La Elección Incondicional (Predestinación) es la letra U (Unconditional Election) en el acrónimo TULIP, que forma las bases del Calvinismo.
La doctrina de la Predestinación afirma que algunas personas ya nacen seleccionadas para la salvación o la condenación, la cual no pueden evitar ni siquiera por las buenas obras en esta vida. Para San Agustín y Juan Calvino es un misterio divino que Dios en Su perfecta justicia hace la aparentemente gratuita selección de los elegidos, con un pensamiento paralelo que Él ha hecho una selección similar de los condenados “…aquellos a quienes en Su justicia Él ha predestinado al castigo” y “aquellos a quienes en Su misericordia Él ha predestinado a la gracia” – Agustín, Enchiridion c, p. 269
No podemos señalar sólo a Juan Calvino por esta enseñanza herética debido a que él la obtuvo de los escritos de Agustín. Pero, ¿de dónde la obtuvo Agustín?
Antes de que Agustín llegara a ser cristiano, en el 387 AD., se adhirió al Maniqueísmo, una religión gnóstica iraní proclamada por su “profeta” Mani (216-276 AD), originándose en la Persia Sasánida (Babilonia). Poco después de que el emperador romano Teodosio I emitiera un decreto de muerte para los maniqueos en el 382 AD y que declarara al Cristianismo como la única religión legítima para el Imperio Romano en el 391, Agustín supuestamente se convirtió en un ferviente opositor del Maniqueísmo. Sin embargo, el Maniqueísmo todavía influyó en su pensamiento, como puede verse con la idea de “Los Elegidos”.
Mani dividió a su iglesia en dos grupos: Los Elegidos, y los Oyentes y luego los Pecadores.
Los Elegidos (los perfectos): los que habían tomado por sí mismos los votos del Maniqueísmo.
Los Oyentes (los auditores): los que no habían tomado los votos, pero que participaban en la iglesia
Los Pecadores: todos los demás.
Agustín era un Oyente y nunca tomó los votos del Maniqueísmo porque no podía cumplir con normas tan estrictas (Confesiones de Agustín). La vida de los que tomaban los votos era muy dura. Se les prohibía tener propiedades, comer carne o beber vino, satisfacer cualquier deseo sexual, participar en cualquier ocupación servil, comerciar o negociar, poseer casa u hogar, practicar la magia o practicar cualquier otra religión. Por tanto, la vasta mayoría de los adherentes eran Oyentes y el número de los Elegidos era muy pequeño. Cuando los Elegidos mueren, sus cuerpos son purificados por el sol, la luna y las estrellas – sus partículas de luz puestas en libertad forman pequeñas deidades en el cosmos que rodea al Primer hombre. Los Oyentes tienen que pasar por un largo purgatorio antes de que llegar a la felicidad eterna. Los Pecadores son lanzados al infierno, en alma y cuerpo, donde vagarán por toda la eternidad en tormento y angustia, rodeados por demonios y condenados por los ángeles.
Con respecto a la Predestinación, Agustín dijo:
“…deberán en cambio entender que la Escritura “El cual [Dios] quiere que todos los hombres sean salvos” [1 Tim. 2:4] significa que ningún hombre es salvado a menos que Dios desee su salvación: no que no exista ningún hombre cuya salvación El no desee, sino que ningún hombre es salvo aparte de Su voluntad… fue de una oración a Dios que el apóstol estaba hablando cuando usó esta expresión…Podemos entender por “todos los hombres”, a toda clase de hombre. Y podemos interpretarlo en cualquier otra forma que deseemos, mientras no seamos obligados a creer que el Dios omnipotente ha querido que algo fuera hecho y no se hizo”. – Agustín, Enchiridion, p. 103
“…los recursos de la salvación están localizados en Dios, fuera de la humanidad. Es Dios quien inicia la salvación, no los hombres o las mujeres”. McGrath, Alister E. Christian Theology: An Introduction. Blackwell Publishing, 2007. pg. 19
“Dios no nos escoge debido a que nosotros creemos, sino para que podamos creer”. – Agustín, La Predestinación de los Santos, 17.34
Ahora se puede ver lo fácil que fue para Agustín malinterpretar la Escritura con respecto a la predestinación. Él no pudo alcanzar la Elección en el Maniqueísmo pero, al torcer la Escritura, pudo ser uno de los Elegidos en el Cristianismo.
Mani también creía en la Depravación Total (también llamada la Incapacidad Total), la cual forma la letra T en el TULIP (Total Depravity). De ella dijo:
“…la naturaleza del hombre puede estar tan corrompida hasta el punto de que su voluntad es impotente para obedecer los mandamientos de Dios”. – Henry Chadwick, “The Early Church”, Penguin Books Ltd (August 1994), pg. 228.
La definición del Calvinismo de la Depravación Total afirma que, “como una consecuencia de la caída del hombre en pecado, toda persona que nace en el mundo está esclavizada al servicio del pecado. Las personas no están por naturaleza inclinadas a amar a Dios con todo su corazón, con toda su mente o fuerza, sino que todas están inclinadas a servir a sus propios intereses sobre los de su vecino y a rechazar el gobierno de Dios. Así pues, todas las personas por sus propias capacidades son moralmente incapaces de escoger seguir a Dios y ser salvos porque no están dispuestos a hacerlo a partir de la necesidad de su propia naturaleza. (El término “total” en este contexto se refiere al pecado que afecta todas las partes de una persona, no que toda persona sea tan mala como sea posible) [Énfasis añadido] - David Steele and Curtis Thomas, “The Five Points of Calvinism Defined, Defended, Documented”, pg. 25.
Agustín dijo que:
Adán y Eva en castigo por su pecado “se convirtieron en una consecuencia natural en todos sus descendientes”. Además, no es sólo una naturaleza física corrupta la que hemos heredado de Adán, sino que nuestra “…naturaleza humana cambió tanto y se volvió tan viciada que sufre de la obstinación de una concupiscencia rebelde…” – La Ciudad de Dios, xiii, p. 3
Ahora también se puede ver por qué Agustín creía en una doctrina tan errónea. Con el fin de que la Elección funcione, el hombre tendría que ser completamente depravado o incapaz de iniciar cualquier contacto con Dios, a menos que Dios elija a la persona primero.
Tanto la Depravación Total como la Elección Incondicional son dos enseñanzas gnósticas y aunque Agustín se opuso al Maniqueísmo, no se divorció de sus doctrinas.
“Los gnósticos [pusieron]…el orden natural a una distancia tan grande en valor moral del supremo Dios. La influencia de ideas fatalistas extraídas de la astrología popular y la magia se fusionaron con las nociones derivadas del lenguaje paulino acerca de la predestinación para producir un rígido esquema determinista. La redención era del destino, no de las consecuencias de la acción responsable y se le concedió sólo a unos elegidos predeterminados en los que estaba la chispa divina”. [Énfasis añadido] – Henry Chadwick, “The Early Church”, Penguin Books Ltd (August 1994), pg. 38
La Elección era un NUEVO concepto y no había sido oído antes en el Cristianismo hasta que Agustín introdujo la idea. Él tuvo muchos oponentes que lo reprendieron a él y a sus falsas doctrinas.
Julián, obispo de Eclanum dijo que Agustín estaba causando problemas porque,
“introdujo sus formas de pensamiento maniqueístas a la Iglesias…y estaba negando la clara enseñanza de San Pablo de que Dios quiere que todos los hombres sean salvos” – Henry Chadwick, “The Early Church”, Penguin Books Ltd (1994), pg. 232-3
Vincent de Lérins dijo de la Predestinación:
“…una innovación muy perturbadora, muy fuera de línea con la ‘ortodoxia’” – Henry Chadwick, “The Early Church”, Penguin Books Ltd (1994), pg. 223
Esta idea fue luego transmitida a Juan Calvino y hoy en día la Predestinación y la Depravación Total forman parte de la base doctrinal del Calvinismo.
La correcta interpretación bíblica es ésta:
Elección Condicional: Dios ha escogido que toda la humanidad sea justificada por Su gracia, pero nos ha llamado a responder a esa gracia mediante el ejercicio de nuestra libertad humana restaurada por Dios como una condición para cumplir con la elección.
La Depravación: Los seres humanos son pecadores y sin Dios, incapaces (privados) por su propia cuenta de ser justos; sin embargo, no son irremediablemente pecaminosos y pueden ser transformados por la gracia de Dios, la cual restaura a la humanidad la libertad de la voluntad.
Jesucristo murió por TODA la humanidad, no sólo por los Elegidos gnósticos.
El Calvinismo NO ES el Evangelio, como a los calvinistas les gustaría hacerle creer. El Calvinismo es una doctrina horriblemente torcida que suena bíblicamente correcta en su mayor parte, hasta que llega a la parte más importante: la Salvación. Aquí se le presentan la Predestinación y la Depravación Total, enseñanzas salidas del abismo del infierno. Si una persona está atrapada en un falso sentido de la salvación, entonces Satanás ha hecho muy bien su trabajo.
Para obtener más información, visite nuestra sección:
Refutando el Calvinismo
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Original article:
Unconditional Election and Total Depravity are Gnostic Teachings
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