Por Dr. David Reagan
Cuando me enteré de la decisión del pueblo británico de retirar su nación de la Unión Europea, me llené de regocijo. Había varias razones para mi reacción.
Un Mundo
En primer lugar, siempre me alegro cuando organizaciones multinacionales o internacionales son debilitadas de alguna manera. Eso es debido a que tales organizaciones existen en rebelión contra la voluntad de Dios. La Biblia dice que Dios es quien establece las naciones y define sus límites (Hechos 17:24-26). Cuando los líderes políticos deciden transcender esos límites para establecer organizaciones multinacionales o internacionales, se ponen en desafío directo de la voluntad de Dios.
La respuesta de Dios al intento temprano en la historia de la humanidad para unir a todas las naciones en una sola en Babilonia debe dejar claro lo que nuestro Creador piensa de tales esfuerzos equivocados (Génesis 11:1-9). Él confundió su idioma y los esparció por todo el mundo. La razón por la que Dios resiste todos esos esfuerzos para unir a la gente a través de las fronteras nacionales se debe a que tales esfuerzos siempre acaban con el hombre exaltándose a sí mismo, en lugar de a Dios.
Libertad
Una segunda razón de mi alegría es que amo la libertad, y el pueblo británico había perdido una gran parte de su libertad, cuando su nación se unió a la Unión Europea. Comenzaron a ser gobernados por una burocracia muy hinchada sobre la que no tenían control alguno.
Por ejemplo, los británicos fueron forzados a renunciar a su antiguo sistema de medidas. Ya no podían pensar en términos de onzas y libras, pulgadas y yardas, millas o galones. Los carniceros eran arrestados y multados por seguir vendiendo la carne por libras. Y todo esto era sólo el principio. En poco tiempo, todos los aspectos de la vida estaban siendo dictados por la Unión Europea.
La mayoría de las personas no se dan cuenta de cuánta soberanía rinden las naciones miembros cuando entran a la UE. Por ejemplo, en Costa vs. ENEL (1964), la Corte Europea de Justicia dictaminó que los estados miembros han transferido definitivamente los derechos soberanos a la UE y la ley de la UE no puede ser anulada por las leyes domésticas.
Un "refugiado" se toma un selfie con la Canciller alemana, Ángela Merkel, a las afueras de un campo de refugiados en Alemania (octubre de 2015).
Inmigración
Otra razón por la que me regocijé se debe a que la decisión les permitirá a los británicos recuperar el control de sus fronteras. Como miembro de la Unión Europea, sus puertas tenían que estar abiertas a los inmigrantes de cualquier otra nación de la UE, al igual que los estadounidenses pueden moverse dentro de los Estados Unidos de un estado a otro sin permiso.
Esta inmigración sin restricciones ha estado transformando rápidamente a Gran Bretaña, de una nación basada en principios judeo-cristianos, a una basada en conceptos muy extraños, como la ley Sharia islámica. Como resultado, hay más mezquitas en Gran Bretaña hoy que iglesias metodistas.
Antisemitismo
La Unión Europea es extremadamente antisemita y trata a Israel con desprecio. Recientemente, en junio de este año, el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbás, habló en el Parlamento de la UE y acusó a Israel de ser un “país fascista”. Luego actualizó una maliciosa patraña antisemita medieval, ¡al acusar a rabinos israelíes de estar instando a los judíos a envenenar el suministro de agua de los palestinos. Los representantes de las 28 naciones miembros respondieron con una atronadora ovación de 30 segundos.
Bastará que vea tan sólo 10 minutos de este video, para que pueda darse cuenta del odio y antisemitismo que el líder de los falsestinos promueve cuando la oportunidad se le presenta.
La nueva Primer Ministro de Inglaterra, Theresa May, ha dejado claro que apoya firmemente a Israel y al pueblo judío. En una serie de discursos que dio a raíz de los ataques terroristas de París del año pasado, May dijo: “Nunca podría haber imaginado al pueblo judío teniendo demasiado miedo a permanecer en Gran Bretaña”. Sin sus judíos, dijo, “Gran Bretaña no sería Gran Bretaña”. En un discurso en septiembre de 2014, habló acerca del derecho de Israel a defenderse: “Ningún gobierno democrático podría, ante tal peligro, hacer otra cosa que mantener una fuerte capacidad de defensa y seguridad…Es por eso que yo — y todo el gobierno británico —siempre voy a defender el derecho de Israel a defenderse”.
Gran Bretaña ahora puede hablar con fuerza a favor de Israel, sin tener que preocuparse de contradecir la línea oficial de la política exterior de la UE.
El Pánico
Toda la algarabía por el colapso económico de Gran Bretaña debido a la decisión de salir de la UE, es sólo eso: pura fanfarronería. Claro, habrá problemas de ajustes económicos, pero los británicos pueden establecer nuevas relaciones económicas con la UE, tal y como Estados Unidos ha hecho. Además, el Reino Unido es un importador neto de la UE y, por lo tanto, la UE necesita más a Reino Unido que lo que el Reino Unido necesita a la UE.
Alineación con la Profecía
En cuanto a las implicaciones proféticas, la salida británica está de acuerdo con la Profecía Bíblica. Daniel 2 deja claro que, en los tiempos del fin, el Imperio Romano será revivido, y creo que la Unión Europea es el fundamento de esa profecía. Pero la imagen en Daniel 2 del renacimiento en el tiempo del fin describe al imperio resucitado como una confederación débil e inestable, simbolizada por una mezcla de barro y hierro (Daniel 2:41-42).
Por consiguiente, creo que la Unión Europea seguirá siendo muy inestable hasta que sea unida y estabilizada por el Anticristo, quien luego la usará como su base de operaciones, desde la que va a construir su imperio mundial.
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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