Una Perspectiva Bíblica
Clive Staples Lewis (1898-1963), es considerado uno de los más grandes defensores de la fe cristiana durante el siglo XX. Para aquellos de ustedes que pueden no estar familiarizados con él, nació en Irlanda del Norte, y se convirtió en profesor de Literatura Inglesa Medieval, primero en la Universidad de Oxford (1925-1954), y luego en la Universidad de Cambridge (1954-1963).
Él entregó su vida a Cristo cuando tenía 32 años, y procedió a escribir muchos libros perspicaces e inspiradores sobre el cristianismo. Éstos incluyen algunos que se han convertido en clásicos cristianos, como El Problema del Dolor (1940), Cartas del Diablo a su Sobrino (1942), Las Crónicas de Narnia (1950-1956), y Mero Cristianismo (1952). En 1952, publicó un ensayo titulado, “Acerca de Vivir en una Era Atómica”. Aunque fue escrito hace 72 años, es muy relevante para la pandemia de coronavirus que estamos enfrentando hoy. A medida que lea el extracto a continuación, simplemente sustituya “bomba atómica” por “coronavirus”.
El Ensayo de C. S. Lewis
««En una forma pensamos demasiado sobre la bomba atómica. “¿Cómo vamos a vivir en una era atómica?” Estoy tentado a responder: “Pues, como habrías vivido en el siglo dieciséis cuando la plaga visitó a Londres casi cada año. O como vivirías en la era de los vikingos, cuando asaltantes de Escandinavia podrían aparecer y degollarte cualquier noche; o de hecho como ya estás viviendo en la era del cáncer, la era de la sífilis, la era de la parálisis, la era de los ataques aéreos y la era de los accidentes automovilísticos”.
En otras palabras, no comencemos exagerando la novedad de nuestra situación. Créame, querido señor o señora, usted y todos sus seres queridos ya fueron condenados a muerte antes de que se inventara la bomba atómica: y un porcentaje bastante alto de nosotros íbamos a morir de manera desagradable. De hecho, teníamos una gran ventaja sobre nuestros antepasados: los anestésicos; y aún la tenemos. Es perfectamente ridículo seguir lloriqueando y dibujando caras largas porque los científicos han agregado una oportunidad más de muerte dolorosa y prematura a un mundo que ya estaba lleno de tales oportunidades y en el que la muerte en sí misma no era una posibilidad, sino una certeza.
Este es el primer punto que debemos tener en mente. Y la primera acción que debemos tomar es recobrar la calma. Si todos vamos a ser destruidos por una bomba atómica, permitamos que esa bomba nos encuentre haciendo cosas sensibles y humanas —orando, trabajando, enseñando, leyendo, escuchando música, bañando a los niños, jugando tenis, conversando con amigos a la luz de una pinta y un juego de dardos— no amontonándose como ovejas aterrorizadas y pensando en bombas. Ellas pueden destruir nuestros cuerpos (hasta un microbio puede hacer eso) pero no tiene porqué dominar nuestra mente»».
Reflexiones Concluyentes
La Biblia dice que una de las razones por las que Jesús vino a esta tierra fue para liberar a las personas de su esclavitud de toda la vida al temor de la muerte (Hebreos 2:15). Aquellos de nosotros que hemos puesto nuestra fe en Jesús como nuestro Señor y Salvador debemos vivir y caminar en esa libertad.
Debemos vivir con confianza y no con miedo, porque tenemos esperanza — la promesa de vivir para siempre en cuerpos nuevos y glorificados en una Nueva Jerusalén, en una tierra nueva (Apocalipsis 21:1-7).
Entonces, mientras la gente llena de pánico se pelea entre sí en las tiendas para comprar papel higiénico y Spam (carne enlatada, nota del traductor), debemos ser sal y luz, al exhibir paz y calma en medio del caos. Hacerlo puede motivar a la gente a preguntar por qué nos estamos comportando con tanta calma, lo que nos dará la oportunidad de compartir el Evangelio. Otra reflexión: si cree que el pánico actual es malo, no es nada comparado con lo que será el pánico masivo después del Rapto de la Iglesia.
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Original article:
Dealing with the Coronavirus Crisis
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