Por Dr. John F. Walvoord
Contrastes entre el Rapto y la Segunda Venida
39. En el momento del Rapto, los santos se encuentran con Cristo en el aire, mientras que en la Segunda Venida Cristo regresa al Monte de los Olivos para encontrarse con los santos en la tierra.
40. En el momento del Rapto, el Monte de los Olivos no cambia, mientras que en la Segunda Venida se divide y se forma un valle al este de Jerusalén (Zac. 14:4–5).
41. En el Rapto, los santos vivos son trasladados, mientras que ningún santo es trasladado en relación con la Segunda Venida de Cristo a la tierra.
42. En el Rapto los santos van al cielo, mientras que en la Segunda Venida a la tierra los santos permanecen en la tierra sin ser trasladados.
43. En el momento del Rapto, el mundo no es juzgado y continúa en pecado, mientras que en la Segunda Venida el mundo es juzgado y la justicia se establece en la tierra.
44. El traslado de la Iglesia se describe como una liberación antes del día de la ira, mientras que la Segunda Venida es seguida por la liberación de aquellos que han creído en Cristo durante la Tribulación.
45. El Rapto se describe como inminente, mientras que la Segunda Venida está precedida por señales definidas.
46. El traslado de los creyentes vivos es una verdad revelada sólo en el Nuevo Testamento, mientras que la Segunda Venida, con sus eventos concomitantes, es una doctrina prominente de ambos Testamentos.
47. El Rapto concierne sólo a los salvos, mientras que la Segunda Venida trata tanto de los salvos como de los no salvos.
48. En el Rapto, Satanás no está atado, mientras que en la Segunda Venida Satanás es atado y arrojado al abismo.
49. Ninguna profecía incumplida se interpone entre la Iglesia y el Rapto, mientras que muchas señales deben cumplirse antes de la Segunda Venida.
50. Ningún pasaje que trate de la resurrección de los santos en la Segunda Venida menciona el traslado de los santos vivos al mismo tiempo.
La bienaventurada esperanza del regreso del Señor por Su iglesia es un aspecto precioso de fe y expectativa. Si bien los santos eruditos y devotos no siempre han estado de acuerdo en cuanto al contenido de esta esperanza, la presente discusión ha intentado justificar este importante aspecto de la verdad. Que la promesa de nuestro Señor: “Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14: 3) nos brinde consuelo y esperanza en un mundo moderno, como estaba previsto para los discípulos en el aposento alto, en esa noche oscura antes de la crucifixión. “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven...El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve” (Ap. 22:17, 20).
El Dr. John F. Walvoord partió de esta tierra para estar con su Señor y Salvador el 20 de diciembre de 2002. Tenía 92 años.
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Ministerio En Defensa de la Fe
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