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sábado, 11 de enero de 2014

Por qué la Biblia aún prohíbe establecer fechas - Conclusión



Si no es establecimiento de fechas, ¿qué es?

Dado que la Biblia prohíbe el establecer fechas, ¿qué es lo que enseña? Muchos de los mismos pasajes que prohíben el establecer fechas, al mismo tiempo nos instruyen lo que debemos hacer hasta que el Señor regrese. Por ejemplo, Mateo 24:42 no sólo advierte “no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”, sino que también amonesta a los creyentes, velad, pues”. Mateo 24:44 nos dice “estad preparados”, porque “el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”. También, Mateo 25:13 nos exhorta a velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora.”

La alerta a la cual los creyentes son llamados no es a establecer fechas, sino a una de aguardar al Salvador, ya que no sabemos cuándo regresará. Debemos estar alertas, en contraste con los incrédulos, que son representados como dormidos en lo que se refiere a las cosas de Dios. Hemos de estar alertas con el propósito de vivir piadosamente, hasta que el Señor regrese, debido a que estamos en la noche oscura de esta era de maldad actual, que requiere una vigilancia activa hacia el mal.

Si la Iglesia supiera el día o la hora del Rapto, entonces la inminencia, la postura que los cristianos tienen en relación con el Rapto, sería destruida. La inminencia bíblica enseña que Cristo puede, pero no tiene que, venir en cualquier momento. También significa que no hay señales que deban cumplirse con el fin de que el Rapto ocurra. Así pues, Cristo literalmente podría venir hoy, o a esta hora o momento. De esta forma, el establecimiento de fechas destruye la inminencia. ¿Cómo? Si alguien enseñara que el Rapto ocurrirá el 22 de septiembre de 2015, entonces eso significaría que Cristo no podría venir antes de ese momento. Esto significaría que el Rapto no podría ser inminente, dado que Cristo no podría venir hoy, si supiéramos que el Rapto ocurrirá en una fecha específica. Dado que la inminencia a menudo está relacionada con instrucciones a una vida de santidad, el establecimiento de fechas también tendría un impacto negativo sobre la ética.

Las Señales de los Tiempos y el Establecimiento de Fechas

Mientras que el establecer fechas está prohibido en la Palabra de Dios, creo que es válido darse cuenta que Dios está preparando el escenario para Su gran programa del tiempo del fin. ¿Qué significa esto? Tal como ya declaramos, el Rapto es un evento sin señales, por lo que es imposible identificar alguna señal que indique la proximidad del Rapto. Ésa es la razón por la que todos los intentos para fechar el Rapto han tenido que recurrir a una aplicación errónea de pasajes relacionados con el plan de Dios para Israel a la Iglesia. Un ejemplo de este uso indebido serían aquellos que dicen que las fiestas de Israel (es decir, Rosh HaShannah) se relacionan con fechar el Rapto, tal como ya se señaló. Sin embargo, dado que la Biblia describe un claro escenario de participantes, eventos y naciones involucradas en la Tribulación del tiempo del fin, podemos ver la preparación de Dios para los finales siete años de las setenta semanas para Israel, del profeta Daniel.

Por ejemplo, el hecho de que el Israel étnico ha sido restablecido como nación y que ahora controla Jerusalén, es un fuerte indicio de que estamos cerca del final de la era de la iglesia. Esto sólo puede ser una indicación general, dado que ninguna tabla de tiempo es dada específicamente para la preparación actual. Por lo tanto, no podemos saber con certeza que somos la última generación antes del Rapto, dado que Dios optar por “preparar el escenario” por otros 100 años o más. El Dr. John F. Walvoord dice correctamente, “No hay base bíblica para establecer fechas para el regreso del Señor o para el fin del mundo… A medida que los estudiantes de la Biblia observan los principios de interpretación adecuados, son cada vez más conscientes de una notable correspondencia entre la tendencia obvia de los eventos mundiales y lo que la Biblia predijo hace siglos” (Armageddon, Oil and the Middle East Crisis [Grand Rapids: Zondervan, 1974, 1976, 1990], 21-22.).


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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