martes, 20 de junio de 2017

La Naturaleza del Regreso del Señor

¿Regresará el Señor en amor o en ira?


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 Cuando usted piensa acerca de la venida del Señor, ¿en qué piensa? ¿Cuál es su imagen? ¿Es positiva o negativa? ¿Es un regreso en amor o en ira? ¿Y qué siente? ¿Miedo o gozo? ¿Consuelo o ansiedad?

¿Cómo caracterizaría usted su actitud general acerca del regreso del Señor? ¿Deseo o apatía? ¿Ora usted por ella? O, ¿intenta usted no pensar en ella? ¿Es usted entusiasta o pasivo?

Finalmente, ¿cómo describiría la venida del Señor? ¿Cómo la explicaría a alguien que no conoce nada acerca de ella?

Las Imágenes Escriturales

En el Nuevo Testamento hay dos descripciones detalladas del regreso del Señor, una escrita por el apóstol Pablo y la otra por el apóstol Juan. (1 Tes. 4:13-18 y Ap. 19:11-16).

Ahora, déjeme hacerle algunas preguntas más. ¿Cómo pueden reconciliarse estas dos descripciones? Le pregunto eso porque ellas son tan diferentes como la noche y el día. ¿Se dio cuenta de eso?

Mire de nuevo y haga una comparación cuidadosa. Note que no tienen absolutamente nada en común. De hecho, son totalmente incompatibles.

Comparación y Contraste

El pasaje en 1 Tesalonicenses 4 presenta una escena de amor, misericordia y gracia. El cuadro que está pintado en Apocalipsis 19 es uno de venganza e ira. En el pasaje de Tesalonicenses, el Señor aparece en el cielo, pero no desciende a la tierra. En el relato de Apocalipsis, Él llega a la tierra. Zacarías 14 dice que Él regresará al Monte de los Olivos, de donde ascendió al Cielo.

Una de las diferencias más significativas entre los dos pasajes se relaciona con la Iglesia. En el relato de Tesalonicenses, el Señor viene con el propósito de llevar a Su Iglesia, tanto a los miembros vivos como a los muertos, fuera de este mundo. En Apocalipsis, por contraste, Él regresa con Su Iglesia. Esto está indicado en Ap. 19:14, donde dice que los “ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos”. Sabemos que estas personas constituyen la Iglesia, porque el mismo grupo es descrito unos cuantos versículos antes (versículos 7 y 8) como la “novia” de Cristo.

Así pues, en la descripción de Pablo acerca del regreso del Señor, Él es retratado viniendo por Su Iglesia, para librar a los creyentes de la “ira venidera” (1 Tes. 1:10). Pero en la descripción de Juan, Jesús es retratado regresando con Su Iglesia en gran ira. En Tesalonicenses Jesús regresa como un Salvador. En Apocalipsis, Él regresa como un Guerrero. En una escena, Él viene para reclamar a los justos; en la otra, Él regresa para condenar a los injustos.

Un Problema en la Reconciliación

¿Qué está pasando aquí? ¿Cómo podrían estos pasajes estar hablando acerca del mismo evento? ¿Cómo pueden reconciliarse?

Creo que sólo hay una forma de reconciliarlos y ésa es concluyendo que están describiendo dos eventos separados. Eso, a su vez, implica claramente que va a haber dos venidas futuras del Señor.

Una de ellas — la descrita en 1 Tesalonicenses 4 — será más una aparición que una venida, ya que el Señor en realidad no regresará a la tierra. Él, en cambio, aparecerá en los cielos y atraerá sobrenaturalmente a la Iglesia, vivos y muertos, hacia Él.

La segunda aparición futura del Señor — la descrita en Apocalipsis 19 — será la verdadera “Segunda Venida”, ya que el Señor en realidad descenderá a la tierra para derramar la ira de Dios y establecer Su reino sobre todo el mundo.

Esto significa que la “Segunda Venida” del Señor va a ser en dos etapas. La primera etapa será lo que venido a ser conocido como el Rapto — el arrebatamiento de la Iglesia fuera de este mundo —. La segunda etapa, la cual ocurrirá después, será el regreso del Señor a la tierra.

El Asunto de la Inminencia

Este método de reconciliar estos pasajes soluciona un problema serio que surge cuando usted piensa en una sola venida futura del Señor. Ese problema se relaciona con el énfasis que las Escrituras dan a la inminencia.

A lo que me estoy refiriendo, por supuesto, es a la advertencia constante de las Escrituras que el Señor puede aparecer en cualquier momento y, por lo tanto, siempre tenemos que estar listos para el regreso del Señor (Mt. 24:36, 42, 44, 50; 25:13).

Si sólo hay una venida futura del Señor, entonces estas advertencias son una pérdida de tiempo y no hay ninguna inminencia porque hay muchas profecías que aún tienen que ser cumplidas antes que el Señor pueda regresar.

Por ejemplo:

1. Un tratado de paz debe ser firmado que garantizará la paz de Israel con todos sus vecinos árabes (Dn. 9:27).

2. El Templo Judío debe ser reconstruido en Jerusalén (Mt. 24:15; 2 Tes. 2:3-4; Ap. 11:1-2).

3. La Gran Tribulación debe empezar y recorrer su curso de siete años, la que ocasionará la muerte de más de la mitad de la población del mundo (Ap. 6-18).

4. El Anticristo debe revelarse a sí mismo y empezar una persecución sin precedentes de los judíos — la que producirá la muerte de dos tercios de todos los judíos (Ap. 12:13-17; Zac. 13:7-9) —.

5. El Evangelio debe ser predicado a toda persona en la tierra (Mt. 24:14 y Ap. 14:6-7).

6. Un sistema sin precedentes de control económico debe establecerse que impedirá a las personas comprar o vender algo, a menos que puedan exhibir en sus manos derechas o frentes la marca o nombre del Anticristo.

7. El gobierno mundial del Anticristo debe ser destruido en “una hora de un día” (Ap. 17 y 19).

Todos estos son eventos que están profetizados claramente en las Escrituras que ocurren antes que Jesús regrese a la tierra. Ninguno de ellos ha sido cumplido aún en la historia. Si sólo hay una venida futura del Señor y ésta debe llevarse a cabo después de estos eventos, entonces, ¿por qué deberíamos estar velando por Jesucristo? ¡En cambio, deberíamos estar buscando al Anticristo!

Vivir con Expectativa

La única manera en la que la inminencia enseñada por las Escrituras puede ser mantenida es creyendo que Jesús puede regresar en cualquier momento. La única forma para mantener esa creencia es concluyendo que la aparición del Señor por Su Iglesia (el Arrebatamiento) es un evento que es independiente y aparte de la Segunda Venida y es un evento que puede ocurrir en cualquier momento.

Esto es lo que he concluido de mi estudio de la profecía y vivo, por lo tanto, aguardando que el Arrebatamiento ocurra en cualquier momento. Esto es exactamente lo que Pablo nos ordena que hagamos cuando escribe que debemos vivir “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13).

No creo, por lo tanto, que haya una profecía en la Biblia que deba cumplirse antes que el Señor aparezca por Su Iglesia. Él puede aparecer en cualquier momento. Y la inminencia de Su aparición se incrementa diariamente mientras las señales de los tiempos apuntan a los eventos que culminarán con Su Segunda Venida. Esas señales incluyen, entre otras, el restablecimiento del Estado de Israel, la reocupación judía de la ciudad de Jerusalén, la reunificación de Europa y el aumento de la militancia árabe en el Medio Oriente.

Mantenga en mente que el Arrebatamiento no es el evento que dará inicio a la Tribulación. Ese evento es la firma de un tratado de paz que garantizará la paz de Israel con todos sus vecinos árabes y también autorizará a los judíos a reconstruir su Templo (Dn. 9:27). El Arrebatamiento podría ocurrir años antes de que empiece la Tribulación, aunque es más probable que ocurra cerca del inicio porque la Tribulación es el tiempo para el derramamiento de la ira de Dios y 1 Tesalonicenses 1:10 dice que Jesús “librará” a Su Iglesia “de la ira venidera”.

¿Esperanza o Terror?

Para resumir, deberíamos estar velando por dos venidas futuras del Señor — una al comienzo de la Tribulación, la otra al final —. La primera, el Arrebatamiento, será la aparición del Señor por Su Iglesia. La segunda, la Segunda Venida, será el regreso del Señor a la tierra para “juzgar y hacer guerra” contra los enemigos de Dios (Ap. 19:11).

Las señales de los tiempos apuntan al hecho de que Jesús está a las puertas mismas del Cielo, esperando por la orden de Su Padre para aparecer por Su Iglesia. El Arrebatamiento es inminente.

¿Está usted listo? ¿Aparecerá Jesús (el Arrebatamiento) como su Esperanza Bienaventurada? O, ¿regresará Él (la Segunda Venida) como su Santo Terror? La opción es suya.

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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