Los calvinistas extremos parecen tener dificultad para entender cómo un Dios soberano puede “desear” algo que nunca sucederá. Ellos creen que cualquier cosa que Dios quiere y desea tiene que suceder. Si Dios desea salvar a ciertos hombres, entonces esos hombres tienen que llegar a ser salvos. Si Dios amó de tal manera al mundo, entonces el mundo tiene que ser salvo. Si Cristo murió por todos los hombres, entonces todos los hombres tendrán que ser salvos. Así es como ellos razonan. Por cierto, ellos creen que Cristo no murió por todos los hombres, sino que murió solo por los elegidos. Ellos creen que todos aquellos por quienes Cristo murió, serán salvos (pero ellos dicen que Cristo solo murió por algunos y no por todos). Como ha dicho un escritor en vista de 1 Timoteo 2:4-“Lo que Dios desea, eso ÉL hará” (de modo que cree que la frase “todos los hombres” en este versículo se refiere sólo a los elegidos). Ellos sienten que si Dios quiere que los hombres se arrepientan, entonces ellos se arrepentirán (Dios obrará en sus corazones llevándolos al arrepentimiento). Ellos razonan que si Dios quiere que los hombres crean, entonces ellos creerán.
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