martes, 28 de octubre de 2025

Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Epílogo

 Por Dr. David R. Reagan

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Quiero compartir con ustedes dos historias reveladoras e inspiradoras sobre la muerte.

La primera es apócrifa y ha circulado en Internet durante varios años. La segunda es una historia real sobre una mujer que se enfrenta a la muerte.

La Historia Apócrifa

Una anciana con cáncer terminal llamó a su pastor y le pidió que fuera a su casa para ayudarla a planear su funeral.

Después de discutir el orden del servicio y las canciones que quería que se cantaran, el pastor le preguntó qué tipo de mensaje quería que transmitiera.

Ella pensó por un momento y luego dijo: “¿Por qué no relaciona el mensaje con el hecho de que he pedido a mis hijos que se aseguren de que me entierren con un tenedor en la mano derecha?”.

El pastor estaba sorprendido y desconcertado por su declaración. “¿Por qué un tenedor?”, preguntó.

“Bueno”, respondió ella, “toda mi vida he ido a almuerzos y cenas de la iglesia, y he notado que cuando termino mi comida, alguien siempre recoge mi plato y luego dice: ‘Guarda tu tenedor, porque lo mejor está por venir’. ¡Y así es como me siento respecto a la muerte: lo mejor está por venir!”.

La Historia Verdadera 

El nombre de Grace Rice MacMullen no les resultará familiar a la mayoría de ustedes. Ella fue la hija mayor del fallecido evangelista John R. Rice. Grace era una cristiana vibrante y activa que llevó a muchas personas al Señor.

Su historia es demasiado familiar. Los médicos descubrieron cáncer, lo trataron con quimioterapia y ella entró en remisión. Luego la enfermedad regresó con fuerza. Los médicos le dijeron que viviría de cuatro a seis meses. Eso fue el 18 de agosto de 1981. Ella regresó a casa, calculó cuatro meses y luego escribió las siguientes palabras:

¿Qué estaré haciendo el 18 de diciembre?

Bueno, eso depende. Estaré alabando al Señor por Su gloria y bondad, ya sea por fe o por vista. Si es por fe, como lo he estado haciendo, mi alabanza puede ser contenida, alternando a veces con una lágrima.

Si no es por fe, ¡ah entonces, ah entonces! ¡Con ángeles y trompetas y coros e instrumentos indescriptibles!

¡Seguiré amando al Señor, tal vez ciegamente, vacilante, pero con todo el corazón, confiando plenamente!

¡O si no — o si no! Lo amaré en un estallido de luz donde las sombras se disipan, para conocer como soy conocida — con esa efusión plena que sólo al fin puede expresar mi amor limitado, reducido y anhelante — en la luz y el color más puros y relucientes, y en su sustancia.

Ese día, hablaré un poco con Dios, como de costumbre, sobre las cosas en las que estoy pensando, sobre las personas que amo, sobre cómo va el día, sobre lo que necesito y deseo.

O bien — o bien — ese día hablaré con Dios mismo, en persona, sin cristales oscuros de por medio, si hacerme la niña hablando de cosas infantiles.

Ese día yaceré en la cama, o me moveré en una silla de ruedas, encontrando mis necesidades satisfechas minuto a minuto por manos amorosas y rostros sonrientes.

Moverme con la gracia planificada por Dios mismo, como lo hizo Eva; rodar por un largo campo de hierba, saltar un arroyo. Observaré con ojos sin opacar y escucharé con oídos sin obstruir, probaré con papilas gustativas inmaculadas y oleré las fragancias de otro mundo.

¿Dónde estaré?

¿Aquí o allí?

¡Qué poco importa!

* * * * * * * * * *

Grace nunca llegó al 18 de diciembre. La muerte llegó el 24 de octubre. Sus maravillosas palabras nos dicen todo lo que necesitamos saber sobre la fe cristiana frente a la muerte. Permítanme dejarles algunas preguntas simples: ¿Ese es el tipo de fe que tienes? ¿Estás listo para morir, y sabes a dónde irás cuando mueras? ¿Cuál será tu destino eterno? ¿El cielo o el infierno?

¿Estás listo para morir con una sonrisa en el rostro?


La Vida sin Jesús

“Sin Cristo, la vida humana es simplemente una muerte prolongada. Todo se está descomponiendo. Pero Jesús nos da la vida eterna, que cambia radicalmente nuestra vida en la tierra. No sólo tenemos la eternidad que anhelar, sino que tenemos el poder de vivir en una relación correcta con Dios y con los demás ahora mismo, en nuestra vida diaria. Jesús es nuestra esperanza para el futuro y nuestra confianza para cada día. ¡Alabado sea!” — William J. y Randy Petersen de The One Year Book of Hymns (Tyndale Publishers, 2017)


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 8 (Parte 2 de 2)

 Preparándose para la muerte 

Por Dr. David R. Reagan

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EL MENSAJE PARA LOS INCRÉDULOS

El mensaje del pronto regreso del Señor es como una espada de dos filos. Corta por un lado a los creyentes y por otro a los incrédulos. El mensaje para los incrédulos es: “¡Huyan de la ira venidera!”. La paradoja es que Jesús es tanto el amor de Dios (la cruz), como la ira de Dios (la Segunda Venida). La única forma de huir de la ira de Jesús es correr hacia los brazos amorosos de Jesús, aceptándolo como Señor y Salvador.

Uno de los secretos mejor guardados del universo es que Jesús regresará con gran ira. Incluso la mayoría de los cristianos desconocen este hecho.

La Realidad de la Ira de Dios

Hace varios años, acepté a regañadientes ser el invitado de un programa de entrevistas de una radio secular en la ciudad de Oklahoma. Digo de mala gana porque esos programas suelen terminar con muchas discusiones y gritos que me resultan desagradables. Acepté aparecer cuando el productor del programa me dijo que el presentador estaba en la lista de correo de mi ministerio y que le gustaban mis escritos. Me aseguró que el anfitrión me trataría de manera justa. Sin embargo, debería haber sabido que iba a tener problemas cuando el productor dijo: “El presentador es cristiano, pero ninguno de sus oyentes lo sabe”.

Me entrevistaron por teléfono. El programa comenzó bien, con el anfitrión diciendo algunas cosas agradables sobre mi ministerio y sus publicaciones. Luego me pidió que me tomara cinco minutos para hablar sobre mi ministerio antes de abrir el programa para hacer preguntas.

No quería hablar sobre el ministerio. Quería hablar del Señor. Entonces, pasé los cinco minutos hablando sobre cómo el Señor había cambiado mi vida y cómo podía cambiar la vida de cualquiera para bien, si tan sólo se sometiera a Él.

Cuando terminé, el anfitrión dijo: “Eso fue muy interesante, pero no fue lo que pedí. Por favor, díganos algo sobre su ministerio. ¿Podría resumir su mensaje en una frase?”.

“Sí”, respondí, “el propósito del ministerio es proclamar el pronto regreso de Jesús, llamando a los creyentes a comprometerse con la santidad y llamando a los incrédulos a huir de la ira que está por venir”.

“¿Qué quiere decir con ira?”, preguntó.

“Quiero decir que el Señor regresa en venganza para derramar la ira de Dios sobre los enemigos de Dios”.

“Nunca había escuchado algo tan extraño”, espetó. “El Jesús que conozco no mataría ni a una mosca”. Luego gritó: “¡Tu Dios es un monstruo!”, y me colgó. Fin de la entrevista.

¿Gracia o Ira?

La verdad es que el Creador de este universo es un Dios justo que está muy preocupado por el pecado. La Biblia enseña que Él trata con el pecado de dos maneras — gracia o ira. Juan el Bautista mencionó esto en uno de sus sermones. Declaró: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).

Toda persona en el planeta Tierra está bajo la gracia o la ira de Dios. Para quienes están bajo la gracia, el regreso de Jesús será un evento de bendición. Regresará como su “Esperanza Bienaventurada”. Para quienes están bajo la ira, el regreso de Jesús será un evento aterrador. Vendrá como su “Santo Terror”.

El principio se declara elocuentemente en el libro de Nahum. De los justos dice: “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” (Nahum 1:7). Pero con respecto a los injustos, el mensaje es severo y sombrío: 

2) “Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. 

3) Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable” (Nahum 1:2–3).

Los Profetas Hablan de la Ira de Dios

Isaías dice que, el día en que el Señor regrese, Su terror será tan grande que la gente se meterá en agujeros en la tierra y clamará para que las rocas y las montañas caigan sobre ellos (Isaías 2:10-21). El profeta declara además que “la tierra será enteramente vaciada” (Isaías 24:3), y la tierra será sacudida tan violentamente que se tambaleará “de un lado a otro como un ebrio” (Isaías 24:19-20). Concluye diciendo: “Jehová vendrá con fuego. . . para descargar su ira con furor” (Isaías 66:15).

Jeremías expresó un sentimiento similar cuando escribió estas palabras en el capítulo 25: 

30) “Jehová rugirá desde lo alto. . . contra todos los habitantes de la tierra. 

31) Ha llegado el estruendo hasta el fin de la tierra; porque Jehová tiene un pleito contra las naciones; entra en juicio contra toda carne; a los impíos los entrega a la espada” (Jeremías 25:30-31).

El profeta Sofonías dedicó todo su libro al día del regreso del Señor. Se unió a Isaías y Jeremías al hablar de la horrible naturaleza de ese día para los incrédulos. Lo describió como “un día de ira. . .día de angustia y de aprieto, un día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento” (Sofonías 1:15-16). Dijo que el Señor derramará tal ira que los hombres tropezarán como si fueran ciegos, y “su sangre será derramada como polvo” (Sofonías 1:17). Concluyó diciendo: “En el día de la ira de Jehová. . . toda la tierra será consumida con el fuego de su celo” (Sofonías 1:18). 

Estas son palabras asombrosas. Hablan de un Dios santo que no tolerará el pecado impenitente.

La Ira de Jesús

En el Nuevo Testamento, el libro de Apocalipsis retoma el tema de los profetas hebreos. Describe en detalle la ira sin igual que se derramará durante la Tribulación, lo que resultará en la muerte de la mitad de la población mundial en los primeros tres años y medio (Apocalipsis 6-9). 

Concluye con una descripción del regreso del Señor como un guerrero de justicia que viene a juzgar y librar la guerra contra los pecadores impenitentes (Ap. 19:11-15).

El humilde Cordero, que fue a la cruz a morir por la humanidad regresa como un León rugiente. No regresa como un debilucho manso y apacible “que no mataría ni a una mosca”.

Jesús toma el pecado tan en serio como Su Padre. En Apocalipsis 2 y 3 tenemos lo más parecido en el Nuevo Testamento a las Escrituras escritas directamente por Jesús. Estos capítulos constan de siete cartas que dictó a siete iglesias. Escuche lo que aquel “que no mataría ni a una mosca” tuvo que decirles a algunas de las iglesias:

A la iglesia en Pérgamo

“Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos [pecadores impenitentes] con la espada de mi boca”. — Apocalipsis 2:16

A la iglesia en Tiatira

Hablando de una “Jezabel” en la iglesia, que estaba incitando a la gente a cometer actos de inmoralidad: “Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella”. — Apocalipsis 2:21-22  

A la iglesia en Laodicea:

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. — Apocalipsis 3:15-16  

Soportando la Ira de Dios

El Dios de este universo no es un osito de peluche cósmico que le guiña el ojo al pecado. Él es un Dios de santidad. No se le puede engañar. Es paciente y longánimo, y no desea que nadie perezca. Pero está acumulando Su ira para un día de terrible juicio.

El profeta Malaquías preguntó: “¿Quién podrá soportar el tiempo de su venida?” (Malaquías 3:2). Juan se hace eco de esas palabras cuando habla de “la ira del Cordero” y dice que los que sean sujetos a esa ira clamarán: “¿Quién podrá mantenerse en pie?” (Ap. 6:17).

La respuesta es simple. Cualquiera que ponga su fe en Jesús como Señor y Salvador pasará de la ira a la gracia. Pablo escribió: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:9). Pablo expresó la misma idea en 1 Tesalonicenses 1:10 cuando escribió que los cristianos están esperando “de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”.

La elección entre la ira y la gracia es tuya. Dios hizo posible esa elección a través del regalo de Su Hijo, quien murió en la Cruz por tus pecados, para que pudieras reconciliarse con el Padre.

Dios es muy misericordioso. Envió a Su Hijo a morir por nosotros. Ha retrasado el regreso de Su Hijo porque no desea que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Incluso, durante la Tribulación, el propósito fundamental de Su ira no será castigar, sino motivar a las personas a arrepentirse para que puedan ser salvas.

¿Eres un Vencedor?

Si nunca has recibido a Jesús como tu Señor y Salvador, ¿qué estás esperando? El tiempo es limitado. El único tiempo que tienes garantizado es este mismo momento. La vida es frágil. Puedes estar aquí en un momento y desaparecer al siguiente.

Como he dicho antes, la Biblia está llena de pesimismo y fatalismo para quienes rechazan a Jesús. Pero sólo ofrece buenas noticias para aquellos que han puesto su fe en Jesús. El libro de Apocalipsis está lleno de gloriosas promesas para los “vencedores”. Trece de estas promesas están contenidas en las siete cartas que Jesús escribió a las siete iglesias de Asia Menor (Apocalipsis 2-3).

Son promesas de dicha eterna. El libro de Apocalipsis concluye con más promesas para el “vencedor”: promesas de vida eterna en una tierra nueva, vivir en la presencia del Creador. “Ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor” (Ap. 21:1-4). Juan afirma: “El que venciere heredará todas las cosas” (Ap. 21:7).

¿Quién es un vencedor? Jesús es el primer y más importante vencedor. Venció el pecado, el mundo y la muerte (Juan 16:33). Aquellos que ponen su fe en Él se vuelven vencedores con Él. Juan lo expresó en forma de pregunta retórica: “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Juan 5:5).

Falsos Conceptos de la Salvación

Quizás estás pensando que eres salvo porque naciste en una familia cristiana. La salvación no está determinada por el nacimiento natural. Lo único que cuenta es el nacimiento espiritual. Jesús dijo: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Es asombroso cuántos cristianos profesantes se burlan cuando se les pregunta si han nacido de nuevo. Muchos anuncian con orgullo: “No soy de esos ‘nacidos de nuevo’”. ¡Ésa es una confesión de que realmente no son cristianos!

Quizás estés pensando que eres salvo porque pasaste por algún tipo de rito cristiano como el bautismo. Los ritos religiosos no salvan. Debes someter voluntariamente tu corazón al Señor en arrepentimiento de tus pecados.

Quizás pienses que eres salvo porque tu nombre está en una lista de miembros de una iglesia. Nuestras iglesias están llenas de personas inconversas, algunas de las cuales son maestros de escuela dominical, miembros del coro, diáconos, ancianos — y sí, incluso pastores. A menudo he dicho que el domingo después del Rapto muchas iglesias se llenarán de gente asustada que buscará respuestas de pastores inconversos que hayan sido dejado atrás.

La Naturaleza de la Salvación

La esencia de la salvación es una relación. Jesús no dijo que la vida eterna resulta del bautismo o de la asistencia a la iglesia o del diezmo. Dijo que la vida eterna es conocer al único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien Él envió (Juan 17:3).

Quizás eres una persona no religiosa o una persona que ha vivido una vida de pecado intencional. Quizás estés pensando: “No hay esperanza para mí. He cometido pecados tan terribles que Dios nunca podría perdonarme”. No es así.

No hay pecado tan terrible que pueda separarte del amor de Dios en Jesucristo. De eso se trata la gracia: un favor inmerecido a través de la sangre de Jesús. Y la Biblia dice que cuando pones tu fe en Jesús, Dios no sólo perdona tus pecados, sino que también los olvida, en el sentido de que nunca más los tomará en tu contra (Hebreos 8:12).

Así que, de nuevo, pregunto, “¿Por qué te demoras? ¿Qué te está deteniendo? ¿Es un orgullo insensato? Isaías dice que el día que el Señor regrese, “la altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada” (Isaías 2:11).

Una Invitación

Te invito a nacer de nuevo y convertirte en un vencedor, al hacer esta oración:

Padre celestial, vengo a ti confesando que soy un pecador. Deseo aceptar a Tu Hijo, Jesús, como mi Señor y Salvador. Perdóname de mis pecados, habita en mí con tu Santo Espíritu y séllame para redención. Gracias Señor. En el nombre de Jesús, Amén.

Si acabas de hacer esa oración, comienza a buscar una iglesia donde se predique la Biblia y se exalte a Jesús como la única esperanza para el mundo. Busca una oportunidad para confesar tu fe públicamente ante esa congregación, y luego manifiesta tu fe en el bautismo cristiano. Participa en un grupo de oración y estudio bíblico, y comienza a crecer en el Señor.

Un Desafío Final

Nos enfrentamos a días oscuros por delante a medida que las fuerzas del paganismo se intensifican en estos tiempos del fin. Pero la victoria está cerca. El Príncipe de Paz pronto llegará, y con Él vendrá el triunfo de la justicia y la santidad.

Mientras esperamos el regreso del Señor, debemos:

Permanecer en la Palabra

        Creer en el poder de Dios

            Depender del Espíritu Santo

                Practicar una fe firme

                    Ordenar nuestras prioridades

                        Mantener una perspectiva eterna

                    Defender la justicia

                Persistir en la oración

            Rendirnos en adoración

        Aferrarnos a la esperanza

Y, vivir aguardando a Jesús

Vivimos en territorio enemigo. Nunca olvidemos eso. Como nos instó C. S. Lewis, comportémonos como comandos que están operando tras las líneas enemigas, preparando el camino para la llegada del Comandante en Jefe. Prepárense para el combate y manténganse firme, orando constantemente,

 “¡Maranata!” — ¡Ven pronto, Señor Jesús!

Reflexiones sobre la Muerte

“La única diferencia en la muerte entre un cristiano y uno que no lo es, es que el cristiano está preparado para encontrarse con Jesús. Un cristiano ya está muerto — muerto para el mundo, pero vivo en Cristo. La muerte para ti, como hijo de Dios, es quedarte dormido en Sus brazos y despertar en el otro mundo, vivo para siempre más allá del poder del dolor, seguro para siempre de toda enfermedad y sufrimiento”. Winkie Pratney (1944-), un autor cristiano de Nueva Zelanda.

“No trajimos nada al mundo y no podemos llevarnos nada del mundo. No hay camiones de mudanza detrás de los coches fúnebres”. John Piper (1946-), pastor bautista estadounidense y erudito.

“Cuando dejes este mundo, ¿serás conocido como alguien que acumuló tesoros en la tierra que no pudo conservar? ¿O serás reconocido como alguien que invirtió tesoros en el cielo que no podría perder?” Randy Alcorn (1954-), autor cristiano prolífico y best-seller.

“La muerte no es más que pasar de una habitación a otra. Pero hay una diferencia para mí, sabes, porque en esa otra habitación podré ver”. Helen Keller (1880-1968), autora ciega y sorda y defensora de los derechos de las personas con discapacidad.

“Que teman la muerte aquellos que no temen al pecado”. Thomas Watson (1620-1686), predicador y autor puritano inglés.


Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 27 de octubre de 2025

Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 8 (Parte 1 de 2)

 Preparándose para la muerte 

Por Dr. David R. Reagan

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Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”. — Hebreos 9:27

Basándome en los versículos que he presentado en este libro, creo que podemos sacar dos conclusiones sobre la muerte:

  • Para los creyentes, la muerte es una puerta hacia la dicha eterna, viviendo en cuerpos inmortales y perfeccionados dentro de una ciudad gloriosa en una nueva tierra restaurada en la presencia de nuestro Creador.
  • Para los no creyentes, la muerte es una puerta al infierno, donde serán castigados proporcionalmente a sus pecados y luego experimentarán la “muerte segunda” del cuerpo y el alma.

Entonces, el destino después de la muerte para cada persona es ya sea una nueva vida o una segunda muerte. ¿Cuál enfrentas tú? La elección es tuya, pero debe hacerse ahora, mientras aún estás vivo. No hay una segunda oportunidad después de la muerte. 

Si murieras hoy, ¿sería con una sonrisa en tu rostro o con terror en tu corazón?

Si Jesús apareciera hoy en el Arrebatamiento por Su Iglesia, ¿volverías con Él al Cielo o serías dejado atrás para enfrentar los horrores de la Tribulación?

EL MENSAJE PARA LOS CREYENTES

¿Vives aguardando a Jesús? ¿Anhelas Su regreso? ¿Oras todos los días, “¡Maranata!”? (1 Co. 16:22).

Pablo nos dijo en Tito 2:13, que debemos vivir “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. En 2 Timoteo 4:8, dijo que hay una recompensa especial — “una corona de justicia” — que Dios le dará a cualquier creyente que viva su vida con el amor de la manifestación del Señor en su corazón.

¿Alguna vez te has detenido a preguntarte por qué esta recompensa especial es llamada “corona de justicia”? ¿Por qué Pablo asocia la justicia con la devoción al regreso del Señor?

Es porque las dos van de la mano. Éste es un punto que recalco constantemente a los pastores que no comprenden la importancia de predicar y enseñar la profecía bíblica.

La Relevancia Práctica de la Profecía

Cuando me encuentro con un pastor así y le pregunto por qué ha ignorado la profecía, su respuesta suele ser algo así como esto: “Bueno, David, no lo entiendes porque eres un evangelista itinerante. Si fueras pastor, lo entenderías. Verás, tengo que lidiar a diario con todos los problemas conocidos por el hombre. Tengo homosexuales y adúlteros en mi congregación, así como chismosos y calumniadores. Tengo matrimonios a punto de desmoronarse. Tengo padres que exasperan a sus adolescentes. Tengo drogadictos y personas adictas a las tarjetas de crédito. Lo que se te ocurra, y yo estoy lidiando con eso. El resultado es que simplemente no tengo tiempo para lidiar con temas esotéricos y de castillos en el aire como la profecía bíblica. Después de todo, cuando se llega al grano, ¿qué importa lo que una persona sepa acerca de la profecía bíblica?”.

Entiendo la postura de pastores como éste. Simpatizo con ellos y oro por ellos. No hay llamado más alto que el de un pastor, y no hay trabajo más difícil sobre la faz de la tierra.

Pero cualquier pastor que se sienta así simplemente no comprende la profecía bíblica. Como ya he mostrado, el conocimiento de la profecía bíblica es esencial para el desarrollo de una esperanza vibrante — y la esperanza es desesperadamente necesaria en estos tiempos oscuros.

Es su esperanza la que permite a los cristianos morir con una sonrisa en el rostro. Comprenden que la muerte es sólo una puerta a la vida eterna en un cuerpo glorificado e inmortal que jamás volverá a sufrirá enfermedades ni dolor.

Permíteme darte un ejemplo de lo que estoy hablando. Tengo una querida amiga en Cristo llamada Laura. En 2006, su esposo, Brian, casi murió de insuficiencia renal. Diecisiete años después, en 2023, le dieron sólo un corto tiempo de vida. Fue ingresado en cuidados paliativos, y su esposa envió el siguiente mensaje por correo electrónico a amigos y familiares:1

La semana pasada, Dios dejó absolutamente claro a Brian y a mí, y luego a nuestra familia, que Él sanará y restaurará completamente a Brian. Aunque no es de la manera que esperábamos, sanándolo en esta tierra, tenemos la paz interminable del Señor que sobrepasa todo entendimiento.

Brian volvió a casa el viernes por la noche [del hospital] bajo el cuidado del hospicio. ¡Está absolutamente encantado de estar en casa con nosotros y con sus cachorros! Dios está sanando cada fibra de su ser. Su sanación es inminente y, en el tiempo de Dios, Brian pronto será completamente restaurado en el nombre de Jesús y entrará en Su gloria eterna. Siempre hemos orado para que se haga Su voluntad, no la nuestra, y sabemos más allá de toda duda que ésta es la voluntad de Dios para la vida de Brian y para nuestra familia.

Por supuesto estamos tristes, pero estamos llenos de Su paz. Estamos agradecidos por los 17 años adicionales que Dios nos ha dado, porque podría haberse llevado a Brian en ese entonces, cuando estaba a punto de morir. ¡Pero Dios realizó un milagro en 2006 y nos permitió criar a nuestros hijos juntos, tener tiempos maravillosos, crear más recuerdos y seguir sirviéndole! Estamos eternamente agradecidos por eso.

Estamos increíblemente agradecidos de que nuestro Señor nos haya bendecido con este tiempo juntos en casa, tiempo para que Brian vea y llame a nuestros seres queridos, y tiempo para que pasemos juntos como familia. Realmente ha disfrutado hablar con nuestros seres queridos y visitarlos. Esto ha traído alegría a él y a todos nosotros.

Agradecemos sus oraciones, amor y preocupación. Por favor, continúen orando por nuestra familia. Los queremos a todos.

¿Notaste la falta de remordimiento? ¿Observaste la ausencia de ira hacia Dios? ¿Percibiste la alegría de que el sufrimiento de su esposo pronto terminaría con sanación eterna? ¿Sentiste su actitud de paz más allá de la comprensión humana?

Ciertamente, le entristece perder la compañía diaria, el apoyo y el amor de su esposo. Pero, debido a su conocimiento de lo que sucede cuando un creyente muere, está llena de esperanza.

Como puedes ver, la profecía bíblica está directamente relacionada con todos los problemas que los pastores enfrentan en sus congregaciones. El punto que trato de enfatizar una y otra vez es que la profecía bíblica puede tener un impacto abrumador en la forma en que las personas viven aquí y ahora y en la manera en que enfrentan el futuro, incluida la muerte.

Si se enseña correctamente, no es sólo información utópica relevante para un mundo que aún está por venir. ¡Puede transformar la manera en que una persona vive hoy, en este mundo, aquí y ahora!

La Cualidad Transformadora de la Profecía

Permítanme expresarlo de manera concisa. Si una persona alguna vez puede convencerse de dos cosas relacionadas con la profecía bíblica, su vida se transformará. Esas dos cosas son: 1) Jesús va a regresar; y 2) Su regreso es inminente — puede ocurrir en cualquier momento.

La mayoría de los cristianos responderán a la pregunta: “¿Cree que Jesús regresará?”, respondiendo “Sí”. Pero sus acciones hablan más que sus palabras. No viven como si esperaran que el Señor va a regresar. La mayoría son esquizofrénicos espirituales que caminan con un pie en la iglesia y el otro en el mundo. Creen en el regreso del Señor en sus mentes, pero no en sus corazones. Sólo cuando una creencia pasa de la mente al corazón es que comienza a afectar el comportamiento.

La mayoría de los cristianos tampoco parecen tener idea de que Jesús podría regresar en cualquier momento. Muchos están convencidos de que aún deben cumplirse muchas profecías antes de que el Señor pueda regresar.

Bueno, hay muchas profecías que deben cumplirse antes de que Jesús regrese a esta tierra para reinar — un templo debe ser reconstruido en Jerusalén, el Anticristo debe ser revelado y debe haber siete años de tribulación. Pero no hay una sola profecía que deba cumplirse para que el Señor regrese por Su Iglesia en el Rapto. El Rapto es un evento que puede ocurrir en cualquier momento.

Dos Regresos del Señor

Asistí fielmente a una iglesia durante 30 años y ni una sola vez escuché la palabra rapto. Desde entonces, descubrí que la mayoría de los cristianos han tenido la misma experiencia. La consecuencia es que la mayoría no es consciente del hecho de que habrá dos venidas futuras del Señor.

Una será una aparición por Su Iglesia, para sacar a la Iglesia del mundo. La otra será un regreso a la tierra con Su Iglesia, para reinar por mil años.

La evidencia de estas dos futuras venidas de Jesús es muy evidente cuando estudia las dos únicas descripciones detalladas del regreso del Señor que se encuentran en el Nuevo Testamento. Una se encuentra en 1 Tesalonicenses 4:13–18; la otra está en Apocalipsis 19:11–16.

Los Dos Futuros Regresos del Señor

Comparación y Contraste

1 Tesalonicenses 4

Apocalipsis 19

Jesús aparece en los cielos

Jesús aparece por Su Iglesia

Jesús aparece como un Libertador

Jesús aparece en Gracia

 

Jesús aparece como un Novio

Jesús regresa a la tierra

Jesús regresa con Su Iglesia

Jesús regresa como un Guerrero

Jesús regresa en Ira

 

Jesús regresa como Rey de reyes

Como puede verse en el gráfico de arriba, en 1 Tesalonicenses 4, el Señor aparece en los cielos. No regresa a la tierra. Aparece por Su Iglesia. Es un Novio que viene por Su Novia. Aparece en amor como Libertador, para rescatar a Su Iglesia de la venidera ira de Dios, que se derramará durante la Tribulación.

En marcado contraste, en Apocalipsis 19 se le describe regresando a la tierra con Su Iglesia, y regresa con gran ira como un Guerrero cuyo propósito es juzgar y hacer la guerra contra los enemigos de Dios. También regresa como Rey, para ejercer Su dominio sobre toda la tierra.

Cómo las Señales se Relacionan con el Rapto

No hay señales del Rapto, ya que es un evento que puede ocurrir en cualquier momento. Las señales se relacionan sólo con la Tribulación y la Segunda Venida. Pero, a medida que vemos que las señales se acumulan, podemos estar seguros de que el Rapto está cerca.

Tim LaHaye ha explicado la relación entre el Rapto y las señales de los tiempos con una maravillosa ilustración. Cuenta acerca de un amigo suyo que caminaba por un centro comercial con su esposa. Le señaló a ella el hecho de que los comerciantes estaban colocando sus adornos navideños. Ella respondió con lo que él pensó que era una pregunta curiosa: “¿Sabes qué significan esas decoraciones?”.

“Por supuesto”, dijo, “apuntan a la pronta llegada de la Navidad”.

“Sí”, respondió ella, “¡pero también significan que el Día de Acción de Gracias está a la vuelta de la esquina!”.

Y lo mismo ocurre con las Señales de los Tiempos. Señalan la Tribulación y la Segunda Venida. Pero, cuando los vemos acumulándose, podemos estar seguros de que el Rapto está muy cerca.

Una Motivación para la Santidad

Ahora, volvamos a mi punto. La vida de una persona puede transformarse si alguna vez llega a creer dos cosas: 1) Jesús regresará; y 2) Su regreso puede ocurrir en cualquier momento. ¿Cómo pueden esas creencias cambiar radicalmente a una persona? Porque motivarán a esa persona a la santidad.

Sé que esto es cierto por experiencia personal. Yo era un cristiano carnal típico, hasta que comencé a estudiar y a creer en la profecía bíblica. En el momento en que realmente creí con todo mi corazón que Jesús volvería, y que podría hacerlo en cualquier momento, la profecía comenzó a tener un efecto purificador en mi vida. 

No cambié de la noche a la mañana, pero el cambio fue inevitable a partir de ese momento, cuando el Espíritu Santo comenzó a convencerme de áreas de mi vida que no estaban listas para el regreso del Señor.

Cuando un pastor comienza a predicar la profecía bíblica, enfatizando el inminente regreso del Señor, descubrirá que los miembros de su congregación comenzarán a limpiar sus vidas. Dejarán a un lado el alcohol y las drogas. Los matrimonios comenzarán a sanar. Los adolescentes serán liberados de la rebelión. 

En general, aquellos que comienzan a creer verdaderamente en el pronto regreso del Señor se comprometerán a una vida santa y a la evangelización. ¿Qué más podría pedir un pastor?

La Profecía como Purificadora

El efecto purificador de la profecía se menciona en todo el Nuevo Testamento. Observe en las siguientes citas de las Escrituras cómo el escritor siempre relaciona el regreso del Señor con la justicia y la santidad:

Romanos 13

12) La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 

13) Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 

14) sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

Tito 2

11) Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 

12) enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,

13) aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo…

1 Pedro 1

13) Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 

14) como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 

15) sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 

16) porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 

2 Pedro 3

10) Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

11) Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir. . .

1 Juan 3

2) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

3) Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

El Significado de la Santidad

¿Qué es la santidad? Esto suena muy teológico. Intentemos simplificarlo. Mi definición práctica es: “someterse al señorío de Jesús”. Un compromiso con la santidad significa permitir que Jesús controle todos los aspectos de tu vida a través de la presencia de Su Espíritu Santo.

De vez en cuando, debes hacer un inventario de tu vida, pidiéndole al Espíritu Santo que te ayude a identificar aquellas áreas que no están totalmente sometidas al señorío de Jesús. Pregúntate: “¿Es Jesús el señor de mi música y mi material de lectura? ¿Es el Señor de lo que como y bebo? ¿Es Señor de mis películas y programas de televisión? ¿Es el Señor de mi trabajo y de mi recreación? ¿Es realmente el Señor de algo en mi vida? Pídele al Espíritu Santo que ilumine tu corazón con un foco para revelar las áreas que necesitan ser sometidas. Él lo hará.

El cristiano promedio ha hecho tantos compromisos con el mundo que, a menudo, ni siquiera se da cuenta de muchos de ellos. Esto se debe en parte a que el paganismo que nos rodea nos insensibiliza al pecado. También se debe a una escasez de la Palabra en nuestras vidas. Pero, incluso cuando hemos sido insensibilizados, la Palabra puede convencernos a través de su poder sobrenatural.

El Poder de Convicción de la Palabra

Eso es lo que le sucedió al rey Josías de Judá, cuando lanzó el avivamiento más grande en la historia de su nación. A pesar de que era una persona justa que buscaba al Señor con fervor, su pecaminosidad se apoderó de él cuando se le leyó la Palabra de Dios.

La historia es fascinante y muestra claramente el poder de la Palabra de Dios. Josías se sintió guiado a purgar la tierra de ídolos. En el proceso, ordenó que se limpiara y reparara el templo. Mientras los sacerdotes hacían esto, descubrieron “el libro de la ley de Jehova dada por medio de Moisés” (2 Crónicas 34:14). No es de extrañar que la nación estuviera en una situación tan triste. ¡La Palabra de Dios se había perdido!

El libro fue llevado al rey y se le leyó. Mientras era leído, Josías tuvo tanta convicción de sus pecados que “rasgó sus vestidos” en arrepentimiento (2 Crónicas 34:19). Luego ordenó que se leyera la Palabra de Dios a todos los ancianos de Judá y Jerusalén (2 Crónicas 34:29–30). Esta lectura encendió un avivamiento a nivel nacional.

Tomándose en Serio la Santidad

Hay poder en la Palabra, y debemos alimentarnos de ella a diario, si queremos tomar en serio la santidad. Necesitamos ponernos serios acerca de la santidad porque creo que el mensaje del Espíritu Santo para la Iglesia de los últimos tiempos es: “Comprometan sus vidas a la santidad”.

Jesús vendrá pronto por Su Novia, la Iglesia, y quiere una Novia que no esté manchada por el mundo. Nos está llamando a salir del mundo. Como dijo en su oración final con sus discípulos, debemos estar “en el mundo”, pero no ser “del mundo” (Juan 17:11, 16).


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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 7 (Parte 2 de 2)

 El Destino de los Incrédulos 

Por Dr. David R. Reagan

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Preguntas Sobre el Cielo

26) Porque si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado 

27) sino una horrenda expectativa de juicio y de fuego ardiente que ha de devorar a los adversarios. — Hebreos 10

1) ¿No enseña la historia del hombre rico y Lázaro en Lucas 16:19-31 el tormento eterno en el infierno?

No, no es así. De hecho, el tormento eterno ni siquiera se menciona. Además, la historia no tiene nada que ver con el infierno. Es una representación del Hades tal como existía antes de la cruz, cuando el Paraíso todavía era uno de sus compartimentos.

La confusión proviene del hecho de que algunas traducciones dicen en el versículo 23 que el hombre rico estaba en el infierno. Eso es incorrecto. La palabra real usada en el texto griego es Hades y no Gehenna, la palabra para infierno.

Cuando las personas no salvas mueren, sus almas van a un compartimiento en el Hades llamado Tormentos, donde son sometidas a sufrimiento. Ese sufrimiento en particular llegará a su fin al concluir el reino milenario de Jesús. En ese momento, Él juzgará a los que están en el Hades y los consignará al infierno (Ap. 20:11-15). Se nos dice que el Hades será arrojado al “lago de fuego,” que es el infierno (Ap. 20:14).

Para aquellos que han sufrido durante largos periodos en el Hades, su sufrimiento puede terminar instantáneamente cuando sean enviados al infierno, donde experimentarán la “destrucción eterna” (2 Tes. 1:9). Otros continuarán sufriendo por un tiempo en el infierno antes de “perecer” (Juan 3:16).

La Biblia enseña claramente que habrá grados de castigo, por lo que algunos sufrirán más tiempo y más intensamente que otros (Lucas 12:35-48; 20:45-47; y Hebreos 10:29).

2) ¿No enseñó Jesús el tormento eterno cuando dijo que el infierno es un lugar “donde su gusano no muere, y el fuego no se apaga”? (Marcos 9:48)

Jesús no podría haber estado enseñando el tormento eterno cuando hizo esta declaración porque estaba citando Isaías 66:24, que dice que los redimidos podrán ver los cadáveres de los perdidos. La fraseología sobre el gusano y el fuego es un lenguaje figurativo que enfatiza el hecho de que el testimonio de lo que les sucede a los pecadores impenitentes nunca morirá.

Se utiliza un lenguaje similar sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra. Judas 7 nos dice que estas ciudades experimentaron “el castigo del fuego eterno”. Eso no significa un fuego que arde eternamente; más bien, habla de un fuego con consecuencias eternas.

3) ¿Qué pasa con aquellos durante la Tribulación que toman la marca de la bestia? ¿No dice la Biblia que serán atormentados para siempre? (Ap. 14:9-11)

Nuevamente, no hay mención de tormento eterno en estos versículos. Se nos dice que ellos serán “atormentados en presencia de los santos ángeles y en presencia del Cordero” (Ap. 14:10), pero no se menciona la duración de este tormento. Para concluir que el tormento continuará eternamente, uno tendría que asumir que el alma es inmortal. Pero la Biblia niega la inmortalidad del alma (1 Timoteo 6:13-16).

El pasaje sí dice que “el humo de su tormento subirá para siempre”, pero eso es una expresión figurativa que denota un testimonio eterno de su destino. Por ejemplo, se nos dice en Isaías 34:10 que el humo de la destrucción de Edom subirá para siempre. No hay tal humo que se eleve de Edom hoy, excepto en el sentido de que tenemos la memoria de su destrucción.

4) ¿Qué hay del Anticristo y del Falso Profeta? ¿No dice la Biblia que serán sometidos a tormento eterno? (Ap. 19:20 y 20:10)

Sí, Apocalipsis 20:10 afirma que el Anticristo y su Falso Profeta serán “atormentados por los siglos de los siglos”, junto con Satanás y sus ángeles demoníacos. Pero esto ciertamente no indica que el resto de la humanidad sufrirá tormento eterno.

El Anticristo y el Falso Profeta son dos casos especiales. Tenga en cuenta que serán responsables de la muerte de la mitad de la humanidad durante los primeros tres años y medio de la Tribulación. Eso es un total de 3 mil millones de personas en términos de hoy (asumiendo que mil millones de la población mundial de siete mil millones serán llevados en el Rapto). También van a matar a dos tercios de los judíos durante la segunda mitad de la Tribulación.

Así, al final de los siete años de la Tribulación, es probable que tengan la sangre de casi dos tercios de la humanidad en sus manos. Toda la carnicería de todos los líderes nefastos de la historia —como Hitler, Stalin y Mao— palidece en comparación.

Pero bien puede ser que Apocalipsis 20:10 no esté hablando de los seres humanos que servirán como el Anticristo y el Falso Profeta. En su lugar, puede estar hablando de los espíritus demoníacos que los poseen. Nótese que el pasaje se refiere a “la bestia y el falso profeta”. Se nos dice en Apocalipsis 11:7 que la bestia “sube del abismo”. Según las Escrituras, éste es el pozo donde los espíritus malignos están encarcelados, no los seres humanos. Del mismo modo, el Falso Profeta es referido como “otra bestia” (Ap. 13:11), es decir, otra de la misma especie.

5) ¿No motivará el punto de vista Condicionalista a las personas a perder el miedo al castigo y, por lo tanto, a animarlas a ignorar a Dios y Su Palabra?

Edward Fudge, el hombre que ha escrito el libro definitivo sobre el punto de vista Condicionalista, trató específicamente esta cuestión. Cuando la gente cuestionaba su opinión afirmando que eliminaría el miedo al infierno y fomentaría la impiedad, él respondió:8

Sólo si su único motivo para servir a Dios es la creencia de que Él infligirá a los malvados un tormento inimaginablemente peor que el que cualquier tirano monstruoso entre los hombres haya soñado jamás infligir a sus víctimas.

La verdad es que la doctrina tradicional del tormento eterno en el infierno ha creado más ateos que casi cualquier otra cosa que los cristianos hayan enseñado jamás . . .

Lo que hace el punto de vista Condicionalista es magnificar la justicia de Dios (cada pecador condenado recibe exactamente lo que merece y nada más), la misericordia de Dios (incluso el peor pecador finalmente perece para siempre), y la santidad de Dios (Su ira es real, pero se mide con precisión exacta de acuerdo con Su propio carácter).

6) ¿No requiere el punto de vista Condicionalista una gran espiritualización de las Escrituras?

En absoluto. De hecho, es la visión Tradicionalista del tormento eterno la que requiere mayor espiritualización. Aquellos que se adhieren al concepto tradicional deben espiritualizar palabras y expresiones como “perecer”, “destrucción”, “consumido por el fuego” y “segunda muerte”.

El punto de vista Condicionalista sólo requiere la espiritualización de expresiones figurativas como “su gusano no morirá” y “el humo de su tormento subirá para siempre”.

El punto de vista Condicionalista está completamente arraigada en las Escrituras. El punto de vista tradicional depende de constructos teológicos desarrollados por los hombres.

7) ¿Acaso las sectas no sostienen el punto de vista Condicionalista?

Muchos, como los Testigos de Jehová, creen que las almas de los pecadores son aniquiladas al morir, pero ésa no es la posición Condicionalista.

Un grupo marginal, los Adventistas del Séptimo Día, sí adopta el Condicionalismo, pero su respaldo al mismo no lo invalida más de lo que su respaldo a la Trinidad invalida ese concepto plenamente bíblico.

8) ¿Cuál considera que es el argumento más poderoso en contra del concepto tradicional del tormento eterno en el infierno?

El hecho de que la Biblia dice que Jesús pagó el precio por nuestros pecados (Isaías 53:5; Gálatas 1:4; Hebreos 1:3 y 1 Pedro 2:24).

¿Cuál fue ese precio? Fue un sufrimiento extremo seguido de la muerte. No fue tormento eterno. Por lo tanto, los pecadores impenitentes experimentarán lo que Jesús experimentó: sufrimiento seguido de la muerte (la “muerte segunda”).

La conclusión es que, debido a una noción preconcebida y no bíblica de que el alma es inmortal, hemos interpretado el tormento eterno en las Escrituras cuando nunca fue destinado para la humanidad. El infierno fue creado para Satanás y sus ángeles, no para la humanidad, y son Satanás y sus hordas demoníacas quienes serán enviados al infierno y a sus tormentos eternamente.


Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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jueves, 23 de octubre de 2025

Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 7 (Parte 1 de 2)

 El Destino de los Incrédulos 

Por Dr. David R. Reagan

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“No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien teman a Aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno”. Mateo 10:28

Nota del traductor/editor: En este artículo, la palabra infierno debe entenderse como lago de fuego.


Muchas personas consideran que el infierno no es más que una palabrota o una broma.

Constantemente escucho a personas en la televisión decir: “¡Voy a ir de fiesta al infierno!”. Lo dicen con entusiasmo, como si estuvieran presumiendo de un gran logro. Conan O’Brien, el exconductor del programa de NBC Late-Night Show, escribió e interpretó una canción burlándose del infierno. La canción es tan perversa que sólo se pueden citar partes. La siguiente sección les dará una idea:1

Voy a ir al infierno cuando muera
Voy a ir al infierno cuando muera
No puedo ser salvado, es demasiado tarde para mí
Voy a ir al I-N-F-I-E-R-N-O cuando M-U-E-R-A
Podrías decir que estoy hecho un desastre, pero soy sincero
Dormiré con tu madre por una comida casera.
Le daré a un tipo sin piernas un par de zapatos nuevos...
Voy a ir al infierno cuando muera
Voy a ir al infierno cuando muera

Cuando se le preguntó al actor de cine Tom Hanks sobre sus esfuerzos de colaboración con el director Ron Howard, él dijo: “Ron Howard es un gran hombre y un gran director. Seguiría a Ron Howard hasta el infierno”.2 Ted Turner, de la televisión por cable, se burló del infierno de manera similar cuando dijo: “No necesito que nadie muera por mí. He tomado algunas copas y he tenido algunas novias, y si eso me va a enviar al infierno, que así sea”.3

La banda australiana de hard rock, AC/DC, lanzó un álbum en 1979 titulado Highway to Hell. La canción principal alardeaba de su determinación de acabar en el infierno. Aquí está la primera estrofa:4

Viviendo tranquilo, viviendo libre
Con un boleto solo de ida voy
Sin pedir nada, déjame estar
Voy tomando todo a mi manera
No necesito razón, no necesito rima
No es nada que prefiera hacer
Voy bajando, festejando
Mis amigos también estarán allá
Estoy en la carretera al infierno

La segunda estrofa es aún peor. Presume de pagar sus deudas a Satanás e incluso se refiere al infierno como “la tierra prometida”.

La actitud burlona sobre el infierno ha sido quizás mejor expresada por el cómico blasfemo y de lenguaje soez, George Carlin (1937-2008):5

La religión en realidad ha convencido a la gente de que hay un hombre invisible—que vive en el cielo—que observa todo lo que haces, cada minuto de cada día. Y el hombre invisible tiene una lista especial de diez cosas que no quiere que hagas. Y si haces alguna de estas diez cosas, tiene un lugar especial, lleno de fuego y humo, de quemaduras y tortura y angustia, donde te enviará a vivir y sufrir y quemarte y ahogarte y gritar y llorar por siempre hasta el fin de los tiempos… ¡pero te ama!

El comentario de Carlin sobre el infierno es interesante porque resume bastante bien por qué creo que la mayoría de los pastores rara vez predican sobre el infierno. Estoy convencido de que a la mayoría les resulta difícil hablar de un Dios justo y amoroso que va a atormentar a las personas perdidas eternamente. Cuando mencionan el infierno, generalmente sólo dicen que significa “separación eterna de Dios”. Se evita el concepto de tormento eterno.

No hay duda al respecto: el infierno ha sido trivializado por el mundo e ignorado por la Iglesia. Pero el infierno era un tema muy importante para Jesús. Habló de él repetidamente, mientras que rara vez habló del cielo.

La Realidad del Infierno

La Biblia presenta el infierno, al igual que el cielo, como un lugar real. La Biblia dice que Dios creó este lugar terrible para servir como el destino final del Diablo y sus ángeles (Mateo 25:41). La Biblia también enseña que el infierno será el destino de todas las personas que rechacen la gracia y misericordia que Dios ha proporcionado a través de Jesús y que elijan, en cambio, seguir a Satanás (Mateo 25:46).

El infierno se describe en las Escrituras como un lugar de oscuridad y tristeza (Mateo 22:13), un lugar de fuego (Mateo 5:22), un lugar de tormento (Ap. 14:10), un lugar de destrucción (Mateo 7:13) y un lugar de deshonra y desprecio eterno (Daniel 12:2).

Su Distinción del Hades

El infierno no es el Hades. Un estudio cuidadoso de las Escrituras revelará que Hades en el Nuevo Testamento es el mismo lugar que el Seol en el Antiguo Testamento (Salmo 49:15).

Antes de la cruz, el Hades (o Seol) era el lugar de espera para los espíritus de los muertos que aguardaban su resurrección, juicio y eventual asignación al cielo o al infierno. Según la parábola de Jesús sobre el hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31), el Hades estaba compuesto por dos compartimentos: el Paraíso y los Tormentos.

Al morir, los espíritus de los justos (aquellos que habían puesto su fe en Dios) iban al compartimiento en el Hades llamado Paraíso. A los injustos se les asignaba el compartimiento llamado Tormentos. Los dos compartimientos estaban separados por un abismo amplio y profundo que no podía cruzarse. Este abismo también se conoce como “el pozo sin fondo” (Ap. 9:1-2, NVI).

La Biblia indica que la naturaleza del Hades cambió radicalmente en el momento de la cruz. Después de Su muerte en la cruz, Jesús descendió al Hades y declaró a todos los espíritus allí Su triunfo sobre Satanás mediante el derramamiento de Su sangre por los pecados de la humanidad (1 Pedro 3:18-19 y 4:6).

La Biblia también indica que, después de Su resurrección, cuando ascendió al cielo, Jesús se llevó el Paraíso con Él, transfiriendo los espíritus de los muertos justos del Hades al cielo (Efesios 4:8-9 y 2 Corintios 12:1-4). A partir de entonces, los espíritus de los muertos justos son presentados estando en el cielo ante el trono de Dios (Ap. 6:9 y 7:9).

Así, desde el tiempo de la cruz, los espíritus de los santos fallecidos ya no van al Hades. En cambio, son llevados directamente al cielo. Los espíritus de los santos del Antiguo Testamento no podían ir directamente al cielo porque sus pecados no habían sido perdonados. Sus pecados sólo habían sido cubiertos, por así decirlo, por su fe. Sus pecados no podían ser perdonados hasta que Jesús derramara Su sangre por ellos en la cruz.

Las almas de los muertos injustos todavía van al Hades y permanecerán allí hasta el fin del reinado milenial de Jesús. En ese momento, serán resucitados y juzgados en el Gran Juicio del Trono Blanco descrito en Apocalipsis 20:11-15. Serán juzgados por sus obras y, dado que ninguna persona puede ser justificada ante Dios por obras (Efesios 2:8-10), todos los injustos serán arrojados al infierno, al que el pasaje en Apocalipsis se refiere como “el lago de fuego” (Ap. 20:14).

La Duración del Infierno

¿Cuánto tiempo serán atormentados los impíos en el infierno? El punto de vista Tradicional sostiene que el infierno es un lugar de tormento consciente y eterno. Según esta visión, una persona que termina en el infierno está condenada a una existencia interminable de dolor y sufrimiento insoportables. El infierno es un lugar sin escape y sin esperanza.

Otro punto de vista, el que sostengo, se llama Condicionalismo. Adopta la posición de que la inmortalidad es condicional, dependiendo de la aceptación de Cristo. Por lo tanto, creo que la Biblia enseña que los injustos serán resucitados, juzgados y castigados en el infierno por un período de tiempo proporcional a sus pecados y luego sufrirán destrucción (la muerte del cuerpo y del alma).

En un momento echaremos un breve vistazo a ambas perspectivas pero, antes de hacerlo, me gustaría recordarles una verdad aleccionadora: el infierno es una realidad, y es un destino espantoso. El infierno existe porque Dios no puede ser burlado (Gálatas 6:7). Él va a tratar con el pecado, y lo hace de una de dos maneras: mediante la gracia o mediante la ira. Juan 3:36 dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”.

Cualquiera que sea la conclusión que saquemos de las Escrituras sobre la duración del infierno, debemos recordar que el infierno debe ser evitado a toda costa. Ya sea que los malvados sufran allí eternamente o sean destruidos después de soportar el terrible castigo de Dios, el infierno es un lugar inimaginablemente aterrador.

También debemos recordar que nuestras creencias sobre la duración del infierno no se encuentran en el plano de la doctrina fundamental. Los cristianos sinceros y piadosos pueden estudiar los mismos pasajes de las escrituras sobre el infierno y llegar a conclusiones diferentes acerca de la cuestión de su duración. Nuestros puntos de vista variados, alcanzados mediante un estudio diligente y piadoso, no deben causar división ni resentimiento en el cuerpo de Cristo.

El Punto de Vista Tradicional

A pocos tradicionalistas les complace la doctrina del tormento eterno de los malvados, pero la aceptan de todos modos porque creen que es bíblica. En esto merecen ser elogiados.

La mayoría señala escrituras como Mateo 25:46 para apoyo: “Y éstos [los malvados] irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna”. Dado que la palabra “eterna” se usa tanto para los malvados como para los justos, concluyen que el castigo debe ser eterno, de la misma manera que lo es la vida.

Muchos tradicionalistas también citan Apocalipsis 20:10 — un versículo específicamente sobre el Diablo, el Anticristo y el Falso Profeta — para demostrar que un Dios de amor puede, de hecho, condenar al menos a algunas de Sus criaturas a un tormento eterno: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Si es posible que Dios trate a un grupo de Sus criaturas de esta manera, razonan, ¿por qué sería imposible para Él hacer lo mismo con otro grupo?

Aun así, otro pasaje del Apocalipsis en el capítulo 14 también figura en el argumento de los Tradicionalistas. Dice:

9) Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: «Si alguien adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano, 

10) él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en la copa de Su ira. Será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero. 

11) El humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos. No tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre».

Los tradicionalistas notan que no sólo estos incrédulos son arrojados al lago de fuego donde “el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos”, sino que no tienen descanso “ni de día ni de noche”. Esto contrasta marcadamente con los salvos, que disfrutarán del descanso eternamente (Ap. 14:13). Para los tradicionalistas, tanto el “descanso” de los creyentes como la “inquietud” de los incrédulos parecen implicar un estado consciente y eterno.

Otros Argumentos Tradicionalistas

En otras partes de la Biblia, varios pasajes que hablan del infierno usan la palabra “destruir” o “destrucción” para describir lo que les ocurre a los impíos. Los tradicionalistas afirman que la imagen en estos pasajes no es de aniquilación, sino de una ruina de la vida humana fuera de la presencia de Dios para siempre. De esta manera, pueden concebir una “destrucción” que dura para siempre.

Un argumento tradicionalista más filosófico concierne a la creación de la humanidad a imagen de Dios. Algunos tradicionalistas creen que los tormentos del infierno deben ser eternos, ya que la humanidad fue creada a imagen de Dios y esa imagen no puede ser “descreada”. Por lo tanto, creen que la inmortalidad fue otorgada a la humanidad cuando Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen.

Por último, muchos tradicionalistas creen que el infierno debe ser eterno debido a la naturaleza del pecado en sí mismo. Todo pecado es una ofensa contra Dios, dice este argumento, y dado que Dios es infinito, todo pecado es infinitamente odioso. Jonathan Edwards (1703-1758), el gran teólogo puritano, siguió esta línea de argumentación en su famoso sermón, “La justicia de Dios en la condenación de los pecadores”.

Como pueden ver, estos argumentos parecen tanto bíblicos como sustanciales. Sin embargo, no están exentos de problemas importantes. Permítanme explicar por qué creo que el enfoque condicionalista es una mejor solución a la dificultad.

El Punto de Vista Condicionalista

La doctrina de la duración del infierno ha sido sostenida con tanta firmeza a lo largo de la historia del cristianismo que pocos han osado desafiarla. A esto se suma el hecho de que la mayoría de los desafíos modernos han provenido de las sectas. Así, una persona que se atreva a cuestionar el punto de vista tradicional corre el riesgo de ser etiquetada como miembro de una secta.

Una característica clásica de las sectas “cristianas” modernas es su negación de la realidad del infierno. Algunos argumentan que todos serán salvados. La mayoría sostiene que los injustos son aniquilados al morir.

Las opiniones de las sectas sobre el infierno siempre me han resultado repugnantes, porque niegan la enseñanza clara de las Escrituras de que los injustos serán enviados a un lugar de sufrimiento llamado infierno. Sin embargo, nunca he podido aceptar completamente el punto de vista tradicionalista de un castigo consciente y eterno.

Dificultades Tradicionalistas

Mi primera dificultad con la visión tradicionalista es que parece impugnar el carácter de Dios. Me seguía preguntando: “¿Cómo podría un Dios de gracia, misericordia y amor atormentar a la gran mayoría de la humanidad eternamente?”. No me parecía ni amoroso ni justo. Me doy cuenta de que Él es un Dios de rectitud, santidad y justicia, pero ¿es el sufrimiento eterno justicia? El concepto de tormento eterno parece convertir al verdadero Dios de justicia en un sádico cósmico.

En segundo lugar, el concepto de tormento eterno parece contradecir los ejemplos bíblicos. Dios destruyó Sodoma y Gomorra con fuego — de manera repentina y rápida. Destruyó el malvado mundo de Noé con agua — de manera repentina y rápida. Ordenó que los cananeos fueran asesinados rápidamente. En la Ley de Moisés no había disposición para el encarcelamiento o la tortura. Los castigos por la violación de la Ley consistían ya sea en restitución o en la muerte. Incluso los animales sacrificados eran liberados del sufrimiento mediante prescripciones precisas para su matanza, que garantizaban una muerte lo más rápida e indolora posible.

Como estudiante de la Palabra Profética de Dios, encontré un tercer problema con la visión tradicionalista. Parece contradecir una frase descriptiva que se utiliza en la profecía para describir el infierno. Ese término es “la segunda muerte”. Es un término peculiar del libro de Apocalipsis (Ap. 2:11; 20:6,14 y 21:8). ¿Cómo puede el infierno ser una “segunda muerte” si consiste en un tormento eterno y consciente?

El Problema de la Destrucción

Una cuarta razón por la que siempre me ha preocupado la visión tradicionalista es que parece ignorar una enseñanza bíblica importante sobre el infierno; a saber, que el infierno es un lugar de destrucción. El propio Jesús habló del infierno como un lugar de “destrucción” (Mateo 7:13). Además, en Mateo 10:28 Jesús dijo: “No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno”.

Del mismo modo, en 2 Tesalonicenses 1:9, Pablo dice que aquellos que no obedecen el evangelio “sufrirán el castigo de eterna destrucción”. El autor de Hebreos dice que los injustos experimentarán un juicio aterrador que consistirá en un “fuego que ha de consumir a los adversarios” (Hebreos 10:27). Incluso uno de los versículos más reconfortantes de la Biblia habla de la destrucción de los injustos: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree  en él, no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16, énfasis añadido; RVR1977).

El argumento Tradicionalista de que la palabra “destruir” o “destrucción” debería interpretarse como “pérdida irreparable” me parece exagerado. Parece mucho más probable que “destruir” deba entenderse exactamente en ese sentido.

El Significado del Castigo

Quinto, hay una diferencia entre castigo eterno y castigar eternamente. Una cosa es experimentar un castigo que es eterno en sus consecuencias; otra cosa es experimentar un castigo eterno en sí mismo.

La Biblia también habla del juicio eterno (Hebreos 6:2). ¿Es eso un juicio que continúa eternamente, o es un juicio con consecuencias eternas? De manera similar, la Biblia habla de la redención eterna (Hebreos 9:12). Pero esto no significa que Cristo continúe el acto de redención eternamente. Ese acto tuvo lugar en la Cruz, una vez y para siempre. Fue una redención eterna porque el resultado de la redención tuvo consecuencias eternas.

Simbolismo

Sexto, mencioné anteriormente que los tradicionalistas a menudo citan Apocalipsis 14:9-11 para demostrar que el sufrimiento de los malvados será eterno. Con mayor frecuencia destacan dos frases. La primera se refiere a aquellos que reciben la marca de la bestia durante la Tribulación, quienes serán “atormentados con fuego y azufre en presencia de los santos ángeles”. La segunda es que “el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos”. Observe que este pasaje no habla de un tormento eterno. Más bien, habla de “el humo de su tormento” que asciende para siempre.

La Biblia es su propia mejor intérprete, y cuando busques declaraciones similares a ésta, verás que son simbólicas de un castigo que tiene consecuencias eternas, no de un castigo que continúa eternamente. Por ejemplo, considera Isaías 34:10, que habla de la destrucción de Edom. Dice que el humo de la destrucción de Edom “subirá para siempre”.

He estado en Edom (la parte sur de la actual Jordania en el área alrededor de Petra). He visto su destrucción. Pero no había humo elevándose al cielo. Esta referencia al humo eterno es obviamente simbólica, indicando que la destrucción de Edom dará testimonio eterno de cómo Dios trata con una sociedad pecadora.

Lo mismo ocurre con Judas 7, cuando dice que Sodoma y Gomorra experimentaron “el castigo del fuego eterno”. Nuevamente, he estado en la zona de Jordania donde se cree que existieron estas ciudades gemelas. El área está completamente devastada, pero no hay humo que se eleve al cielo. No están ardiendo eternamente. Simplemente sufrieron una destrucción por fuego que tuvo consecuencias eternas.

Inmortalidad

Por último, muchos tradicionalistas creen que el alma es inmortal. ¿Pero lo es? Creo que la Biblia niega muy específicamente la inmortalidad del alma.

Adán y Eva no eran inmortales cuando fueron creados. Su existencia eterna dependía de su relación con Dios y de que comieran del árbol de la vida. Cuando su relación con Dios se rompió, se les dio la sentencia de muerte, y Dios los expulsó inmediatamente del Jardín del Edén para evitar que comieran del fruto del árbol de la vida y pudieran “vivir para siempre” (Génesis 3:22).

En 1 Timoteo 6, Pablo dice claramente que sólo Dios posee la inmortalidad:

15) …el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; 

16) el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén. (Énfasis agregado).

Además, en 1 Corintios 15, Pablo enseña que los creyentes no se vuelven inmortales hasta que son resucitados. Él dice que nuestros cuerpos muertos son “sembrados en corrupción,” pero son “resucitados en incorrupción” (1 Corintios 15:42).

Él repite este punto importante unos versículos más adelante cuando describe lo que sucederá en el momento del Arrebatamiento:

51) Así que les digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados 

52) en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

53) Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. [Énfasis agregado]. 

54) Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Devorada ha sido la muerte en victoria. 

55) ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?».

En otras palabras, la inmortalidad es un don de Dios que Él concede por Su gracia a los redimidos en el momento de su resurrección. La inmortalidad está  condicionada a que pongamos la fe en Dios. Nunca se menciona que los incrédulos se vuelvan inmortales. No hay necesidad de creer en un castigo eterno si el alma no es intrínsecamente inmortal. Y no lo es.

Un Resumen

A estas alturas deberías darte cuenta de que tanto las posiciones Tradicional como Condicional sobre el infierno pueden reunir un buen respaldo bíblico para su punto de vista. No estamos hablando aquí de una visión bíblica frente a una no bíblica.

Al definir cualquier doctrina, se debe considerar todo lo que la Biblia tiene que decir sobre el tema. En lo que respecta al tema del infierno, la única forma en que he podido incorporar todo lo que la Biblia tiene que decir es concluir:

1) Aquellos que mueren fuera de una relación de fe con Jesús son inicialmente confinados en un compartimiento en el Hades llamado Tormentos.

2) Al final del Milenio, serán resucitados y juzgados por sus obras por Jesús en el Gran Juicio del Trono Blanco.

3) Todos ellos serán condenados al Infierno porque nadie puede ser justificado ante Dios por sus obras.

4) Serán arrojados al lago de fuego (infierno) donde sufrirán un tiempo de tormento proporcional a sus pecados.

5) Luego experimentarán la “segunda muerte” (muerte del cuerpo, alma y espíritu).

La Realidad del Infierno

¿Cuál punto de vista es correcto: el Tradicionalista o el concepto Condicionalista? He emitido mi voto a favor de la comprensión Condicionalista. Puedes decidir que la evidencia apunta en la otra dirección. Está bien. Lo importante es tener en cuenta que el infierno es una realidad y, independientemente de su naturaleza específica, es un destino terrible.

Y porque es una realidad horrible, necesita ser predicada. La gente necesita conocer la consecuencia de rechazar el amor, la gracia y la misericordia de Dios.

Se ha contado la historia de C. S. Lewis escuchando el sermón de un joven predicador sobre el juicio de Dios sobre el pecado. Al final de su mensaje, el joven dijo: “¡Si no recibes a Cristo como Salvador, sufrirás graves ramificaciones escatológicas!”.

Después del servicio, Lewis le preguntó: “¿Quiso decir que quien no cree en Cristo irá al infierno?”.

“Exactamente”, respondió el joven predicador.

“Entonces dígalo”, respondió Lewis.

Hay demasiado en juego como para andarse con rodeos.


Comentarios Cristianos Sobre el Infierno

“La moralidad puede mantenerte fuera de la cárcel, pero se necesita la sangre de Jesucristo para mantenerte fuera del infierno”. Charles Spurgeon (1834-1892), pastor británico.

“Dios no mantiene casas a medio camino. Es o el cielo o el infierno para ti y para mí”. Billy Sunday (1862-1935), evangelista estadounidense.

“El himno nacional del infierno es, ‘Lo Hice a Mi Manera’”. Varios autores.

“Creo que un gran número de personas van a morir e ir al infierno porque están confiando en su religiosidad en la iglesia, en lugar de su relación con Jesús para llevarlos al cielo. Dan muestras de arrepentimiento y fe con palabras, pero nunca han nacido de nuevo”. Adrian Rogers (1931-2005), pastor estadounidense.

“No digas que un Dios amoroso te va a enviar al infierno: no lo hará. Lo que te va a enviar al infierno es que eres un pecador y no quieres admitirlo”. J. Vernon McGee (1904-1988), comentarista bíblico estadounidense en la radio.


Lea la parte 2 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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