martes, 23 de diciembre de 2025

Las Promesas Olvidadas de Navidad


La Iglesia de la Natividad, en Belén. Esta iglesia está ubicada en el sitio tradicional del nacimiento de Jesús. 
 

Mientras celebramos el nacimiento de Jesús este año durante la temporada de Navidad, acordémonos de las promesas que fueron hechas a María cuando fue visitada por el Ángel Gabriel:

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, 
y llamarás Su nombre Jesús. 
Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; 
y el Señor Dios le dará el trono de David Su padre; 
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, 
y Su reino no tendrá fin. 
— Lucas 1:31-33

Siete Promesas Gloriosas

Esta magnífica declaración contiene siete promesas. Cuatro de ellas se relacionan con la Primera Venida del Señor:

1. María concebiría un hijo.
2. María daría a luz un hijo.
3. El hijo sería grande
4. El hijo sería llamado “el Hijo de Dios”.

Todas estas cuatro profecías se cumplieron en la vida de Jesús.

María concibió (Mateo 1:18-20) y tuvo un hijo (Mateo 1:25). Su nombre fue llamado Jesús (Mateo 1:21). Él fue grande (Lucas 7:16) y fue llamado el Hijo de Dios (Mateo 16:16, 27:54; Marcos 1:1).

Las tres últimas promesas que Gabriel hizo a María no se han cumplido. Se relacionan con la Segunda Venida de Jesús:

5. Le será dado el trono de David.
6. Reinará sobre la casa de Jacob.
7. Su reino no tendrá fin.

Yo llamo a estas promesas, las “promesas olvidadas” de Navidad, porque no son enseñadas por la mayoría de las iglesias en la Cristiandad hoy en día. Eso es debido a que la mayoría de las iglesias toman la postura de que Jesús nunca regresará a esta tierra a reinar. Esto es llamado el punto de vista Amilenial.

Promesas Espiritualizadas

El enfoque Amilenial está basado en la suposición de que la Biblia no significa lo que dice. Para confirmar el punto de vista, sus proponentes se ven obligados a espiritualizar la Escritura.

De esta forma, en su interpretación de las tres últimas promesas hechas a María por Gabriel, convierten el trono de David en el trono de Dios y la casa de Jacob se convierte en la Iglesia. Concluyen entonces que las promesas han sido cumplidas en el reinado actual de Jesús desde el trono de Su Padre sobre Su Iglesia.

El Trono de David

No hay duda de que Jesús está reinando actualmente desde el trono de Su Padre sobre Su reino, la Iglesia. Pero identificar ese reino con el reino prometido a María requiere un gran salto de la imaginación.

El “trono de David” no es el trono de Dios. El trono de Dios está en el Cielo. El trono de David está en Jerusalén (Salmo 122:5).

"La Anunciación de Gabriel a María", por Philippe de Champaigne, 1644.

Jesús mismo distingue claramente entre el trono de Dios y Su propio trono en Apocalipsis 3:21. En ese verso, Jesús dice que algún día les permitirá a los creyentes sentarse con Él en Su trono así como Su Padre actualmente le está permitiendo compartir Su trono.

Jesús no está en el trono de David hoy en día. Está sentado a la diestra de Su Padre, en el trono de Su Padre. Él ocupará el trono de David cuando regrese a la tierra para reinar desde el Monte Sión en Jerusalén (Isaías 24:21-23).

La Casa de Jacob

La “casa de Jacob” no es la Iglesia. Éste es un término del Antiguo Testamento para los hijos de Israel (Éxodo 19:3). La Iglesia nunca es mencionada en la Escritura como la casa de Jacob.

La Biblia enseña que un remanente de los judíos un día aceptará a Jesús como su Mesías (Zacarías 12:10; Romanos 9:27 y Romanos 11:25-26). Esto ocurrirá al final de siete años de sufrimiento terrible llamado la Tribulación o “el tiempo de angustia de Jacob” (Jeremías 30:7).

Esta estrella de plata en el sótano de la Iglesia de la Natividad supuestamente marca el lugar donde Jesús nació.

Cuando Jesús regrese al final de ese tiempo de sufrimiento, el remanente judío será reunido en la tierra de Israel y será hecha la nación más importante del mundo (Ezequiel 37:11-28 y Zacarías 8:22-23). Jesús reinará entonces sobre la casa de Jacob.

El Reino Eterno

El reino de la Iglesia actual no es un reino eterno. El reino de la Era de la Iglesia finalizará con el Rapto de la Iglesia.

El reino de la Iglesia será seguido por el reino Milenial cuando Jesús reinará sobre toda la tierra desde el Monte Sión en Jerusalén (Isaías 2:1-4). Ese reino durará mil años (Apocalipsis 20:1-7).

El reino final y eterno de Cristo será establecido en una tierra nueva y perfeccionada (1 Corintios 15:24 y Apocalipsis 21:1-8).

Creyendo a la Palabra de Dios

¿Por qué no podemos aceptar que las promesas hechas a María significan lo que dicen? Las primeras cuatro significaron exactamente lo que dijeron. ¿Por qué deben espiritualizarse las últimas tres? La única razón para espiritualizarlas es para forzarlas a conformarse a alguna doctrina preconcebida.

Creo que Dios sabe cómo comunicarse. Si Dios hubiera tenido la intención de prometerle a María que su Hijo reinaría desde el Cielo sobre la Iglesia para siempre, Él lo hubiera dicho así. En cambio, Él le reafirmó la promesa que había hecho muchas veces por medio de los profetas del Antiguo Testamento que Su Hijo reinaría desde el trono de David en Jerusalén sobre Israel y que le sería dado un reino que duraría para siempre (Isaías 9:6-7 y Ezequiel 37:21-28).

Si las promesas que Dios les hizo a los judíos no significaron lo que dijeron, entonces, ¿cómo podemos estar seguros de que Sus promesas a la Iglesia significan lo que dicen? Yo creo que cuando Dios dice algo, lo dice en serio.

"Su Nombre Será Llamado Admirable", por Simon Dewey.

Una Esperanza de Navidad

Durante esta temporada de Navidad, voy a alabar a Dios por enviar a Su Hijo a morir por mis pecados.

También voy a orar para que Dios envíe pronto a Su Hijo de nuevo, para cumplir las “promesas olvidadas” que Gabriel hizo a María. Le doy gracias a Dios porque Él nunca olvida una promesa.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

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Libro: JESÚS - El Cordero y el León

El Mensaje de Salmos 2 (Parte 1 de 3)

¿Estás Preocupado por los Tiempos del Fin?

 Dr. David R. Reagan

Lamplighter on End Times Living


Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones …desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las potencias de los cielos serán sacudidas (Lucas 21:25-26).

Vivimos en un mundo dominado por el miedo. Entre todos los segmentos de la sociedad y todas las naciones del mundo, existe un inquietante presentimiento de que estamos avanzando hacia una consumación catastrófica de la historia.

Las noticias están llenas de informes sobre el aumento de la violencia: asaltos, secuestros, abuso infantil, terrorismo, guerras y rumores de guerras. Pareciera que estamos bombardeados por un flujo interminable de calamidades naturales como terremotos, hambrunas, huracanes, inundaciones e incendios. Y la creciente inmoralidad sigue dando lugar a nuevas enfermedades que amenazan la propia existencia del hombre.

También es significativo el hecho de que todas estas tendencias alarmantes están ocurriendo en el contexto de un mundo armado hasta los dientes con armas nucleares. Y para empeorar las cosas, estas armas de destrucción masiva ahora se están extendiendo a naciones irresponsables y al margen de la ley como Irán y Corea del Norte. Tenemos armas gigantes en manos de pigmeos morales.

Mientras tanto, las naciones del mundo continúan con su frenesí de gasto, acumulando deuda sobre deuda, preparando el camino para un colapso económico mundial colosal.

La Realidad del Miedo

En medio de la Gran Depresión, el presidente Franklin Roosevelt trató de animar a una nación desanimada al declarar: “Lo único que debemos temer es al propio temor”. Esas palabras suenan huecas hoy en día mientras enfrentamos una multiplicidad de miedos muy reales y sin precedentes.

No es de extrañar que la gente esté asustada. Temen perder sus empleos, sus hogares y sus ahorros. Tienen miedo por su bienestar personal, la seguridad de sus hijos y la protección de su nación. Les atemoriza la perspectiva de plagas amenazantes y la posibilidad de un devastador desorden civil. Y, acechando en segundo plano, siempre está la posibilidad de un holocausto nuclear.

Las personas buscan desesperadamente seguridad. Están comprando armas y asegurando sus casas con dispositivos electrónicos. Están modificando su estilo de vida para protegerse contra la violencia de los ladrones y enfermedades como el SIDA. Están recurriendo a religiones orientales y a la psicología popular para encontrar consuelo para sus almas.

Preguntas Crecientes

Mientras el mundo se desintegra ante nuestros ojos, incluso los cristianos comienzan a cuestionar las tendencias. Cada vez más, los cristianos preguntan: “¿Está Dios en control? ¿Triunfará el mal? ¿Realmente hay esperanza?”.

La buena noticia es que Dios, en Su gracia y misericordia, dio las respuestas a estas preguntas hace casi tres mil años cuando habló al corazón de un niño pastor llamado David ben Isaí. Le dio al niño un poema que era corto, dulce, poderoso y lleno de esperanza. Contiene un mensaje que un mundo temeroso necesita desesperadamente escuchar hoy.

El poema se encuentra en la Biblia hebrea. Se llama Salmos 2. Vamos a echarle un vistazo.

Los Gobernantes se Burlan

A diferencia de la mayoría de los salmos, el Salmo 2 no tiene una inscripción que identifique a su autor. Pero sabemos que fue escrito por David, hijo de Isaí, porque Lucas, por inspiración del Espíritu Santo, identificó a David como el autor en Hechos 4:25.

El salmo comienza con el autor lamentando la condición del mundo:

1) ¿Por qué se sublevan las naciones,
Y los pueblos traman cosas vanas?

2) Se levantan los reyes de la tierra,
Y los gobernantes traman unidos
Contra el Señor y contra Su Ungido, diciendo:

3) ¡Rompamos Sus cadenas
Y echemos de nosotros Sus cuerdas! (Salmos 2:1-3).

El lenguaje de estos versículos es bastante artificioso en la traducción al español, así que permítanme tratar de traducir las palabas al español moderno para ustedes. 

El salmista está preguntando: “Señor, ¿por qué es que en todas partes del mundo que miro, las naciones están en conflicto? ¿Por qué siempre están tramando algo vano para la gloria del hombre—cosas como la torre de Babel, el Imperio Romano, la Liga de las Naciones y las Naciones Unidas? ¿Por qué, Señor, los presidentes, primeros ministros y reyes de la tierra siempre conspiran contra Ti y Tu Ungido, Jesús? ¿Por qué es que los líderes políticos del mundo siempre dicen: “¡Dejemos de lado las limitaciones de la Palabra de Dios, abandonemos Sus leyes y hagamos lo que queramos!”.

Como puedes ver, nada ha cambiado en tres mil años. Al igual que en la época de David, las naciones del mundo hoy todavía están en plena rebelión contra el Señor. Por eso, el Salmo 2 es tan relevante como si hubiera sido escrito ayer.

Preguntas de Sondeo

Una cosa que debes entender sobre el Salmo 2 es que las preguntas que David plantea al principio no fueron hechas con el propósito de obtener respuestas de Dios. David ya conocía las respuestas.

Éstas son preguntas retóricas, formuladas con el propósito de provocar reflexión. Están diseñadas para motivar al lector a pensar sobre la naturaleza del mundo en el que vive y hacerlo en respuesta a lo que la Palabra de Dios revela acerca de ese mundo.

Digo que David conocía las respuestas a las preguntas porque las respuestas se encuentran en el libro de Génesis, y David debe haber estado familiarizado con ese libro, así como con toda la Torá —los primeros cinco libros de las Escrituras hebreas— al menos por tradición oral.

Un Regalo Fenomenal

Si recordamos por un momento las primeras páginas del Génesis, recordaremos que Dios presentó un regalo increíble a Adán y Eva poco después de su creación.

Dios les dio en bandeja de plata algo que Hitler codiciaba. Les dio algo con lo que soñaba Stalin, que los romanos anhelaban y que Alejandro Magno casi logró. Dios les dio dominio sobre toda la tierra (Génesis 1:27-28).

Pero, casi tan pronto como a Adán y Eva recibieron este regalo, lo perdieron. Cuando se rebelaron contra Dios, Satanás dio un paso adelante y les robó el dominio que estaba destinado para el hombre.

Satanás se convirtió en el príncipe de esta tierra. Ésa es la razón por la que Jesús se refirió a él como “el príncipe de este mundo” (Juan 12:31). Ésa es la razón por la cual Satanás pudo tentar a Jesús ofreciéndole “todos los reinos del mundo” si Jesús tan sólo lo adoraba (Mateo 4:8-10). Ésa no habría sido una tentación legítima si los reinos no le pertenecieran a Satanás.

Incluso después de la Cruz, el apóstol Juan afirmó que “el mundo entero está bajo el poder del maligno” (1 Juan 5:19). La Cruz selló el destino final de Satanás, pero ese destino no se experimentará hasta que Jesús regrese y Satanás sea aplastado bajo los pies del pueblo del Señor (Romanos 16:20).

La Soberanía de Dios

El hecho de que Satanás gobierne como el príncipe de esta tierra no significa que Dios haya perdido el control. Satanás no es omnipotente. Siempre ha actuado dentro de los límites establecidos por Dios. 

El libro más antiguo de la Biblia, el libro de Job, comienza mostrando a Satanás ante el trono de Dios pidiendo permiso para afligir a Job (Job 1:6-11). Dios le da permiso para tocar todo lo que posee Job, pero le niega el permiso para quitarle la vida (Job 1:12).

Satanás fue limitado aún más por la Cruz, porque desde ese momento los creyentes han sido habitados por el Espíritu Santo, y “mayor es Aquel que está en ustedes que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).

El libro de Daniel deja claro que Dios es quien levanta naciones y derriba naciones. Como dijo Daniel, “Él [Dios] quita reyes y pone reyes” (Daniel 2:21). Pablo lo afirma en el Nuevo Testamento cuando habla de “autoridades gobernantes” y declara que “no hay autoridad sino de parte de Dios” (Romanos 13:1).

Pero el otro lado de la moneda es el hecho de que, en el momento en que Dios pone a alguien en una posición de autoridad gobernante, Satanás se enfrenta a esa persona e intenta de todas las maneras posibles corromperla y comprometerla para que termine sirviendo a los propósitos de Satanás.

No importa si la persona es miembro de la junta escolar, gobernador de una provincia o presidente de una nación, Satanás intenta controlar a todas las autoridades gobernantes. Por eso se nos insta con tanto énfasis a orar por los reyes y por todos los que están en autoridad (1 Timoteo 2:1-2).

Los Estragos de Satanás

La Biblia da testimonio de este ciclo interminable de Dios designando y Satanás atacando. Pienso, por ejemplo, en la trágica historia de Saúl, el primer rey de Israel. Comenzó con tanto potencial, habiendo recibido una unción especial del Espíritu de Dios que incluso le permitió profetizar con los profetas (1 Samuel 10:1,6,9-11). 

Pero Satanás inmediatamente alentó el orgullo de Saúl y lo atacó con un espíritu de melancolía que lo llevó a ataques de depresión. Por orgullo, Saúl comenzó a “actuar con insensatez”, asumiendo para sí mismo los deberes de los sacerdotes (1 Samuel 13:8-13). En la depresión, recurrió a médiums y brujas en busca de consejo, en lugar de confiar en los profetas de Dios. El resultado trágico fue que el Espíritu de Dios se apartó de él (1 Samuel 16:14), y Saúl se suicidó en el campo de batalla (1 Samuel 31:4).

De igual manera, Salomón comenzó su reinado de rodillas ante el Señor, recibiendo una unción especial de sabiduría y conocimiento (2 Crónicas 1:7-12). Su futuro parecía prometedor.

Pero Satanás vino contra él, tentándolo con riquezas mundanas. El punto de inflexión de Salomón llegó el año en que recibió 666 talentos de oro (1 Reyes 10:14). A partir de ese momento, se obsesionó con tres cosas: las riquezas, las mujeres y el poder militar (1 Reyes 11:1-8). Terminó haciendo lo malo ante los ojos del Señor (1 Reyes 11:6).

El imperio se dividió tras la muerte de Salomón, y durante los 209 años de historia del reino del norte de Israel, no hubo ningún rey que fuera considerado bueno a los ojos de Dios. El reino del sur de Judá duró cien años más, pero durante sus trescientos años, sólo 8 de sus 20 reyes fueron considerados justos por el Señor.

La Lucha Continua

Cuando comienza el Nuevo Testamento, encontramos que la lucha entre Dios y Satanás continúa. Satanás inspira al rey Herodes a masacrar a todos los bebés de Belén en un intento por acabar con el Mesías en su nacimiento.

Más tarde, Satanás organiza una conspiración entre autoridades gobernantes que se odiaban mutuamente. Reúne al gobernador romano y al Sanedrín judío, y a través de sus esfuerzos conjuntos logra el asesinato del Mesías.

El triunfo de Satanás fue, por supuesto, breve, ya que fue superado por la victoria de la resurrección del Mesías. Pero Satanás no iba a ser disuadido por mucho tiempo. Renovó sus ataques incansables contra la soberanía de Dios lanzando una persecución total contra los seguidores del Mesías.

Cuando Satanás se dio cuenta de que esta persecución de la iglesia sólo la estaba expandiendo y aumentando su fuerza, cambió a una nueva estrategia: la unión de la iglesia y el Estado para que la iglesia transigiera. Esto ocurrió alrededor del año 331 d. C., y marcó el inicio de la Edad Oscura, cuando la iglesia se volvió subordinada al Estado. La iglesia rápidamente fue penetrada por el mundo, y su testimonio a favor de Cristo se volvió secundario en comparación con la búsqueda de la política.

Pero, gracias a Dios, Jesús había hecho una promesa importante respecto a Su iglesia. Él había prometido que “las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). Así que, incluso durante los años más oscuros de la Edad Media, siempre hubo un remanente fiel preservado por el Espíritu de Dios.

Finalmente, llegó el día en que Martín Lutero clavó sus tesis en la puerta y llamó a un retorno a la Palabra de Dios. Satanás volvió a ponerse a la defensiva cuando la iglesia experimentó la reforma y comenzó a enviar misioneros por todo el mundo.

El Conflicto en Nuestro Tiempo

Al amanecer del siglo XX, Satanás volvió a la ofensiva. Orquestó una de sus mayores victorias con el nacimiento del comunismo en Rusia en 1917. El satanismo se encarnó en la ideología atea de los comunistas mientras intentaban exterminar tanto a la iglesia como la Palabra de Dios.

Simultáneamente, Satanás lanzó un ataque interno contra las democracias occidentales al energizar la filosofía del humanismo secular. La base judeocristiana de la civilización occidental estuvo bajo ataque directo desde dentro, mientras los comunistas la golpeaban desde fuera.

La amenaza comunista se ha desplomado por el peso de sus propias inconsistencias internas. Pero Satanás no ha dado ningún respiro. Continúa promoviendo el avance del humanismo secular y ha provocado un resurgimiento del islam.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 22 de diciembre de 2025

Video: Análisis Profético Final de 2025

 


En este programa, Graciela y yo analizamos algunos acontecimientos clave con respecto a la profecía bíblica del tiempo del fin. Éste es el último programa de 2025. Entre los temas que abordamos están el aumento del antisemitismo en todo el mundo, la destrucción de Damasco y una actualización del Plan de Paz del Presidente Trump. 

Los invito a suscribirse al canal “Profecías, Misterios y Otras Cosas”, y activar las notificaciones, para que puedan recibir las alertas cada que vez que un nuevo video sea publicado por Graciela. También los animo a compartir estos videos con sus contactos. 

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Las 9 Guerras de los Tiempos del Fin

La Consolación de Israel

Por Meg Price


Hace años, en el programa navideño del coro de mi escuela secundaria, a un compañero se le dio un solo que había sido escrito por nuestro director, que hacía eco de las palabras de Simeón, quien es descrito en Lucas 2 como un hombre justo y piadoso, que “esperaba la consolación de Israel”. Cuando vio a Jesús, Simeón dijo: “Ahora, Señor, permite que Tu siervo se vaya en paz, conforme a Tu palabra; porque mis ojos han visto Tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos, Luz de Revelación a los gentiles, y gloria de Tu pueblo Israel”, Todavía canto esas poderosas palabras cada temporada navideña.

Después de que Simeón bendijo al Señor, bendijo a José y a María, quienes habían llevado a Jesús al Templo para presentarlo al Señor (y eso es algo para reflexionar: Dios Hijo, recién envuelto en carne humana, siendo llevado al Templo para ser presentado a Dios, Su Padre). Leemos en Lucas 2:34-35: “Simeón los bendijo, y dijo a Su madre María: “Este Niño ha sido puesto para caída y levantamiento de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, y una espada traspasará aun tu propia alma, a fin de que sean revelados los pensamientos de muchos corazones”.

Como mujer que vive en 2025, me llama la atención el hecho de que Simeón hablara directamente “a María, su madre”, en una época en que las mujeres no tenían un papel central en la cultura. Pero, ¿cómo podría la madre del Mesías no estar al menos “en el centro del escenario” en esta ocasión de presentar a Jesús en el Templo?

Yo también fui una vez una madre joven, y me encantó leer que María—tan joven para llevar una carga y una bendición tan increíble—“atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón” (Lucas 2:19). Me pregunto cuántas veces, durante los años de vida de su Hijo en la Tierra y a lo largo de toda su vida, las cosas que atesoró en su corazón atravesaron, o consolaron, su alma.

Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. Lucas 2:19

El cántico de alabanza de María durante su estancia con Elisabet y Zacarías, registrado en Lucas 1:46-55, muestra una madurez más allá de su edad. Sus palabras en el versículo 54, “Ha ayudado a Israel, Su siervo, acordándose de su misericordia”, aluden al cumplimiento profético del Salmo 98:3: “Se ha acordado de Su misericordia y de Su fidelidad para con la casa de Israel; todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios”. El mundo estaba siendo presentado a la salvación de nuestro Dios, el propio Hijo de María.

Pero volvamos por un momento a Simeón y a cómo la Escritura lo describe como que “esperaba la Consolación de Israel”. La raíz hebrea de “consolación”—“Naham”, como en el profeta Nehemías, también puede significar consuelo y redención. En español, pensamos en consolar como confortar a alguien después de sufrir.

Alivio para el Sufrimiento

En los años previos al nacimiento de Jesús, el pueblo de Israel sufría bajo el dominio romano. Simeón no era el único que esperaba la Consolación de Israel que iba a venir a través del tan esperado Mesías. Vemos ese anhelo dentro de las filas de los propios discípulos de Jesús.

Ya sea que hablemos de la historia antigua o más reciente, el pueblo judío ha sufrido y continúa sufriendo. Parte de su sufrimiento ciertamente ha sido autoinfligido (¿o autoimpuesto?) debido a su desobediencia y a los juicios correctivos de Dios. Muchos judíos buscan consuelo, pero. como cantaba Johnny Lee, lo buscan “en todos los lugares equivocados”. Es decir, en cualquier parte y en todas partes EXCEPTO en el Hijo unigénito de Dios. Emanuel, Dios CON nosotros, Dios el Hijo, quien tomó carne humana para pagar nuestra deuda (otra idea que incomoda a los judíos—expiación sustitutiva—pero ése es un tema para otra ocasión).

Todo Israel estaba, en efecto, atento a la Consolación prometida por Dios. Esperaban la liberación del Mesías, que el pueblo interpretaba como una liberación de su sufrimiento bajo el dominio romano, en forma de un libertador militar. Muchos se sintieron decepcionados cuando Jesús no cumplió ese papel según sus expectativas.

Todos estos años después de la Primera Venida del Mesías, no se encuentra mucha verdadera consolación entre los israelíes seculares hoy en día. Es una de las razones por las que a Dan y a mí nos resulta deprimente estar en la Tierra de Israel durante la Navidad. Como he escrito aquí anteriormente, no es muy alentador estar en la Tierra del nacimiento del Salvador sólo para ver que el día se trate como un día normal. Un día en el que Dan y yo, en años pasados, hemos ido a clase y al trabajo. Incluso los creyentes mesiánicos minimizan la celebración del nacimiento del Salvador. Si bien entiendo su frustración por nuestra elección de celebrar el 25 de diciembre—una fecha que probablemente no coincide con la fecha real del nacimiento de Jesús—creo que al menos deberíamos reconocer Su nacimiento en un día, porque sin Su nacimiento, no habría habido muerte, sepultura y resurrección.

A lo largo de los años, los siglos y los milenios, los judíos han sufrido. Sin embargo, su sufrimiento no parece motivarlos a seguir esperando al Mesías. En cambio, sus años de sufrimiento parecen haberlos llevado a dejar de observar y esperar por completo. Por eso me sorprendió cuando, durante una lección reciente con mi tutora de hebreo, hizo una afirmación que no esperaba.

La mañana de mi lección, recibí la noticia de que un querido amigo estadounidense había fallecido. Utilicé mi lección como otra oportunidad para compartir con ella la esperanza que tengo como creyente, incluso mientras lamentaba la noticia que había recibido. Expliqué que, aunque lloraba por su esposa e hijos por su pérdida, me alegraba que nuestro amigo estuviera con el Señor, completo y ya no sufriendo por el cáncer que había devastado su cuerpo físico.

Mi tutora es una judía israelí muy secular, así que me sorprendió cuando dijo que “todo Israel está esperando al Mesías”. No estaba segura de haberla entendido bien; recuerden, estábamos hablando en hebreo. Cuando le pedí aclaración acerca de si ella, una judía autodenominada secular, estaba esperando la venida del Mesías, me dijo que no. Aclaró que se refería a los judíos religiosos como aquellos que aún esperan la aparición del Mesías.

¿Qué Estás Aguardando?

Desde el 7 de octubre de 2023, muchos israelíes han estado buscando respuestas e incluso exigiéndolas. Muchos, especialmente aquellos que perdieron seres queridos y aquellos cuyos familiares fueron tomados como rehenes, han exigido respuestas a sus líderes gubernamentales y militares. En los dos milenios desde la primera aparición del Mesías, muy poco ha cambiado en este sentido. Volviendo a las palabras del cántico de María, la misericordia de Dios ha ayudado a Su siervo Israel a sobrevivir lo peor que el mundo les ha lanzado a lo largo de los años, pero la mayoría de los judíos fracasaron entonces y todavía hoy fracasan en reconocer la misericordia de Dios al enviar a Su Hijo unigénito. La gran mayoría se niega a ver Su “amor constante y fidelidad para con la casa de Israel”.

Como creyentes, “hemos visto la salvación de nuestro Dios”, la “luz de revelación a los gentiles”, y se nos ha dado el gran privilegio y responsabilidad de compartir con el pueblo de Israel a su Mesías, la Esperanza de las naciones, la “Consolación de Israel”, para la gloria del pueblo de Dios, Israel.

Dan y yo amamos vivir en Israel (todos los días excepto el Día de Navidad), y sabemos qué bendición tan increíble nos ha dado el Señor al llamarnos aquí. Amamos al pueblo de Israel, y nuestro deseo es su consolación—recordando que uno de los significados de consolación es “redención”. Nos esforzamos por compartir con nuestros amigos y vecinos aquí—el “mundo cansado” a nuestro alrededor—la emoción de la esperanza que celebramos durante esta temporada navideña, la esperanza que tanto deseamos que ellos conozcan, la esperanza que vino con el nacimiento del Salvador. La esperanza que nos mantiene atentos y orando por el pronto regreso de Emanuel, Dios con nosotros.

Dan y Meg Price son el equipo de marido y mujer detrás de Front Row Seat Ministries, sirviendo al Señor en el norte de Israel.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Libro: JESÚS - El Cordero y el León

Belén: Pequeña Ciudad de Batalla Espiritual (Parte 2 de 2)

 Por Tim Moore


Jesús como Palestino

A medida que el islam llegó a dominar el Medio Oriente, varios enclaves cristianos disminuyeron o fueron abrumados y erradicados. Eso incluía los bastiones cristianos eruditos de Alejandría, Damasco y Alepo. Sé que aún hoy permanecen minorías cristianas considerables en esos lugares (al menos hasta la guerra civil siria y el auge del ISIS que diezmaron a la Iglesia siria), pero el centro cristiano se trasladó notablemente hacia el Oeste. Ese hecho se demuestra con el cambio de nombre de Constantinopla (la capital oriental de la Iglesia Ortodoxa) a Estambul, una ciudad marcadamente musulmana hoy en día.

Con respecto a Belén, una población cristiana significativa permaneció también hasta tiempos muy recientes. La mayoría de los árabes palestinos que vivían en Belén (86%) afirmaban tener una herencia cristiana tan recientemente como en 1950, pero esa mayoría se ha reducido hoy a menos del 10% ante la hostilidad musulmana implacable. Parece existir una compulsión por parte de los musulmanes de apoderarse, o al menos intentar afirmar su superioridad sobre, los sitios sagrados cristianos. Es la razón por la cual la llamada a la oración musulmana más alta (y más larga) en Israel se hace escuchar a todo volumen desde los altavoces del minarete erigido inmediatamente junto a la Iglesia del Santo Sepulcro. Los musulmanes olvidan que, aunque el adhan (llamada a la oración) sea lo suficientemente fuerte como para despertar a los muertos, ¡Jesús ya ha resucitado! (Ese deseo de marcar territorio y obtener ascendencia también explica el intento musulmán de erigir una mezquita en el sitio del 11 de Septiembre de las Torres Gemelas). Esa impulsión de negar y destruir es evidente en Belén.

Incluso ahora, los cristianos restantes en Belén pueden señalar la Universidad de Belén (católica) y el Colegio Bíblico de Belén (evangélico). Pero, al igual que muchos que se describen a sí mismos como cristianos en toda Europa y el hemisferio occidental hoy en día, la identidad cristiana es algo que la mayoría de los árabes palestinos ven como un patrimonio, no como una fe activa o una relación personal.

Un querido amigo fue invitado una vez al Bethlehem Bible College para considerar posibles oportunidades de enseñanza. Durante su reunión con el presidente y el personal, mientras también estaba en un viaje de peregrinación, sus anfitriones se ofendieron cuando él se refirió a Israel como Israel. Los cristianos árabes expresaron gran desagrado y le aconsejaron que nunca llamara a la tierra de Palestina con ese odioso nombre (Israel). Su reverencia por la Palabra de Dios y Sus promesas al pueblo y a la Tierra de Israel era superada por su nacionalismo árabe palestino. Mi amigo se dio cuenta de que no podría enseñar todo el consejo de la Palabra de Dios en un lugar así.

Incluso ahora, la propaganda generalizada afirma que Jesús era palestino. Trágicamente, algunos que profesan seguir a Cristo han abrazado un antisemitismo virulento, distorsionando Su identidad judía y negando las promesas de pacto de Dios a Israel. 

Un episodio refleja esta animosidad mejor que cualquier otro que conozca.

En los años 90, una oleada de atentados terroristas sacudió Israel mientras los palestinos intentaban infligir gran dolor y sufrimiento al pueblo judío. Tras un ataque insensible contra civiles judíos (siempre el blanco más fácil para los terroristas), un grupo de árabes huyó hacia Belén y se lanzó a la Iglesia de la Natividad. Durante varios días, las FDI intentaron atraer a los terroristas fuera de la iglesia sin asaltar realmente el edificio. Seguían el protocolo clásico de rehenes, con música alta, luces brillantes y negociaciones las 24 horas. Finalmente, francotiradores de las FDI intercambiaron disparos con los terroristas mientras estos disparaban desde el interior de la iglesia.

Finalmente, se llegó a un acuerdo por el cual se permitiría a los terroristas viajar sin obstáculos a Gaza. Llegaron a la franja de tierra ahora controlada por Hamás y fueron recibidos como héroes. Tras su partida, los sacerdotes y monjes que administraban la Iglesia de la Natividad descubrieron bombas y trampas dejadas por los terroristas. Se vieron obligados a solicitar la ayuda de zapadores de las FDI (expertos en desactivación de explosivos) para desactivar y retirar los dispositivos amenazantes.

Antes de reabrir la iglesia como una importante atracción turística, los cuidadores “cristianos” de la Iglesia de la Natividad celebraron un servicio especial para limpiar ceremonialmente el edificio de la presencia de los judíos. Esa actitud reprobable (y el hecho de que la Autoridad Palestina, similar a la mafia, controle Belén) es la razón por la que el Ministerio Cordero y León ya no va allí durante los viajes de peregrinación. Eso, y el hecho de que mi guía judío probablemente sea perseguido y asesinado si se atreve a visitar Belén.

Hay cristianos fieles en Belén. Conozco a algunos de ellos personalmente. Pero la ciudad está en las garras de matones que justifican su odio como parte de su fervor religioso. Esa ideología satánica incluso ha infectado a muchos que dicen seguir a Jesús pero rechazan Su judaísmo y niegan Su fidelidad a Su pacto con los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. Cuando incluso el nombre de Israel es repugnante para quienes se llaman a sí mismos cristianos, es evidente que están adorando a un Cristo falso.

Pero esa actitud cada día se está extendiendo más.

Belén como Símbolo de la Oscuridad Creciente

Cada Navidad, los cristianos de todo el mundo cantarán villancicos que describen la Natividad. Mostrarán belenes que incluyen a Jesús y a Sus padres terrenales, junto con animales, pastores, Reyes Magos y ángeles (mezclando a los diversos participantes que son descritos por Mateo y Lucas, aunque comprimiendo la cronología de sus visitas de adoración). Incluso imaginarán con nostalgia el pequeño pueblo donde nació Jesús e intentarán imaginar los pastos tranquilos y las calles oscuras del lugar de nacimiento de Jesús.

Al mismo tiempo, demasiados de ellos caerán en la mentira de que Jesús era palestino— o al menos estaba muy alejado del pueblo judío y de la nación de Israel que conocemos hoy. En lugar de compartir Su amor tanto por judíos como por gentiles, han decidido, ya sea de manera subconsciente o intencional, que la Iglesia ha reemplazado a Israel en el pacto eterno establecido por Dios. Tal teología va en contra de los escritos de Pablo en Romanos 9-11 y de todo el alcance de la Palabra de Dios.

¿Por qué esta batalla espiritual por los corazones y las mentes de los cristianos (sin mencionar la actitud y los prejuicios del mundo incrédulo) está tan encarnizada? Porque Satanás sabe que su tiempo es corto. Puede discernir las mismas señales de los tiempos que tú y yo deberíamos reconocer, y conoce la profecía bíblica. Él, quizás más que cualquier criatura mortal, cree en la Palabra de Dios al pie de la letra, aunque esté tratando desesperadamente de frustrar la voluntad de Dios y anular Sus promesas. Satanás cree que si puede erradicar a los judíos (algo que Amán, Herodes, Hitler y Hamás han intentado hacer en diferentes momentos de la historia humana), puede demostrar que Dios es un mentiroso. Aunque muchos caerán en sus engaños, el diablo fracasará en ese malvado intento.

Cuando Phillips Brooks escribió el querido villancico, Oh, Pequeña Ciudad de Belén, capturó la desesperada esperanza de todo corazón que se acobarda en la oscuridad, incluso si ignora la Luz. La Luz eterna brilló en la pequeña ciudad, cuyas calles yacían oscuras y silenciosas, y cuyos habitantes dormían profundamente y sin soñar.

Phillips Brooks

La batalla entre la Oscuridad y la Luz continúa hoy en día. Pero, a todos los que lo invocan, el Santo Niño de Belén expulsará el pecado y entrará, haciendo que un corazón oscuro renazca.

La canción de Brooks termina con un anhelo de que Cristo descienda nuevamente. Cuando lo haga—primero viniendo por Su Iglesia y, luego, para reinar en la Tierra—habrá de permanecer con nosotros como Emanuel, Dios con nosotros, por los siglos de los siglos

¡No teman, pueblo de Belén! ¡Nuestra Esperanza Bienaventurada viene pronto!


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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