¿Se Puede Conocer el Futuro del Medio Oriente?
Incluye un Panorama del Salmo 83
Por Bill Salus
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“Oficiales de
EE.UU. preocupados por lo que seguirá a la Primavera Árabe”
Bloomberg 13/09/12
“¿Tiene importancia
la Biblia en el siglo XXI?
Fox
Nation News 14/04/11
¿Puede ser conocido de antemano el resultado del
conflicto árabe-israelí?
Según el profeta Isaías, la respuesta es sí.
“Acordaos de
las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro
Dios, y nada hay semejante a mí, que
anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no
era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” (Isaías
46:9-10; énfasis añadido).
Isaías declara que sólo el Señor puede predecir el
futuro. Fue el llamado de los profetas hebreos, como Isaías, Jeremías, Ezequiel
y más, el informar de eventos futuros y, al hacerlo, exhibir la soberanía
suprema de su Dios. Este libro identifica una plétora de profecías con respecto
al futuro del conflicto árabe-israelí de hoy en día que, cuando son alineadas
juntas, parecen presentar una imagen más clara de su conclusión prevista.
Lo que el mundo ha atestiguado en el Medio Oriente
durante las pasadas seis décadas, parece haber sido anticipado con miles de
años de antelación. Debido a la importancia espiritual de la lucha
árabe-israelí, puede esperarse que los profetas tuvieran abundante información
profética para escribir, para nuestra comprensión acerca del complejo escenario
del Medio Oriente de hoy.
La Primavera Árabe del 2011, ha desestabilizado
cada vez más la explosiva situación de la región. Muchos especialistas del
Medio Oriente están preocupados de que las protestas y rebeliones que
condujeron a cambios en los panoramas políticos de varios países
predominantemente musulmanes, fomentará la propagación del pro-Palestinianismo,
anti-Semitismo, y del gobierno bajo la ley Sharia islámica. Como tal, muchos
familiarizados con la guerra del Salmo 83 están preguntándose si el evento está
a punto de encontrar su cumplimiento final.
Panorama del Salmo 83
El Salmo 83 describe una climática y concluyente
guerra árabe-israelí, que fue profetizada por Asaf el profeta, cerca de hace
tres mil años.8 El texto del Salmo ha sido incluido para su lectura conveniente
en el Apéndice llamado “El Texto del Salmo 83”.
Es mi firme evaluación que el Salmo es más que una
oración imprecatoria relacionada con los antiguos enemigos de Israel; creo que
también predice una guerra en el Medio Oriente que ahora es inminente. Eventos
geopolíticos que involucran a la Primavera Árabe del 2011; la búsqueda de un
Estado por parte de los palestinos, y varias décadas de esfuerzos diplomáticos
fallidos para intercambiar tierra por paz árabe, ha preparado a las poblaciones
enumeradas en Salmo 83:6-8 a confederarse contra el Estado judío en
cumplimiento directo de esta profecía.
El Salmo identifica un círculo interno de Estados
árabes, que comparten fronteras en común con el moderno Israel. Esto está en
marcado contraste con un círculo externo de naciones enumeradas en una
coalición separada descrita en Ezequiel 38. Aunque algunos escatólogos intentan
juntar los dos episodios proféticos, éstos parecen ser dos guerras del Medio
Oriente distintas.
Los confederados árabes del Salmo 83 forman un
colectivo plan de guerra estratégico para destruir a Israel. Su máximo objetivo
es erradicar al Estado judío y confiscar toda la tierra que actualmente posee.
Esto incluiría la tierra capturada por Israel en la Guerra de los Seis Días de
junio de 1967.
Actualmente, la mayoría de la comunidad
internacional y los árabes están presionando a los israelíes para que renuncien
a la mayor parte de esta tierra, con el fin de formar un Estado palestino
independiente. El Salmo 83 sugiere que los árabes abandonarán algún día los
esfuerzos diplomáticos y optarán mejor por la guerra. Insinuaciones de esta
naturaleza ya están emanando de Egipto, por líderes dentro de la Hermandad
Musulmana, como sugiere el titular de noticias siguiente.
“Egipto considerando violar
tratado de paz con Israel”
World Net Daily –
8/15/12
Esto demostrará ser problemático para los árabes,
debido a que de acuerdo con Génesis 15:18, la tierra en cuestión pertenece a
los descendientes israelíes de Abraham, Isaac y Jacob; no a los árabes.
“Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará
más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel. También
le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y
conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. La tierra
que he dado a Abraham [en Génesis 15:18] y a Isaac, la daré a ti, y a tu
descendencia después de ti daré la tierra” (Génesis 35:10-12).
El Salmo 83 describe un descarado intento árabe por
confiscar esta Tierra Prometida. En varios lugares este libro provee apoyo
escritural, atestiguando al hecho de que la guerra final árabe-israelí será
ganada por los judíos. El principio guía para esta comprensión, se halla en
Jeremías 31.
“Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del
día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el
mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si faltaren
estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel
faltará para no ser nación delante de mí eternamente. Así ha dicho Jehová: Si
los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la
tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que
hicieron, dice Jehová” (Jeremías 31:35-37)
Salmo 83:3-5, 12 informa que los árabes se
confederarán con los propósitos explícitos de destruir a Israel y capturar su
Tierra Prometida de una vez por todas, algo que Jeremías 31:35-35 dice que es
completamente imposible. A menos que los árabes puedan alterar las ordenanzas
que gobiernan el universo, no tendrán éxito.
Actualmente, el pueblo judío está repoblando esta
tierra en cumplimiento de varias profecías bíblicas. Los judíos están
regresando a la tierra después de siglos de dispersión en las naciones gentiles
del mundo. Según estas profecías, este proceso parece ser irreversible. Ésta
parece ser la razón por la que el Estado judío se está expandiendo, en vez de
contraerse. Esta realidad es atestiguada por el hecho de que las guerras
árabes-israelíes de 1948, 1967 y 1973 fortalecieron, en lugar de debilitar, la
resolución de los israelíes. Los judíos continúan haciendo aliyá a Israel, y
nada de lo que los árabes han hecho hasta ahora, ha podido prevenir su regreso.
De esta forma, en resumen, el Salmo 83 predice que
los antiguos enemigos árabes de Israel — que resultan ser los adversarios
árabes más observables de Israel hoy — en algún momento en el futuro, se
confederarán, formarán una estrategia de guerra para destruir a los judíos y su
Estado, erradicar el nombre de Israel para siempre, y confiscar la Tierra
Prometida.
De acuerdo con profecías relacionadas en Abdías
v.18; Ezequiel 25:14; 37:10; Jeremías 49:1-6 y en otras partes, las Fuerzas de
Defensa de Israel (FDI) prevalecen en la guerra del Salmo 83. La guerra, su
conclusión, e imponentes efectos posteriores son discutidos a lo largo de
varias porciones de este libro. A medida que usted lea, entienda y aplique
estos pasajes proféticos al Salmo 83, es importante reconocer que los árabes
están intentando maldecir a los judíos. Por eso, ellos deben ser maldecidos, de
acuerdo con la política exterior divina, emitida en Génesis 12:2-3.
“Y
haré de ti (Abraham) una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren,
y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias
de la tierra” (Génesis 12:3).
Aquí yace toda la política exterior gentil:
aquellos que bendigan a Abraham igualmente serán bendecidos, pero aquellos que
lo maldigan, ¡serán maldecidos! Es comúnmente entendido contextualmente, que
estos versículos se extrapolan de Abraham a sus descendientes hebreos a través
de las genealogías de Isaac, Jacob, y los doce hijos de Jacob, quienes formaron
las doce tribus de Israel. Por consiguiente, el principio de Génesis 12:3
aplica a los descendientes judíos de esas doces tribus de hoy. Además, no
existe ninguna razón válida para concluir que esta política exterior gentil no
es aún aplicable.
Al momento que la política exterior de Génesis 12:3
fue emitida, el mundo estaba poblado con personas. De las masas, uno fue
llamado divinamente, y ése fue Abraham. En esencia, él se convirtió en el
primer hebreo, y muchos traducen la palabra hebreo como pasar.9 Por lo tanto,
ellos consideran que esto significa el hombre que pasó. Abraham, que en el
lenguaje hebreo significa, “padre de multitudes”; pasó de entre hombres impíos,
para convertirse en un hombre de Dios. El entendimiento común a partir de ese
momento en adelante, fue que la humanidad estaba compuesta por Abraham y sus
descendientes, y por todos los demás, llamados gentiles.
La razón por la que es importante notar esto es
para confirmar que el Dios de la Biblia es un Dios justo, con una antigua política
exterior gentil en orden. Él no es un Dios que hace juicio divino sobre los que
no lo merecen. Los árabes del Salmo 83, por su propia elección, ignoran las interpretaciones fundacionales contenidas
en Jeremías 31:35-37, y los preceptos fundamentales de Génesis 12:3. Ellos
procuran destruir a los judíos, lo que significa que ellos atraerán un juicio
letal sobre sí mismos. En lugar de sentir lástima por su nada envidiable
situación, es mejor advertirles de antemano.
Hay detractores
que no creen que el Salmo 83 sea una profecía bíblica confiable. Algunos creen
que es simplemente una oración de lamento. Otros no la separan como una guerra
del Medio Oriente distinta, aparte de Ezequiel 38 o Armagedón. Muchas de las objeciones
a mi hipótesis de que el Salmo 83 es una guerra distinta e inminente han sido
encontradas desde la publicación en el verano del 2008 de Isralestine — la
edición inicial de este libro —. Estos temas son abordados dentro de porciones
del comentario y apéndices de este libro.
Si alguien considera que el Salmo 83 es una oración
y no una profecía, entonces es dudoso que ellos alzarán las banderas rojas de
alarma a los árabes de antemano. O, si alguien no cree que la guerra del Salmo
es inminente, les podría hacer falta el sentido de urgencia para informarles a
los árabes que formen una estrategia de retirada inmediata hacia un destino
seguro. En cuanto a mí, pretendo enviar un mensaje claro en este libro, que los
árabes necesitan tener cuidado, debido a
que parece que la guerra del Salmo 83 está a punto de ocurrir y que
están en peligro inminente. La amenaza existencial que ellos representan para
Israel, en realidad se revierte para convertirse en una amenaza existencial
para muchos árabes involucrados en el Salmo 83.
Uno no puede ser dogmático acerca de estos temas,
especialmente cuando hay algunos escatólogos que argumentan que el Salmo no es
una profecía. Pero, debido a la severidad de la potencial guerra árabe-israelí,
es mejor errar en el lado seguro, que arriesgarse a correr el riesgo de que
muchos de nosotros estemos equivocados acerca de las implicaciones proféticas
del Salmo. Esto es debido a que el Salmo 83 tendrá como resultado una multitud
de víctimas árabes, y posiblemente israelíes, tal como señalo en el capítulo
titulado “Salmo 83 y los Profetas”. Además, los estadounidenses necesitan
apoyar la causa de Israel durante esta batalla, el cual es un punto que es
explicado en el capítulo llamado, “El Papel de Estados Unidos en el Salmo 83”.
En retrospectiva, la Primavera Árabe del 2011
parece haber preparado la olla para el cumplimiento profético del Salmo 83. En
el momento en el que estaba ocurriendo, muchos expertos liberales sugirieron
que simplemente era un grupo de jóvenes respondiendo a las libertades acerca de
las cuales estaban aprendiendo en las redes sociales de Internet como Facebook,
YouTube, and Twitter. Sin embargo, es importante notar una declaración hecha
por Daniel el profeta.
“Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de
Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. El muda los
tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios,
y la ciencia a los entendidos” (Daniel 2:20-21)
Una cosa es segura acerca de la Primavera Árabe del
2011: las épocas de cambio parecen haber llegado al Medio Oriente. Además,
líderes árabes como Zine al-Abedine Ben Ali de Tunicia; Hosni Mubarak de
Egipto; Muammar Gaddafi de Libia; y Ali Abdullah Saleh de Yemen han sido
removidos, haciendo campo para que otros surjan. Daniel atribuye este tipo de
eventos soberanos a actividades sobrenaturales del Señor.
Quizás lo que es más preocupante no sea qué líderes
han sido removidos, sino cuáles permanecen en su lugar al momento de escribir
este libro. El ayatolá Jamenei, el Presidente Mahmoud Ahmadinejad de Irán; el
Presidente Bashar Assad de Siria; el Secretario General Hassan Nasrallah de
Hezbolá; los líderes de Hamás, Ismail Haniyeh y Khaled Meshaal; y el Presidente
de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbás, sólo por mencionar a los más
predominantes. Adicionalmente, ahora Egipto está siendo gobernado por un nuevo
Presidente, Mohammed Morsi, de la Hermandad Musulmana. Parece que esta cosecha
existente de líderes árabes y persas podría estar entre los que dirigirán a sus
países y organizaciones terroristas a la guerra contra Israel.
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Nota: Sus oraciones y
ofrendas harán posible que su servidor siga traduciendo y publicando capítulos
adicionales de este perspicaz libro.
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