¿Podría suceder en Estados Unidos?
Por Dr. David Reagan
Hitler llegando a una concentración del partido nazi en Nuremberg, en 1934. Esta foto fue exhibida prominentemente en el Museo del Holocausto en Jerusalén durante varios años. Una persona comentó que ésta le parecía como “Satanás ascendiendo del Infierno”.
La pregunta planteada en el título de este artículo es una
que a menudo le he hecho a la gente, y la respuesta que siempre he recibido es un
rotundo, “¡NO!”
Las razones dadas, generalmente incluyen cosas como éstas:
Ø La
fuerte herencia cristiana de Estados Unidos
Ø El
compromiso de nuestra nación con la libertad — tanto en nuestra Constitución
como en la práctica durante más de dos siglos —.
Ø
El
alto nivel de educación y la cultura civilizada que caracteriza a nuestra
nación.
Ésas son buenas razones y, en la superficie, parecen
invencibles. Pero no lo
son.
Alemania también contenía una población altamente educada y
erudita, y era una tierra de gigantes literarios y genios científicos. Fue, de
hecho, una de las civilizaciones más avanzadas sobre la tierra. Y Alemania
también tenía un gobierno democrático. De hecho, Hitler fue elegido al poder.
El Disparador
Entonces, ¿qué pasó? La economía de la nación fue destruida
por la I Guerra Mundial y las reparaciones draconianas que Alemania fue
obligada a pagar después de la guerra. Atormentada por una inflación galopante,
y un desempleo generalizado, la economía alemana creó la clase de desesperación
que motivará a las personas a buscar soluciones desesperadas.
Nuestra nación es un blanco fácil para el mismo tipo de
transición pacífica a la forma de dictadura totalitaria que Hitler instituyó.
Sólo piense en ello por un momento.
En la década de 1960 comenzamos a
tirar por la borda nuestra herencia cristiana. Esto sucedió rápida y
decisivamente, y continúa acelerándose hasta este día. La guerra cultural ha sido
ganada por los secularistas y los paganos, y ya no podemos afirmar ser una “nación
cristiana”. Sin las inhibiciones de la moral cristiana, los demonios han sido
dejados sueltos. Y así, día a día, somos testigos de matanzas sin sentido y una
flagrante inmoralidad.
Las iglesias se han metido en la
cama con el mundo, respaldando abominaciones bíblicas tales como la
homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y se han rendido
a las exigencias de la “tolerancia”, al adoptar herejías tales como “hay muchos
caminos a Dios”. Las encuestas muestran que el número de cristianos creyentes
en la Biblia en Estados Unidos no es mayor que el 9%. La Iglesia ha dejado de
ser un limitador del mal.
Nuestro nivel de educación es
ciertamente muy alto, pero hemos expulsado a Dios de nuestras instituciones
educativas, desde preescolar hasta el nivel de posgrado. El resultado es una educación
pagana que les enseña a nuestros hijos que Dios no existe y que ellos son
simplemente los accidentes de la evolución. En definitiva, se les está enseñando que son
nada más que una especie de animal superior, y están actuando como tal.
Nuestra cultura se está volviendo
cada vez más depravada. La inmoralidad está siendo fomentada por nuestros
gobiernos, y está siendo celebrada en nuestras películas y programas de
televisión. El hedonismo y el materialismo son las fuerzas impulsoras de
nuestra cultura. El dólar se ha convertido en nuestro Dios.
Nuestra herencia democrática
también está siendo socavada rápidamente, por la centralización del poder en el
gobierno nacional y sus cada vez mayores programas de beneficios sociales. Más
y más personas se están convirtiendo en responsabilidad del Estado y, cuando se
trata de votar, su única preocupación es cuál candidato les prometerá darles
más “cosas gratis”.
Nuestros líderes gubernamentales,
particularmente a nivel nacional, se han vuelto tan corruptos que ya no podemos
creer todo lo que tengan que decir.
Nuestra nación se está volviendo
cada vez más polarizada. Las dos costas están luchando contra el centro del
país. Los jóvenes están hartos de tener que apoyar a nuestra creciente clase de
ciudadanos de la tercera edad. Los negros y los hispanos están en la garganta
del otro. Los paganos
siguen tratando de silenciar a los cristianos.
La Chispa Necesaria
Todo lo que se necesita es una
chispa para hacer estallar una nueva guerra civil que dará lugar a la
suspensión de las libertades civiles y a la institución de la ley marcial.
Creo que esa chispa será muy
probablemente un abrumador colapso económico — uno mucho más severo que el que
experimentamos en 2008 —. Creo eso porque, como dije antes, el dólar se ha
convertido en nuestro dios, y el verdadero Dios de este universo es un Dios
celoso que se deleita en la destrucción de los falsos dioses.
Ese colapso económico muy
probablemente será provocado por un gran ataque terrorista, involucrando posiblemente
armas nucleares. Sólo imaginen el caos nacional que se produciría si un
dispositivo nuclear fuera detonado por un equipo suicida en un barco mercante
en el puerto de Nueva York. Fácilmente podría suceder.
La Biblia deja en claro que Dios
nunca derrama Su ira sobre una nación sin previo aviso. Él enviará tanto
juicios correctivos como voces proféticas para llamar a la nación al
arrepentimiento, antes de entregarla a la destrucción.
Dios está haciendo eso en Estados
Unidos hoy. Él respondió a nuestra revolución sexual en la década de 1960 con
la Guerra de Vietnam, que terminó azotando el alma de nuestra nación. Él ha
enviado desastres naturales como el Huracán Katrina; desastres hechos por el
hombre como los ataques del 11/9; y las calamidades económicas como la caída de
la bolsa de 2008.
Y Dios ha enviado las voces proféticas
llamando a la nación al arrepentimiento y advirtiendo de los juicios
inminentes. La primera voz importante en ser ungida fue la de David Wilkerson,
quien habló en la década de 1970 acerca de su visión de la quema de la Ciudad
de Nueva York.
En los últimos años, las voces
proféticas se han multiplicado y magnificado grandemente, debido a que como
nación hemos sido tercos y nos negamos a arrepentirnos.
En números anteriores de la revista
Lamplighter nos hemos enfocado en las voces proféticas que Dios ha ungido para
hacernos recapacitar — como, por ejemplo, el pastor bautista Robert Jeffress
(noviembre-diciembre 2013) —.
Ahora quiero llamar su atención a
otra importante voz profética que Dios ha llamado para advertir a nuestra
nación — a saber, Erwin Lutzer, el pastor de La Iglesia Moody en Chicago,
Illinois.
Él ha estado hablando con fuerza y valientemente
durante varios años, sin temor de aquellos dedos que podría pisar.
Como ejemplos de lo que está
diciendo a nuestra nación, me gustaría señalarle dos fuentes en particular. Una
de ellas es un sermón suyo que puede encontrar en el sitio web de la iglesia. Se
titula, “La Crisis Espiritual de Estados Unidos” (disponible sólo en inglés). La
otra es un libro excepcional que fue publicado en 2010. Se titula, “Cuando una
Nación se Olvida de Dios: 7 Lecciones que Debemos Aprender de la Alemania Nazi”.
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Original article:
Hitler’s Nightmare
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