegóricamente es claro. Sorprendentemente, Satanás "está atado en cada instancia en la que es despojado de sus bienes [es decir, alguien que cree en Cristo]". Y aún más sorprendente, "el abismo en el que está encerrado", de alguna manera es interpretado por Agustín como “las profundidades de los corazones" de los que rechazan a Cristo. Es así como Satanás es continuamente confinado en un abismo.45

Agustín no intenta explicar cómo llegó a esa idea asombrosa, mucho menos cómo podría existir un abismo en millones de corazones o, cómo estando “atado" allí, Satanás todavía es libre para cegar a aquellos en cuyos "corazones" él está supuestamente confinado (2 Corintios 4:4). Tampoco explica cómo ni por qué, a pesar de que Satanás está atado,

Cristo encargó a Pablo a convertir a judíos y gentiles "del poder de Satanás a Dios" (Hechos 26:18)

• Pablo podría entregar al fornicador corintio a Satanás (Corintios 5:5)

• Satanás puede transformarse "en un ángel de luz" (Corintios 11:14)

• Pablo advertiría a los creyentes de Éfeso a no "dar lugar al diablo" (Efesios 4:27) e instamos a ellos y a nosotros hoy a "estar firmes contra las asechanzas del diablo" (6:11)

• Satanás todavía puede ir "como león rugiente... buscando a quien devorar"(1 Pedro 5:8)

• Satanás todavía es capaz de acusar a los cristianos ante Dios, y  con sus demonios hacer  guerra en el cielo contra “Miguel y sus ángeles" y por fin ser echado del cielo a la tierra (Apocalipsis 12:7-10)

Agustín fue uno de los primeros en poner la autoridad de la tradición al nivel de la Biblia, e incorporar mucha filosofía, especialmente platonismo, en su teología. Exponiendo la locura de aquellos que alaban a Agustín, Vance escribe:

Él creía en la sucesión apostólica desde Pedro, como una de las marcas de la iglesia verdadera, enseñó que María era sin pecado y promovió su adoración. Él fue el primero que definió los  así llamados sacramentos como un signo visible de la gracia invisible... El memorial de la Cena del Señor se convirtió en la presencia espiritual del cuerpo y la sangre de Cristo. Para Agustín la única iglesia verdadera era la iglesia católica.  Escribiendo en contra de los donatistas, aseveró: "La iglesia católica sola es el cuerpo de Cristo... Fuera de este cuerpo, el Espíritu Santo no da vida a nadie... [y] no es partícipe del amor divino quien es el enemigo de la unidad.  Por lo tanto no tienen el Espíritu Santo los que están fuera de la Iglesia.46

Y éste es el hombre a quien Geisler llama "uno de los más grandes pensadores cristianos de todos los tiempos". Por el contrario, Calvino extrajo de una fuente muy contaminada cuando acogió las enseñanzas de Agustín. ¿Cómo podría alguien sumergirse en una herejía tan contaminada sin llegar a estar confundido e infectado? Sin embargo, este desconcertante embrollo de especulación y catolicismo romano en formación es reconocido como la fuente del Calvinismo — y es elogiado por líderes evangélicos.  Uno queda estupefacto al ver la aclamación amontonada sobre Calvino y Agustín por líderes cristianos, por lo demás con sano juicio.

Una Contradicción Asombrosa

El acuerdo casi total de Calvino con, y sus repetidos elogios a Agustín no se pueden negar. Calvino se llamaba a sí mismo "un teólogo agustino".47  De Agustín dijo: "A quien citamos con frecuencia, por ser el mejor y más fiel testigo de toda la antigüedad."48   

Los calvinistas mismos insisten en la conexión entre Calvino y Agustín. McGrath escribe, "Sobre todo, Calvino consideraba su pensamiento como una fiel exposición de las ideas principales de Agustín de Hipona".49 Wendel concede, "Sobre los puntos de doctrina que toma prestado de Agustín con las dos manos”. 50 Vance escribe:

Sin embargo, para probar concluyentemente que Calvino fue un discípulo de Agustín, no necesitamos mirar más allá del propio Calvino.  Uno no puede leer cinco páginas en los Institutos de Calvino sin ver el nombre de Agustín. Calvino cita a Agustín más de cuatrocientas veces en sus Institutos.  Llamó a Agustín por títulos como "hombre santo" y "santo padre".51

Como Vance señal además, "los calvinistas admiten que Calvino fue fuertemente influenciado por Agustín en la formación de su doctrina de la predestinación".52 ¿Cómo podría uno de los líderes de la Reforma acoger tan plenamente las doctrinas de quien ha sido llamado el "principal creador teológico del sistema latino-católico tan distinto del…Protestantismo evangélico... "?53

La admiración de Calvino por Agustín, y el aceptar una gran parte de sus enseñanzas, es sólo una de varias contradicciones importantes en su vida. Estas serán completamente documentadas en este libro. La situación también es contradictoria del lado católico romano. Sus dogmas rechazan algunas de las doctrinas más importantes sostenidas por el más famoso de sus Santos — las mismas doctrinas Agustinas que Calvino aceptó.

Aquí nos enfrentamos a una extraña anomalía.  Warfield declara que "es Agustín quien nos dio la reforma"54 — sin embargo, al mismo tiempo, también reconoce que Agustín fue "en un sentido el verdadero fundador del catolicismo romano". 55  Y "el creador del santo imperio romano."56

Philip F. Congdon escribe: "otro paralelo curioso es evidente entre la teología calvinista clásica y la teología católica romana.  Los dos comparten una inclusión de obras en el mensaje del Evangelio y una imposibilidad de certeza en la salvación... Ambos sostienen la primacía de la gracia de Dios; y ambos incluyen la necesidad de nuestras obras".57 Las herejías de Agustín, especialmente su visión romanista de la fe en Cristo, que es complementada por buenas obras y los sacramentos,  se perdieron en Lutero, quien escribió: "al principio, devoraba a Agustín, pero cuando...supe lo que en realidad era la justificación por la fe, lo deseche".58

Extrañamente, pareciera que Calvino no pudo reconocer que Agustín nunca entendió la salvación por gracia, únicamente mediante la fe en Cristo.

Sin embargo, líderes calvinistas sugieren que yo estoy del lado del catolicismo romano al rechazar el calvinismo, a pesar de que éste proviene en gran parte del máximo católico romano,  Agustín.  Así me lo expresó un escritor:

Y teniendo en cuenta que la posición que usted adopta, es, completamente opuesta al corazón mismo del mensaje de los reformadores, y se alinea con la visión de Roma en cuanto a la voluntad del hombre y la naturaleza de la gracia., ésta me parece tremendamente incoherente de su parte.  Usted a menudo habla de oponerse a las tradiciones de los hombres, sin embargo, en este caso, usted acepta las tradiciones que se encuentran en el corazón del "evangelio" de Roma.59

Por el contrario, los reformadores y sus credos están infectados con las ideas provenientes del más grande católico romano, Agustín mismo.  Además, un rechazo de la Elección, la Predestinación y la Preservación de los Santos, según son definidos por los calvinistas, difícilmente es una aceptación de "el corazón del 'evangelio' de Roma". El verdadero corazón del evangelio de Roma son los sacramentos y las buenas obras.   Ciertamente el hecho de que Calvino retuvo los sacramentos, la regeneración bautismal para infantes, y honrar el sacerdocio católico como válido, es una aceptación más grave del falso evangelio del catolicismo. El rechazo del Calvinismo no requiere ningún acuerdo en absoluto con Roma sobre ninguna parte de sus doctrinas heréticas de salvación.

Parece incomprensible que la influencia predominante sobre la teología reformada y sus credos podría estar tan estrechamente relacionada con el catolicismo romano contra el cual se rebelaron los reformadores.  Sin embargo, quienes no se inclinan ante estos credos están supuestamente "en error".  La historia de cómo los credos protestantes llegaron a ser dominados por la doctrina calvinista es una historia interesante.


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Notas:

19. Warfield, Calvin, v.
20. John Calvin, contents page of Institutes of the Christian Religion, trans. Henry Beveridge (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1998 ed.), III: xxiii, IV: xvii, etc.
21. Calvin, Institutes, III: xxi, 2.
22. Ibid., xxi, 4.
23. Ibid., xxiii, 1.
24. Ibid., 5.
25. Ibid.
26. Ibid., 8.
27. Ibid., IV: xiii, 9.
28. Ibid., III: xxiii, 11.
29. Ibid., 13.
30. Ibid., 14.
31. Richard A. Muller, Christ and the Decree (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1988), 22.
32. Norman L. Geisler, What Augustine Says (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1982), 9.
33. Aug. Cont. Epist. Fundament c.v.
34. John Paul II, Sovereign Pontiff, Augustineum Hyponensem (Apostolic Letter, August 28, 1986. Available at: www.cin.org/jp2.ency/augustin.html).
35. Dave Hunt and James White, Debating Calvinism, (Sisters, OR: Multnomah Publishers, 2004), 244.
36. Calvin, Institutes, I: vii, 3.
37. Talbot and Crampton, Calvinism, Hyper-Calvinism, 78; cited in Vance, Other Side, 39.
38. Alexander Souter, The Earliest Latin Commentaries on the Epistles of St. Paul (n. p., 1927), 139.
39. N. L. Rice, God Sovereign and Man Free (Harrisonburg, VA: Sprinkle Publications, 1985), 13.
40. Benjamin B. Warfield, “The Idea of Systematic Theology,” in The Princeton Theology, ed. Mark A. Noll (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1983), 258.
41. Vance, Other Side, 41.
42. Richard N. Ostling, “The Second Founder of the Faith” (Time, September 29, 1986).
43. William P. Grady, Final Authority: A Christian’s Guide to the King James Bible (Knoxville, TN: Grady Publications, 1993), 54.
44. Sir Robert Anderson, The Bible or the Church? (London: Pickering and Inglis, 2nd ed., n. d.), 53.
45. Augustine, The City of God, trans. Marcus Dods. In Great Books of the Western World, ed. Robert Maynard Hutchins and Mortimer J. Adler (Encyclopaedia Brittanica, Inc., 1952), XX:7, 8.
46. Vance, Other Side, 55.
47. Talbot and Crampton, Calvinism, Hyper-Calvinism, 79.
48. Calvin, Institutes, IV:xiv, 26.
49. Alister E. McGrath, The Life of John Calvin (Cambridge, MA: Blackwell Publishers, 1990), 151.
50. Francois Wendel, Calvin: Origins and Development of His Religious Thought (Grand Rapids, MI: Baker Books, 1997), 124.
51. Vance, Other Side; citing Calvin, Institutes, 139, 146, 148–49.
52. Vance, Other Side, 113; citing Wendel, Origins, 264, and Timothy George, Theology of the Reformers (Nashville, TN: Broadman Press, 1988), 232.
53. Philip Schaff, History of the Christian Church (New York: Charles Scribner’s Sons, 1910; Grand Rapids, MI: Wm B. Eerdmans Publishing Co., reprint 1959), III: 1018.
54. Warfield, Calvin, 322.
55. Ibid., 313.
56. Ibid., 318.
57. Philip F. Congdon, “Soteriological Implications of Five-point Calvinism,” Journal of the Grace Evangelical Society, Autumn 1995, 8:15, 55–68.
58. George, Theology, 68.
59. James R. White to Dave Hunt, August 4, 2000. On file.

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