Este folleto está titulado, “Un
Manifiesto Profético”, no “Un Manifiesto de Profecía”. La diferencia es
importante.
Mi propósito no es presentar una
profecía dada a mí por Dios. No tengo ninguna de esas profecías.
Mi propósito es compartir algunas
verdades aleccionadoras que están basadas en las profecías que Dios le dio a
los profetas bíblicos hace miles de años. También están basadas en los
principios que la Biblia revela acerca de cómo Dios trata con las naciones.
Probablemente no le va a gustar lo
que lea en este folleto. A lo largo de la historia, la gente siempre ha exigido
voces proféticas que les aseguren que todo está bien entre ellos y Dios (Isaías
30:10). Han deseado lo que la Biblia llama “profetas de
almohadas” (Ezequiel 13:17-23). Y siempre ha habido líderes que han estado
más que dispuestos a hacerle cosquillas a los oídos de la gente diciéndoles lo
que ellos quieren oír (2 Timoteo 4:3-4).
No me gusta tener que decir lo que
voy a expresar en este manifiesto. Pero creo que debe decirse. Es el deber de
un vigilante sobre la muralla dar un grito de alarma cuando sea apropiado. Y el
momento es ciertamente apropiado aquí en Estados Unidos para dar un grito de
advertencia.
Dave Reagan
Primavera del 2012
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